Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta relatividad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta relatividad. Mostrar todas las entradas

26 de julio de 2015

Cero



Te levantas y esperas a ponerte el pantalón hasta que baje la erección y meas primero.

Se calienta el café y sabes que estás fumando porque te das cuenta que te escuecen los ojos y lloras también por eso.


Te sientas con el café y el pecho sucio de ceniza que en algún momento arrastraste.


Saludas a quien amas con discreción, como buenamente puedes sin perder el control.


E intentas no coger la pluma y escribir de inconsolables distancias y que amar tiene la irónica y paradójica virtud de dejarte solo.


Irremediable y dramáticamente solo.


Está descorazonadoramente lejos...


Así que te colocas el traje espacial, te sientas horizontalmente en la nave y despegas.


En el espacio solo oyes tu propio pensamiento y concluyes que eso no es bueno porque amplifica la soledad.


Es triste.


Los asteroides que golpean peligrosamente el fuselaje son trozos de Dios, que estalló por hacer las cosas mal.


Y viajando hacia el amor piensas en la relatividad del tiempo.


Y que el amor muere de viejo mientras viajas silenciosa e inmóvilmente en esa inmensidad fría y letal.


Estás de acuerdo con el botón de autodestrucción, tiene sentido.


Diez, nueve...


La cuenta es breve y pronto serás un trozo de hombre que intentó luchar contra lo que Dios hizo mal.


No puedes vivir más que a quien amas, es cobardía. No es una opción respirar si ella no está.


Y así arreglas lo mejor que puedes cosas estropeadas y relatividades insalvables.


...cero.








Iconoclasta