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18 de enero de 2024

lp--La demagogia barata del narco Estado Español--ic


Las trampas demagógicas de los fascismos, como el del actual Estado Español, son toscas maniobras de distracción para timar a una población no muy lista y nacida para ser pastoreada durante decenas de años por un caudillo. España es un nicho secular de dictaduras.

En la antigua Grecia a estas burdas trampas demagógicas se las llamaban sofismas. Herramientas para confundir aquel primitivo y supersticioso pueblo, y ahora a una población consumista de pocas luces como la española; donde necesitan la ignorancia de un caudillo para descubrir palabras u odiarlas según decrete el cabrón en el poder.

España es el eterno oscurantismo, aquello de que en el reino de España jamás se ponía el sol no era una metáfora de imperio, sino una mediocre mentira para que los lerdos y miserables se sintieran orgullosos de la mierda que comían.

Y ahora para expresar algo con una palabra, el Estado Español analfabeto usa tres palabras juntas: persona con discapacidad.

Tres palabras que son la definición de disminuido.

Es la demagogia oscurantista de una sociedad aún hoy día supersticiosa e ignorante, equiparable a la chusma del medievo.

Los actuales narco dictadores de ínfulas (pseudo) democráticas; que suelen arrancar los votos incluso de los meatos humanos (verbigracia, anos), no se sienten cómodos porque les jode que les voten disminuidos, es una cuestión de orgullo que les voten personas con discapacidades que pueden ser disminuciones físicas o psíquicas.

Y con el tiempo, como la discapacidad es nada, no deberán cobrar ninguna pensión y a trabajar, coño.

Tener una discapacidad es tener una merma, una disminución física o mental. Lo digan como lo digan, quien se sienta ofendido con disminuido, se sentirá ofendido como persona con discapacidad. El asunto del lenguaje, siempre es un problema para un pueblo y su gobierno formados en el analfabetismo funcional, el que permite obtener el permiso de conducir o un carnet de diputado o senador.

No hay desprecio alguno en llamar ciega a la persona con discapacidad visual. Sólo un perfecto imbécil podría perder tanto tiempo y hacérselo perder al ciego.

Quien piensa tan torcidamente como para decir que “ciego” es una ofensa, es en esencia un genocida sin escrúpulos con el cerebro podrido y un pensamiento malvado.

Sólo el provincianismo y su ignorancia pueden hacer de la palabra disminuido un insulto, un adjetivo despectivo. También la falta de honestidad de un Estado que se encuentra en un profundo y delictivo proceso de corrupción, malversación, tiranía y segregación de la población en nuevas castas como ahora el GENPHOCS con su “amnistía por la convivencia y la paz en el mundo”.

Al dulcificar la palabra y convertirla casi en una frase, también dulcifican la corrupción, el oscurantismo y la miseria intelectual que cometen y propagan. Y así se muestran palurdamente beatos a ojos y oídos de una chusma que asume con fanatismo sectario y discapacitadamente que ¡sus genitales nada tienen que ver con ser hombres o mujeres!, sino con lo que el Estado diga; a ellos y a sus hijos en la escuela. Es, con mucho, peor el oscurantismo de hoy que el de la Edad Media, más letal para la biología humana y su dignidad.

Yo no soy un tipo con una discapacidad, primero porque sé demasiado del lenguaje y no me sale de los cojones perder el tiempo. Soy un disminuido que tiene una pierna podrida, un cojo, un tullido que camina despacio y con un dolor de mierda. No me siento despectivo conmigo mismo sabiendo lo disminuido que soy; y mucho menos me voy a insultar con lo mucho que me amo.

Además, tengo un señor cáncer en la médula del hueso.

A ver si me va a doler más ser un disminuido que caminar...

Y en segundo lugar no soy un político-puta en busca de votos haciéndome pasar por un analfabeto de maneras bondadosas paternalistas para engañar a la chusma que me votó y volverá a votarme por mucho que le discapacite el esfínter con mis embestidas de narco dictador (que le dé por culo, en lenguaje decente y culto).

Lo último que me apetece es que un subnormal analfabeto me venga con eufemismos electorales y todo porque se entretiene en cosas banales y crucigramas de grado aficionado porque no sabe hacer su trabajo. Que es ni más ni menos lo que están votando una caterva de “señorías” en sus cortes y por lo que cobran nóminas corruptas por lo gigantescas, para simplemente jugar al scrable de mierda.

Y el ciego, amigo mío, no ve un pijo. Es un discapacitado que no tiene tiempo para estupideces, como toda persona que tiene una mínima cultura y la ejerce.

Censurar palabras por demagogia, es ya todo un clásico del fascismo endogámico español. Y es una fabulosa herramienta del Estado, porque empobrecer o corromper el lenguaje es la forma más rápida de extender el oscurantismo entre la población, desde las instituciones y las escuelas. Este oscurantismo es la razón de que en la España profunda, provinciana y delincuente, existan leyes que se llamen “sí es sí”, “Amnistía por la convivencia y la bondad” y mierda parecida.

Ha podrido tanto el lenguaje el Estado, que ni él mismo puede usarlo para definir sus corrupciones, ni siquiera como “bondades de convivencia”.

Sólo un provinciano, un estafador demagogo, un político sin capacidades intelectuales y culturales o un ignorante, podría ver despectivo el adjetivo “disminuido”.

Se ha degradado tanto el conocimiento en pro de la corrupción y la discapacidad de los políticos, que sólo queda la incineración para realizar una buena limpieza de esta pervertida, degradada y decadente sociedad aplaudidora de caudillos fascistas y nazis estalinistas. La población de la actual narco dictadura española, la adulta, sufre de un infantilismo sin precedentes en la historia de la especie humana. Un infantilismo agudo que la discapacita para discernir al corrupto que la roba y humilla; y mientras eso ocurre, dibuja cosas infantiles para colgarlas de las ventanas cuando el estado la encarcela por decreto y fetichismo de su caudillo.



Iconoclasta 

26 de agosto de 2023

lp--El sexo de las bestias humanas--ic

La fantasía de los humanos-bestias como licántropos, sirenas, medusas, esfinges, arpías, sátiros, centauros, vampiros, etc…; en el imaginario humano adulto está íntimamente ligada con el sexo.

Imaginar, soñar o reflexionar cómo sería el acto sexual con estos seres fantásticos o mitológicos de características humanas y por otra parte la bestialidad y violencia implícitas en el acto sexual, excita escrupulosa y secretamente la libido de muchas gentes.

El sexo brutal, doloroso y peligroso, absolutamente desinhibido; en las mentes adultas supera el miedo al desgarramiento de la carne, de los huesos y los órganos. Porque en los sueños no hay límites, no debería haberlos; de lo contrario sería una patológica castración que haría de la humanidad una manada de focas esperando que las orcas las devoren en la playa donde dormitan. Apáticas, desidiosas, incapaces…

El acto sexual con estos humanos-bestias lleva implícita una sumisión o posesión masoquista de la que mucha gente no se atreve a hablar, exteriorizar y mucho menos proponer; pero avergonzados imaginan y sueñan con sufrir o provocar el dolor.

El hombre lobo arañando sus pezones, penetrándola con un pene oscuro y velludo que la golpea profundamente hasta el intestino, empalándola…

La vagina redundantemente húmeda de la sirena, sus gritos enloquecedores al penetrarla, equiparable al riesgo de follar con una mantis.

Los vampiros subyugando con hipnosis a hombres y mujeres. Un acto sexual por aspiración de la sangre y el alma. La penetración de los colmillos en la carne como el acto íntimo donde ¿quién necesita un pene o una vagina para subir al cielo orgásmico? Y el gran premio: vivir como ellos eternamente.

La bestia solo hace lo que debe, para lo que nació, comer y follar.

No es el miedo a tales bestias, no en los adultos lo que les apasiona. Es la esperanza de un sexo irracional y brutal que rompa los límites marcados con alambradas de espinos morales a su libertad y pensamiento.

En los adultos mediocres es un deseo oculto y vergonzoso, inevitablemente excitante. Porque han degradado el sexo a un mero trámite biológico y social: certificar que follan ante la sociedad y una mujer preñada que lo demuestra.

Un sexo triste, meramente funcional, que no se atreve a rebasar las normas establecidas; ante las bestias humanas que leen o miran o sueñan, son arrastrados a elaborar las fantasías más voluptuosas y violentas hasta humedecerse y excitarse.

Nunca han follado con los ojos vendados, atados, amordazados o fantaseando con juguetes, texturas, viscosidades o insultos susurrados con un follar brusco.

Se excita ante el vampiro que le muerde las areolas dolorosamente, pensando que nunca ha tenido una mano en el coño que la masturbara, que chapoteara entre sus muslos mientras conduce reprimiendo el gemido y manteniendo una estresante y paranoica atención a la marcha del vehículo.

Ser gozados, violados, poseídos en los momentos más improbables… No, los mediocres no usan de la fantasía en su follar estandarizado de ciudadano integrado.

Son pura asepsia emocional e imaginativa. Pura incapacidad para gozar como de verdad desean, con esa faceta animal que les ha sido extirpada en escuelas, universidades y trabajo. Atenuada con drogas que esconden sus humillantes incapacidades.

No son necesarios psicólogos o sociólogos para explicar lo obvio. Solo basta nacer absolutamente desinhibido y prestar la suficiente atención para retener los datos que formarán las conclusiones.

Los que sueñan escondidamente mortificados con sus monstruos sangrientos, son los grandes frustrados sexuales, aunque no lo sepan y ante la película ignoran con embarazoso rubor sus genitales removiéndose ocultos entre calzones y bragas como fieras enjauladas, ahogados en sus propios fluidos y fantasías siempre retenidas en el oscurantismo sexual ya ancestral.

Ante una vida mediocre y esclava, cancerígenamente mediocre; sólo las potentes fantasías sexuales de placer, violencia y posesión sexuales, pueden soslayar durante unos minutos esa vida deprimente de los nacidos en una cautividad que la humanidad, a lo largo de milenios ha cultivado con apatía, conformismo, cobardía, obediencia y estupidez.



Iconoclasta

 

5 de agosto de 2023

lp--El prólogo de un futuro ensayo histórico del siglo XXI--ic


Este texto aparentemente novelado, bien podría ser el prólogo de la edición especial de un tratado histórico futuro que expondría la cronología y situación actual de la sociedad o ¿civilización? pre y poscoronavirus: durante las tres primeras décadas del siglo XXI y sus orígenes en el siglo XX.

Por supuesto, en el hipotético y optimista caso de haber vencido a la actual Dictadura Global del Poscoronavirus y el Clima.

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Prólogo del ensayo histórico Nazismo Homosexual Climático-sanitario del Poscoronavirus de inicios del Siglo XXI: una pandemia sanitaria, homosexual, climática y oscurantista.

Edición de mayo del 2060, mejorada, revisada y actualizada con un prólogo póstumo de Iconoclasta, por el luctuoso cuadragésimo aniversario de la plena instauración del Nazismo (pos) Coronavirus en marzo del 2020.

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Tras la Tercera Gran Guerra del 2035 (inicio de la rebelión de las masas ante el asfixiante control nazi del poscoronavirus que llevó a la ruina y a la hambruna a miles de millones de personas) al 2042 que, marcó el final de la guerra y hundimiento del Nazismo Poscoronavirus globalmente instaurado en el 2020; los historiadores ya liberados de la brutal censura y oscurantismo, iniciaron la recopilación de documentación, investigación, filtrado y desarrollo de la cronología de implantación del Régimen Mundial Nazi del Poscoronavirus. Una involución político-social (de marcado carácter sectario) al fascismo destructor de las más básicas libertades e incluso de las necesidades biológicas humanas, cuyo germen, con el consenso de los historiadores actuales, data del siglo pasado: a mediados de los años sesenta, con los grandes rebaños humanos que trashumaban con cientos de miles de individuos hacia las grandes concentraciones musicales. Se trataba del movimiento jipi, máximo exponente revolucionario de libertad, sexo y drogas. Una corriente socio cultural que dio a aquellos políticos coetáneos la clave para gobernar eficientemente con pseudo democracias, cuya característica fundamental consistía en aplicar estrategias ganaderas a la organización y administración de sanidad, economía, alimentación, educación, ocio, sexo y hábitos íntimos a las masas humanas. El poderoso nazismo de Hitler que dejó a las siguientes generaciones de políticos un importante legado práctico del fascismo con su rapidez de propagación, se vio mejorado gracias a internet, la comunicación vía satélite y la velocidad de la informática aplicada a las redes sociales y consumo audiovisual. Ante todo, la prensa televisiva y en web, fue la auténtica evangelizadora y propagadora de aquel Nazismo Poscoronavirus.

Ante la gran cantidad de noticias y bulos de carácter ideológico publicados y decretados por los Nazismos del Poscoronavirus, los historiadores han precisado de cinco años de trabajo de investigación filtrando los bulos, mentiras y publicidad de aquel régimen, decididamente genocida también.

El presente ensayo histórico expone con documentación contrastada y validada por el Consejo Ético de la Historia Mundial, los principales dogmas y terrores que implantaron los líderes pseudo democráticos en la población globalizada planetariamente por los Estados del Nazismo del Poscoronavirus, para conseguir la completa erradicación de la libertad y necesidades biológicas de las clases trabajadoras con fines recaudatorios. 

Hay un acuerdo total entre los historiadores por designar aquellas democracias como Estados Nazis Poscoronavirus, ya que está constatado y documentado (a pesar de los grandes bulos y crónicas de la prensa de aquellos regímenes fascistas) en la actualidad, que fue el coronavirus el medio de instauración y golpe de estado a las democracias o lo que quedaba de ellas (precoronavirus). Más tarde, englobado bajo el mismo nazismo, llegaría la extorsión del Estado (a nivel  planetario) a las clases pobres o trabajadoras por cambio climático, homosexualismo y un comunismo feroz cuyo fin era la destrucción del libre pensamiento y la independencia intelectual acosando y destruyendo al individuo inquisitorial y sistemáticamente.

No se puede negar la formación de una confederación mundial y estructura dictatorial internacional de los Estados Pseudo Democráticos del siglo XXI surgidos e instaurados en la segunda década mediante un golpe de estado, de carácter carcelario infectando a la población mundial con una gripe o coronavirus: la famosa Covid 19.

Una prensa prostituida y leal  a aquel fascismo e internet ferozmente censurada y bajo control nazi total, fueron las grandes bazas que en el siglo pasado hubieran dado continuidad y larga vida a Hitler. Insisten historiadores y sociólogos con perspectiva histórica, que el legado de Hitler estaba presente en aquellos Estados Nazis Poscoronavirus. El adoctrinamiento, los cánticos y aplausos de la población al régimen, son incluso embarazosos de explicar, su indignidad.

A finales del 2019 e inicios del 2020 las ya pseudo democracias se confederaron e implantaron el modelo de gobierno de la Alemania de 1933 que, elevó “democráticamente” a Hitler como aclamado jefe de estado y religioso líder de un país arruinado, con un gran déficit cultural e intelectual. Y todo el planeta se erigió así, en marzo del 2020, en un gran land actualizado de aquel Tercer Reich. El Nazismo Pre y Poscoronavirus se había implantado oficialmente a nivel planetario.

Mediante el robo de libertades e incluso la prohibición de las necesidades biológicas de la población mundial, como la prohibición de respirar libremente, la forzada inoculación de un producto que pretendía vacunar; pero era absolutamente aleatoria su diana terapéutica, cuando no degeneraba en secuelas en los inoculados o muertes repentinas.

Y el más grave y definitivamente acto fascista: negar el derecho al sustento vital. Se prohibió mediante encarcelamientos masivos domiciliarios el trabajo, base primordial de la subsistencia de la clase trabajadora. Y además, se prohibía o coaccionaba la libre compra de alimentos (policías y militares registraban las compras de los ciudadanos, en China y España principalmente) con un encarcelamiento domiciliario generalizado de la población y unas distancias del domicilio a los mercados que policía y ejército controlaba minuciosamente.

Había países de un alto grado represor e incluso genocida (China, España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia…) que prolongaron la humillación y la agonía de las básicas o mínimas libertades durante más de tres años en las clases bajas o trabajadoras.

Se instauró una sanidad pública de carácter de veterinaria de producción: bozales, tomas de temperaturas policiales, identificación del ganado vacunado y sacrificio de los no vacunados (en China más que probable y España muy cerca estuvo de encerrar en campos de concentración o asesinar de hambre a no vacunados con el aplauso de una población marcadamente, de nuevo, hitleriana).

Relajadas las medidas del coronavirus y con la población ya adaptada o condicionada al nuevo fascismo y sus continuos decretos de extorsión, terror y usura recaudatoria de los Estados; comenzó el condicionamiento mental y cultural de la población mediante el bombardeo diario de ideologías inmersivas neonazis, un fascismo abiertamente poscoronavirus aceptado y acatado por las sociedades consumistas industrializadas y aterrorizadas por el Estado que, adoptó una figura paternalista y protectora de la población. La prensa siguió en sus funciones como medio privilegiado para el adoctrinamiento y control conductual de las masas o rebaños humanos. Secundario aunque no menos importante, era internet con sus redes sociales e influencers (personajes sin formación intelectual o cultural pagados por el Estado para propagar el nazismo o mantener a la masa humana distraída de la extorsión de la que era víctima). Incluso el cine y streaming (contenidos audiovisuales por internet por suscripción) se infectaron de censura nazi para evangelizar a la audiencia, aún aterrada por la pasada gripe, en los dogmas de un fascismo que tomaba fuerza por días invadiendo los cerebros de las castas sociales más desfavorecidas cultural e intelectualmente. Telenoticieros y prensa publicaban sus mensajes ideológicos usando la estrategia bélica: mentira, desinformación y hagiografía de los líderes políticos neonazis (antes presidentes de Estados de derecho).

Con un enfoque sectario sexual, el Estado pretendía contener la natalidad de la población y alentar la promiscuidad homosexual o parafílica. Se decretaron las bases para pervertir educacionalmente la reproducción biológica humana, ya desde la infancia, como dogma-asignatura. Un extraño y desalentador por lo confuso, catecismo; que se imponía con acusada virulencia en la enseñanza pública y los colegios o escuelas colaboracionistas con aquel régimen nazi actualizado y tecnificado. De hecho, entró con fuerza en las universidades para asegurar la continuidad del homosexualismo como conducta sexual privilegiada, que incluía el transexualismo y otras enfermedades mentales aceptadas como voluntades o sentimientos propios democráticos (auto apercibimiento del enfermo como macho, hembra o ni una cosa ni la otra; independientemente de su genética sexual, de sus órganos genitales y procesos hormonales y metabólicos).

Sin embargo, lo que más destacaba para los escasos individuos con una razonable capacidad intelectual o cultural, era la sistemática eliminación del individuo como creador y su independencia conductual de la masa humana globalizada y vacunada; una persecución muy agresiva en las sociedades más industrializadas y consumistas, dado su grado de decadencia e infantilismo en los adultos; algo que no ocurrió de un modo tan notorio en los países tercermundistas. El ser humano con capacidad intelectual y libre pensador, estaba siendo devorado por el oscurantismo del nazismo poscoronavirus.

Llegó la censura a la literatura, cine, y arte en general.  Las grandes empresas de entretenimiento audiovisual se convirtieron en una nueva Santa Inquisición de una Nueva y Oscura Edad Media en la historia de la humanidad.

El audiolibro entró con gran fuerza en las sociedades consumistas para erradicar cualquier asomo de entrenamiento o ejercicio mental y nemotécnico en la población. El dogma, al igual que ocurría con la mascarilla o bozal nazi y la vacunación por extorsión era: “Escucha, calla y obedece”.

La lectura es un ejercicio intelectual demasiado poderoso como para no censurarlo primero, y eliminarlo después con los audiolibros y la audio enseñanza.

El oscurantismo del Nazismo Poscoronavirus marcó una nueva época recuperando la Edad Media en versión tecnológica. Escuelas, universidades, centros de formación profesional se convirtieron en mezquitas o iglesias que adoctrinaban en la aniquilación del libre pensamiento personificado en el individuo. El homosexualismo y transexualismo como una moral que aportaba toda clase de beneficios sociales, legales, fiscales y sanitarios. Y, ante todo, una perversión de la crónica histórica de la humanidad a la carta de aquel nuevo nazismo.

Con la climatología hubo un acuerdo universal entre las nuevas pseudo democracias del planeta para perpetrar terrorismo de Estado recaudatorio contra la clase baja o trabajadora globalizada. Y al igual que ocurrió con la epidemia de la gripe, en la que durante tres años, todas las víctimas mortales eran causa de la covid 19; el aparato propagandístico del terror del nazismo poscoronavirus, lanzó una campaña apocalíptica de “olas de calor por cambio climático”, en la que de repente, morían miles y miles de personas por efectos de las altas temperaturas. De hecho, aquella población condicionada por el nazismo, se lanzaba en grandes bandadas a la playa y piscinas para escapar de aquel “calor abrasador” predicado por el Nazismo Poscoronavirus, por medio de coloridos y apocalípticos titulares de prensa (incondicional y universalmente colaboracionista del nazismo poscoronavirus); de tal modo, que incluso se quintuplicó el número de ahogamientos en el agua, sin duda alguna por la gran avalancha de “flamencos humanos” en los litorales.

Realmente el planeta Tierra estaba en el punto de la elipse orbital más cercana al sol y el 2026 sería el año de más acercamiento a la estrella; a partir de ese momento, volvería a distanciarse de él; y por tanto bajar las altas temperaturas (entre cinco y siete grados por encima de la media en determinados momentos del año, no se trataba de un efecto calcinador, en absoluto). Un ciclo astronómico que oportunamente supo el Nazismo Mundial del Poscoronavirus disfrazar de cambio climático recaudatorio y represor. Posteriormente, al fin del ciclo orbital de máximo calor, el Nazismo Poscoronavirus “mostraría” triunfal al inmenso rebaño humano global que los Estados Nazis habían salvado a la humanidad de morir abrasada.

El lema subliminal del Nazismo Poscoronavirus era: “La libertad es enfermedad y muerte”.

Las siguientes generaciones de políticos fascistas, creyendo ya tener el poder absoluto, literalmente asfixiaron a la clase trabajadora hasta convertirla en esclava. Y surgió la necesidad de defender la vida y la dignidad de una forma natural e instintiva en la población. El inicio de la guerra, en el 2035, lo marcó el incendio del parlamento europeo por una gran manifestación de la clase pobre furibunda.

Éste es un pequeño resumen a modo de prólogo para una obra magna que ha llevado más de quince años de investigación y debate.

Si sirviera para que no se repitiera la historia…

Sinceramente, no lo creo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


15 de junio de 2023

lp--La presión del Nazismo Poscoronavirus contra la población debe liberarse--ic

Ciudadanía tipo: ejemplo de selección ganadera nazi poscoronavirus.

Algo debe romperse en esta civilización o sociedad ya planetaria de pensamiento insectil y servilismo sectario. La gran carga de docilidad humana y su indigno adocenamiento van contra la idiosincrasia primaria de la especie humana. Su presión debe liberarse y cuanto más se demore, más explosiva y cruel será la violencia.

Porque la única forma de liberar la asfixiante presión del Nazismo Poscoronavirus implantado en todas las falsas democracias del planeta, es luchando.

Se han acumulado muchos rencores contra los jerarcas nazis desde la pandemia del coronavirus o covid 19. Se deben vengar las humillaciones sufridas y las extorsiones cometidas por el Estado.

Se siente la violencia pulsar como un corazón hipertrofiado en el tejido social por la gran cantidad de crímenes que, desde los grandes encarcelamientos de la clase trabajadora con el coronavirus, ha aumentado no solo en los lugares donde era habitual el asesinato indiscriminado contra grupos humanos en centros de educación, supermercados, parques públicos, calles, establecimientos comerciales, contra vecinos, etc… Se asesinan personas a puñaladas o tiroteadas en masa en países donde nunca se había visto semejante cosa.

La violencia criminal contra la unidad familiar también se ha elevado marcando un antes y un después tras la humillación de la clase trabajadora con los encarcelamientos y extorsiones que le infligió el Estado.

La violencia crece por semanas.

Nunca antes la violencia familiar había sido tan homicida y la infancia se había suicidado con tanta frecuencia.

Los asesinos de masas han pasado a convertirse en animales habituales de las noticias.

En definitiva, los muertos claman venganza y con ella, más muertes y crueldad.

Biológica y humanamente hablando, la venganza es el más elevado acto de justicia y libertad.

Y ahí radica lo malo para el Estado y que no había previsto: la venganza hace innecesaria la existencia de jueces, su negligencia, dejación y corrupción.

Es la razón por la que desde el primer contrato o pacto social de la historia, se adoctrinó a niños y adultos en poner la otra mejilla para recibir otra bofetada; deben esperar que el “sagrado juez” haga la justicia que crea conveniente, según le paguen, según su humor, según la disponibilidad de bellas prostitutas o prostitutos.

Si crees en las leyes y sus ejecutores, crees en el Estado. El adoctrinamiento de las masas y su fe en el gobierno nazi poscoronavirus es absolutamente simple y efectivo con semejante corolario sectario.

En torno a la legalidad (hipócritamente llamada “justicia” por el Estado) hay cientos de miles de funcionarios en todo el mundo viviendo con gran comodidad y riqueza de las prevaricaciones dictadas, condenadas y sentenciadas con corrupciones, trabas e incompetencias del sistema judicial.

La venganza les quitaría su fácil sueldo y riqueza.

Dejar de creer en la legalidad, provocaría también rechazar al Estado que la controla.

El Estado para salvar su dinero y riquezas, responderá matando a muchos trabajadores y a sus hijos, y estos a su vez querrán la sangre de los jerarcas de nuevo. Cuando arranca la violencia, solo se detiene cuando uno de los contendientes destruye a su enemigo a nivel molecular.

La imbecilidad congénita de carácter endogámico de los jerarcas y burócratas del Nazismo Poscoronavirus, no les deja ver la posibilidad de miles de millones de reses humanas enfurecidas usando su arma más primigenia, la violencia desbocada, contra los dogmas implantados por el Estado como sacrificios y mandamientos religiosos de estricta observancia, y sus sacerdotes.

Dan por descontado los jerarcas y burócratas nazis, que volverán las masas a aplaudir al Estado alegremente encerradas en sus apartamentos-prisión.

A la asfixia que provoca la legalidad del Nazismo Poscoronavirus que avala todo encarcelamiento, acoso, extorsión, discriminación y humillación cometidas contra la casta paria o clase trabajadora. Se suma la constante emisión audiovisual de índole sectaria del apocalipsis climático, con sus impuestos de usura, privaciones de libertad y negación de las mínimas necesidades biológicas; como la prohibición del acceso a los ámbitos naturales, una de las medidas estrella de represión del Nazismo Poscoronavirus, la que tendrá la más fuerte carga y daño psicológico en la población sojuzgada.

O el constante lavado de cerebro para evitar el consumo de proteínas y glucosa en la masa trabajadora y así debilitarla física y mentalmente. Las castas parias, por el bien del planeta y de los que aún no han nacido, deben comer grillos en lugar de carne y jugo de piedra amarga en lugar de bebidas refrescantes durante o tras la jornada de trabajo mal pagado.

Sin embargo, el consumo multitudinario y narcótico de alcohol es buenamente tolerado por el Estado y su Veterinaria Sanidad en adolescentes y adultos.

Los niños no deben comer golosinas, es la peor idea del mundo. La infancia no debe ser feliz, sino fervientemente crédula y dócil; tolerante con el acoso y extorsión de las “sagradas instituciones”, deben ser buenos esclavos de los Estados Nazis del Poscoronavirus.

Es lógico que haya infancia suicidándose por causa del Estado ante la presión de la doctrina que reciben en el colegio y perciben en el desánimo y confusión de sus progenitores castrados mentalmente.

La obligación doctrinal de que en toda producción audiovisual televisiva, de internet o cinematográfica, deba aparecer inevitablemente una idealizada e ingeniosa pareja homosexual besándose o follando, está tensando la cuerda del hastío hacia la intolerancia más agresiva.

Una cosa es promover el respeto a toda persona como la más elemental regla de urbanidad. Otra muy distinta es que el Estado imponga por decreto el homosexualismo y sus derivados en todo medio informativo, lúdico y académico. Y que además, lo normalice como ejemplo a seguir porque ministros, presidentes, reyes y todo tipo de jerarcas y burócratas sean mayormente homosexuales.

Al Estado (pseudo democrático) se le llena la boca de flores pregonando que los votos de la mayoría son los que dictan qué camino debe seguir: ¡El pueblo ha decidido!

La minoría no cuenta.

Y una mierda.

El Estado pervierte su soflama democrática y humilla a la mayoría con una ínfima minoría homosexual a la cual se dirige todo favor y medio técnico, sanitario, privilegio social y económico.

Es la más aberrante perversión de la ética y de la democracia si la hubiera.

El resultado es que a quien antes no le importaba como y con quien follara cada cual, ahora empieza a asquearse de esta doctrina invasiva de homosexualidad, decadencia, abulia, cobardía y obediencia ciega en el Estado homosexual. Empieza a ver el homosexualismo como una agresión a su naturaleza humana.

Eso sin contar con que los homosexuales más cultos, se ven a sí mismos expuestos y adocenados por unos pocos, ya que el secreto o discreción de sus relaciones sexuales formaban parte de la privacidad en sus vidas y tal vez, un íntimo y necesario acto de subversiva rebeldía contra la mayor parte de una sociedad imbécil e infantilizada.

Por el analfabetismo de la clase política del Nazismo Poscoronavirus se está creando una gigantesca masa de gas que más pronto que tarde, va a explotar.

Al final, todo indica que este Nazismo Poscoronavirus tiene su objetivo final, su botín; en los impuestos cargados a los trabajadores u obreros con la profecía del cambio climático y sus supuestas millones de muertes por las denominadas “olas de calor” que conducen, con toda probabilidad al inminente fin de la humanidad. Una profecía y sus impuestos que los Estados Nazis Poscoronavirus emiten y decretan ininterrumpidamente día tras día, impunemente tras la humillación a la que sometió a estos parias trabajadores con el coronavirus o covid 19, sus asesinatos masivos de viejos en los geriátricos y abandono de enfermos crónicos, encarcelamientos masivos de la casta trabajadora y extorsiones, etc…

El cambio climático y su agenda, es el más grande robo jamás cometido en la historia de la humanidad.

Se equivocan como subnormales los jerarcas nazis homosexuales, porque no es razonable pensar que alguien trabaje como esclavo durante doce horas al día para conseguir tan solo un miserable plato de verdura sin sal (“superalimento” lo llama la prensa prostituida al Nazismo Poscoronavirus) para comer y la educación homosexual gratuita de sus hijos.

Para esa mierda no se necesita trabajar, basta con salir a pastar en familia.

Sólo la violencia puede frenar el timo del sectarismo humillante y ruinoso para las castas parias o trabajadoras del planeta que, los Estados Nazis Poscoronavirus están llevando a cabo desde finales de los sesenta del siglo pasado, ilustrados e iluminados por aquellos grandes y multitudinarios rebaños de sucios y narcotizados jipis y su constatada facilidad para pastorearlos hacia el lugar que los jerarcas y burócratas creían que les rendirían beneficios.

Se debe añadir que la narcosis es una eficaz herramienta de gobierno político-social que se ha convertido a su vez, ni más ni menos, en pura y simple ganadería humana. Una masa humana adocenada, de conciencia insectil y embriagada es el unicornio dorado de todo político o religioso.

La violencia con sus multitudinarias muertes rebajará la presión demográfica en las granjas humanas o ciudades. Y sacará de la ciénaga nazi a la sociedad asfixiada; pero sólo durante el tiempo en el que Estado tarde en crear otra, perfeccionada con lo aprendido en la anterior.

Es pura praxis de la historia de la humanidad. Un ciclo sin fin hasta su extinción o cancelar el podrido contrato social de una vez por todas.

El mal cosido al mal, cosido al mal, cosido a un Estado homosexual (parafraseando el Frankenstein de Mary Shelley, 1994 de Kenneth Branagh).

Como epílogo y a modo de ilustración de este ensayo, sobre el poder de manipulación y la corrupción que reina en los Estados Nazis Poscoronavirus, en este caso España, reseño una noticia que es mera propaganda gubernamental. Una de tantas con las que el Nazismo Penitenciario Homosexual Español bombardea a la población con absoluto descaro e impunidad, a pesar de los poco más de tres años que han transcurrido desde la pandemia de la covid 19.

Hoy a 15 de junio del 2023 en España (uno de los países junto con China que más acosos, extorsiones, discriminaciones ciudadanas de corte racial, asesinatos de ancianos y enfermos crónicos, e inútiles vacunaciones de covid 19 por medio de chantaje ha cometido), ha declarado un jerarca del Gobierno Nazi Poscoronavirus Penitenciario Homosexual Clima-sanitario, como delegado del gobierno (un tal Francisco Martín) que un partido nazionalista vasco proterrorista (llamado Bildu) ha hecho más por España que cualquier otra formación política o político al apoyar el Estado de Alarma de la Covid 19 prestándole sus votos (realmente un alquiler e intercambio de corruptelas) al Caudillo del Gobierno Español Nazi Poscoronavirus, el 13 de marzo del 2020. Proclamando además con gran sentimiento el jerarca nazi en cuestión que, con ello habían salvado innumerables vidas y evitado la ruina económica a millones de españolas, españoles y españolos.

Como se puede ver, la hipocresía enfermiza y el complejo mesiánico de salvadores de la humanidad, es proverbial; ya todo un clásico en los políticos nazis poscoronavirus.

En realidad, ese “Estado de Alarma por la covid 19” al que hace referencia el jerarca o burócrata nazi de la propaganda estatal citada, fue un acto de terrorismo de estado. Un golpe de estado a las más básicas libertades constitucionales, personales y privadas; así como a las necesidades biológicas de la casta paria o clase trabajadora. Cuyas bondades fueron: por decreto, cerrar las puertas de los geriátricos aislando dentro a los viejos, negándoles sus tratamientos médicos, sin cuidados, sin comida y prohibiendo el acceso a las familias para que pudieran sacarlos de la trampa mortal, hasta conseguir que murieran decenas de miles y con ellos sus pensiones. Por decreto a los enfermos crónicos de graves enfermedades se les dejó morir abandonados, se les negaba el tratamiento, porque solo existía atención médica para los enfermos de aquel resfriado llamado la covid 19. Por decreto se abocó a la población trabajadora al terror psicológico y a empobrecerse durante más de tres meses ininterrumpidos de prisión domiciliaria con un férreo control, acoso y extorsión militar, policial y judicial. Por decreto se obligó a respirar con bozal (mascarilla en jerga nazi) durante tres años, incluso a cielo abierto y en plena naturaleza, con el constante acoso policial, militar y judicial; una medida de humillación y una forma psicológica de acallar a las masas y que no solo se sintieran enfermas, sino que se resintiera su salud por medio de una constante respiración podrida. Los pobres tontos que obedecieron ciegamente al uso del bozal nazi, se infectaban de la covid 19 cada cuatro semanas a pesar de las tres dosis de vacuna. Por decreto se ordenó mediante los brazaletes nazis del coronavirus (pasaportes covid 19), prohibir el acceso a muchos lugares a aquellos que no se habían vacunado con una vacuna que no vacunaba; una discriminación de auténtico corte racial.

Miente el jerarca de la noticia, miente más que habla, miente más que respira, miente más que caga.

La violencia es la única esperanza para la supervivencia de la especie humana en este momento, en esta aciaga época.

Y tal vez, cuando estalle, no sería extraño que se extinguiera a sí misma porque ha tardado demasiado en responder, en defenderse de un Nazismo Poscoronavirus venenoso, incluso para la imaginación y la ilusión.



Iconoclasta



15 de febrero de 2023

lp--¡Huye!--ic


¿Dónde escondes la libertad para que el hijo de puta no te la arranque?

En el culo no, porque te lo petarán con hierros ardientes.

En la cabeza tampoco, te la abrirán a martillazos.

En los dientes menos, porque te colocarán electrodos en los genitales y se romperán cuando los aprietes por el dolor.

Bajo las uñas ni lo sueñes, tienen alicates oxidados.

No metas la libertad en la mochila del colegio de tu hijo. Olvídalo, hay pequeñas cabezas decapitadas clavadas en picas justo al lado de las banderas de los hijos de puta, a la entrada de los colegios.

Podrías haber escogido traficar con drogas, los hijos de puta te la quitan, se la quedan y te dejan tranquilo.

Hubiera sido mejor que traficar o usar la libertad.

Has cometido delito de anatema.

Podrías meter la libertad en una bala y disparar al hijo de puta por la espalda antes de que sepa que piensas libre y salvaje, sin escrúpulos concebidos, con las palabras exactas y precisas. Y a ver si luego es capaz de extraerse la bala de la cabeza y confiscar tu libertad si tiene cojones.

O coño.

O compra símbolos religiosos y los contaminas con tu semen libre y espárcelos por la calle, cuando algo es gratis la gente te lo quita de las manos huela como huela, o se agacha si es menester. Y se untarán los dedos y tal vez los labios con tu láctea libertad. Usa trocitos de banderas como pañuelos desechables…

Lo cierto es que si hubieras escogido cualquier delito material tendrías posibilidades de sobrevivir; pero ¿escribiendo ideas libres con palabras descatalogadas y prohibidas por la moral de mierda?

No sabes lo que has hecho, mano.

Nunca debiste cometer esa herejía, por muy libre que te creas, por la verdad que sea.

Si hubieras contado alguna superstición, como la religión o algo ideológico como política de ganadería de rebaños humanos o cháchara pseudo filosófica de magnates aburridos; tu vida no correría peligro.

Desde el mismo momento que escribiste “El ojete del culo no es un órgano genital como una polla o un coño”…

Que dios, si existiera semejante burro, se apiade de tu alma.

¡Huye!



Iconoclasta


29 de noviembre de 2022

lp--PUTA--ic

Es aterrador para la libertad y la inteligencia que en los títulos de los anuncios de películas en la televisión, se censure la palabra “puta” tachando la t y la a con borrones. El fascismo avanza imparable, como el de Franco, como cuando yo iba a aquel puto colegio de recios y severos profesores de mierda.

¿A qué puritano fariseo puede ofender “puta” o cualquier otra palabra? Las palabras existen porque son necesarias, todas; para describir, definir, entender y expresar.

Si tienes miedo a la palabra, eres un mierda, un pobre animal al que sacrificar y evitar el sufrimiento de la inteligencia, del saber y el valor.

Quieren los fascistas puritanos crear de nuevo la oscuridad, el miedo servil y analfabeto a la palabra. Quieren cobardes puritanitos obedientes, de palabras melifluas susurrantes en la mezquindad de sus hogares, de sus establos.

Es la época más oscura que he vivido, mucho más que el franquismo de mi infancia; donde aún no sabía calibrar lo que ocurría en aquella España putrefacta de oscurantismo, torturas y asesinatos.

Malditos nazis meapilas maricones hijos de puta… Tachad esto.

Los Ponzoñosos Señores del Oscurantismo…

Se debe iniciar una guerra mundial de nuevo y que se vacíe el planeta de millones de seres humanos analfabetos, indolentes, censores y mansos con ínfulas de tolerante intelectualidad farisea.

Si una palabra es perseguida y erradicada, incluso como recurso literario, las ideas merecerán pronto la condena de muerte de su autor.

El neonazismo ha surgido con fuerza inusitada y venenosa gracias al terrorismo de los estados que infectaron a su población con el resfriado del coronavirus. Y ha hecho de millones de adultos, niños atemorizados y retrasados mentales

Se debe observar como Google, el omnipresente y poderoso guardián del nuevo nazismo “democrático” trabaja la búsqueda de un título como la novela Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez.

Si se escribe el inicio del título, Google autocompleta y te lleva, ocultando la palabra “putas” con “p”, a los resultados de la novela de forma automática.

Pero si escribes la palabra “putas”, debes hacer “enter” para obtener resultados, porque como se ve, te viene a decir muy serio él, que la palabra “puta” está prohibida y si quieres buscarla lo hagas tú solito, que él es demasiado nazi:

¿La RAE, ministerios de cultura e igualdad, editoriales y profesores de escuela y universidad van a censurar el título de la novela? ¿Llegarán a un acuerdo nazi para que solo se llame “memoria de mis p tristes”?

¿Cuándo comenzará la cremación de libros como predijo Ray Bradbury en Fahrenheit 451? Ahora solo basta con modificar el archivo informático en pocos minutos. Y por esta razón que teman las librerías de libros de ocasión, esas sí que arderán más pronto que tarde.

La censura del neonazismo “democrático” se extiende como la diarrea de un perro por las aceras de las ciudades y en todos los ámbitos de la población, incluso en la intimidad de las casas.

Vamos a ver como gestiona la censura nazi una corrompida institución cultural prostituida sin rubor al neonazismo “democrático”, la RAE (Real Academia Española), y cómo trata en su diccionario de ideología nazi el término “puta”:

Cuando en el cole, con cuidado de que no nos viera el profesor, buscábamos “puta”, en nuestro diccionario, nos enviaba a buscar “prostituta” o “meretriz”, que se definían como “mujer que comercia con su cuerpo”.

Y ahora veamos que dice un diccionario que no está aún prostituido a la ideología neonazi “democrática” como el diccionario Larousse:

Os deberían enseñar, niñas y niños, que las palabras no se comen a nadie, no son monstruos. Tan solo definen, califican y nombran cosas para comunicarlas con claridad por vía oral y escrita. Y así crear con ellas conceptos que puedas guardar en tu mente con mayor facilidad, el sistema mnemotécnico por antonomasia para la historia y la expresión.

Porque si no existiera la palabra nazismo, no sabríamos como llamar a esos profesores, ministros, presidentes, sacerdotes, padres y madres que os roban y falsifican el conocimiento.

Si os roban una palabra, os roban una idea; por tanto, niñas y niños, escuchad a vuestros profesores, al gobierno y a vuestros padres para no hacerles caso. No les creáis jamás, no aprendáis su basura farisea nazi. Desconfiad de ellos, incluso de vuestros padres, que seguramente ya estarán infectados de la censura del neonazismo que surgió como una lepra en marzo del 2020, cuando los gobiernos nos infectaron de coronavirus, y con ello, a millones de personas de mezquindad, cobardía, indolencia, servidumbre y mansedumbre (apuntadlas en una libreta, porque estas palabras pronto las eliminarán de los diccionarios también).

Recapitulación:

Cuando se prohíbe la palabra, prohíben lo que define. Los gobiernos totalitarios usan esta técnica de condicionamiento de la población, para en este caso decir que la palabra puta está prohibida porque no hay putas. En ninguna gloriosa dictadura existen putas ni corrupción y estamos ante el mejor gobierno del mundo mundial.

La retórica nazi es repugnantemente farisea, de un puritanismo que, ahora sí, hiere de verdad la sensibilidad.

Y el hecho es que las hay, putas  y putos a patadas; y están  gobernando y decretando, niños, vuestra ignorancia e indefensión; en definitiva, el oscurantismo.



Iconoclasta

18 de noviembre de 2022

lp--Género binario: el gran oscurantismo del siglo XXI--ic


Siempre están maquinando cómo joder. Al estado no le importa si es de noche o de día, tiene hienas diurnas y nocturnas para garantizar que la libertad no se escape.

Para hacer mierda la ética y la razón.

Hienas fieras que han invadido con su fiero y voraz poder los medios de comunicación, las humanidades y la enseñanza.

Han pervertido el lenguaje para adaptarlo a sus parafilias de endogámicas generaciones en la política, el poder y la economía.

Lo del género binario es una mierda, un asunto de un fascismo de ideología cancerígena contra el individuo y su biología.

Existen dos sexos: macho y hembra. Las deformidades de nacimiento es algo que compete al deforme o paciente y a los médicos.

Cualquier otra consideración o desviación sexual respecto al coito macho-hembra es una cuestión de libertad, gusto o problema mental de cada cual.

Enturbian el entendimiento de las cosas más evidentes de la vida, como el sexo reconocible por la infancia sin necesidad de enseñanza alguna; ensucian lo obvio con inventos o sofismas ideológicos que buscan el poder y el dominio del pueblo con la invasión de su intimidad, con prótesis lingüísticas torpemente encajadas. Han implantado un nuevo y mezquino oscurantismo.

El oscurantismo es una práctica tan vieja como el primer pacto social por el que un ser humano cobarde e incapaz pagó a otro para ser protegido y administrado. Un origen manifiestamente mafioso el de reyes, presidentes y ministros.

Un oscurantismo que sirve para robar más dinero a las clases bajas creando miles de oficinas y funcionarios para complicar identificar quién es mujer y quién es hombre.

La conducta sexual solo compete para el follar o el romance.

No se debe emponzoñar la biología de la especie humana haciendo carrera universitaria de lo natural e instintivo para justificar la actividad sexual que cada cual desee. Es la mayor y obscena maniobra de un fascismo psicópata.

El gobernante debe velar por la libertad de cada cual, sea cual sea su sexo y actividad sexual, cosa íntima y que a nadie le importa.

Los que se sientan de género binario, que corran a un psiquiatra antes de que el cerebro se les salga deshecho por la nariz. Es lo que le ocurre a los muñequitos “repítolo todo” (lo que le dicta su amo fascista estafador).

Y por favor, a los del gallinero que no se enteran si son binarios, no binarios o cagarros en conserva; que acudan a un colegio no fascista (si los hubiera) para que les enseñen de nuevo que órganos genitales tienen y por tanto a que sexo pertenecen.

Cualquier paleto analfabeto iluminado les vende la moto a estos pringados binarios/no binarios con un tuit o un meme mierdoso.

O una noticia de la prensa puta del fascismo homosexual.

No estaría de más recordar que el marica es un macho, la tortillera una hembra y lo bisexual, es homosexualidad simplemente. Los gustos sexuales o parafilias que se puedan disfrutar o mortificarse son datos intrascendentes, exclusivos para la intimidad de cada cual y que no afectan al vecino.

Es banal saber quien folla con quien, salvo que se coloque una pegatina en la frente para pregonar y alardear de ser carne o pescado.

Si me hablan de lo binario pienso en las odiosas matemáticas con las que mis franquistas profesores me jodían la infancia.

Soy  macho reproductor territorial y por lo tanto, violento si alguien mea en mi territorio. Soy un hombre. Y nadie me ha enseñado semejante cosa.

Son cosas que aprende uno solito, lelos.

Con lo binario se pueden hacer un supositorio; porque sinceramente, me importa lo mismo que el rabo sucio de la vaca que pasta a unos metros de aquí, si alguien se viste de mona para follar más o mejor.

Que no ensucien más la claridad de la biología humana y su reproducción, es lo más sencillo e instintivo de la vida. Y quien sea marica o tortillera, que se lo pase en grande o como pueda; bien por ellos.

Ocurre que, en un estado totalitario homosexual como el español, sus jerarcas aspiran a que sus parias (habitantes) sean también maricas y tortilleras.

Lo ensucian, opacan y enturbian todo para convertir a la masa humana en un rebaño mugiente e ignorante sin capacidad de decisión, que no sienta necesidad de libertad sino de dependencia (en cualquier aspecto de su mediocre existencia) del estado mierdoso e hijoputa.

A propósito de ello, considero que mi polla es pequeña y me deprime: ¿para cuándo la subvención para aumentar su tamaño? Del cojón que me cuelga más que el otro, ya hablaremos cuando tenga una buena polla, lo primero es lo primero.

Y el jerarca fascista homosexual entre tiro y tiro de farlopa, sigue inventando palabras para categorizar lo que no importa. Es más divertido que trabajar de verdad, y da más dinero ¿eh, trileros?



Iconoclasta


17 de julio de 2022

Complicar lo sencillo es la norma de cualquier tipo de poder

Siempre sentí fascinación por los instrumentos de medida, aquellos que definen con sencillez y precisión las medidas del mundo, lo que me rodea. O lo que vivo, lo que me queda, con una probable seguridad nacida de mi sabiduría, de mi experiencia.

Los relojes, los manómetros, las brújulas, los pies de rey, los goniómetros…

Todos se hicieron para dar conocimiento, un conocimiento rápido y comprensible para todo el mundo. Leer la hora y si se da el caso, ofrecerla claramente, con rapidez.

Por ello, cuando me regalaron mi primer reloj (desgraciadamente tuve que esperar a mi primera comunión, como era tradicional por aquellos viejos tiempos), tuve que recibir un curso intensivo de desfragmentar la hora que aquel instrumento indicaba sencilla y claramente en una serie de folclóricas fracciones que me irritaban. Ahí nació mi comprensión de la vida que me esperaba. En serio, fue como una bofetada a la razón. No podía comprender porque se complicaba algo tan sencillo. Y encima, la hostia de la primera comunión seguía dando por culo pegada a mi paladar…

Cuando el reloj marcaba las 10:45, no era correcto; se trataba de las once menos cuarto.

Y si eran las 10:46, faltaba un minuto para las once menos cuarto.

Cuando mi madre (con toda su buena fe, porque no era una pedante, ni una inquisidora) confirmó que yo ya sabía cómo leer y decir la hora, se sintió bien. Orgullosa de que su hijo ya era un hombrecito. Pobre… Ella solo quería que su hijo fuera un tipo con conocimiento y educación.

Nunca, ni de pequeño he sido de complicar las cosas. No tardé más que unos minutos en leer la hora tal como la indicaba mi flamante reloj. No quería complicarme, era absurdo.

El tiempo y mi experiencia corroboraron que estaba en lo correcto. Y surgieron relojes digitales que aún ofrecían una hora más clara y menos dada a folclores y tradiciones destinadas a opacar el conocimiento, a enturbiarlo.

Pronto deduje a qué se debía toda esa parafernalia de complicación, de oscuridad de lo obvio. No tuve que estudiar nada, bastó la lógica para que se desentrañara la causa del horror de convertir lo sencillo y claro en algo difícil y lento.

El poder religioso era quien dictaba las horas y tiempos a través de sus campanas, con ello gobernaba la cotidianidad de la plebe. Era la máxima expresión de poder y el político aprendió del cura.

Las campanas y sus complicaciones de tañidos. Los relojes de arena si estaban llenos, a la mitad, o a tres cuartas partes. Ofrecer la hora a la plebe era el símbolo de autoridad máxima, requería ser sabio conocer la hora, unos conocimientos que el pueblo ignoraba. Y con un vanidoso esnobismo, el acto de fragmentar la hora y pervertirla para hacerla compleja, hacía desmesuradamente cultos a quienes se dedicaban a ello. Y así, este “conocimiento profundo” se hizo un tumor en la liturgia del poder y la aceptación de una plebe a la que se vedaba el acceso al conocimiento y lo convirtió en tradición de padres a hijos. Esto explica porque cambian dos veces al año el horario, es una cuestión ganadera para conducir al rebaño.

Cada idioma desarrolló su forma y fórmula para ofrecer la lectura del tiempo de la forma más complicada y lenta posible. Ser adulto requería el profundo conocimiento de la hora fragmentada y confusa. Era un título social más en una sociedad que derivaba hacia otro tipo de oscurantismo, menos evidente; pero tan venenoso como el diablo en todas partes y la obediencia para ganar tu parcelita en el paraíso, después de muerto; por supuesto.

Y así, el aprendizaje de leer un reloj se ha convertido en una materia más del temario escolar. Tiempo que robar al conocimiento importante. Resumiendo, es una premisa básica del estado y su codicia, del poder y su codicia, de la autoridad y su codicia, de la ambición y su codicia, de la represión y su codicia. Y por supuesto, de la economía y su usura.

El oscurantismo que no cesa.

¿Llegará el momento en el que en lugar de leer en el velocímetro 180 Km/h, deba leerse que faltan 20 para llegar a los 200?

¿O al leer en una regla o cinta métrica que en lugar de 15 cm, se ha de leer y decir que quedan 85 para el metro?

¿Qué en lugar de 2 Bar, se debe decir que quedan 8 para los diez?

El oscurantismo que no cesa. Ni su pedantería, ni su falso conocimiento que nace de la perversión del conocimiento y la ambición de quien lo impone.

Solo sé que he estudiado y leído para saber cómo no debo hacer o escribir las cosas y sobrevivir en una sociedad que siente envidia enfermiza y fobia del libre pensamiento, de la lógica, la creación y el ingenio del individuo.

No me he convertido en un hombre de pro, solo digno.

Son las 9 y 53 y dentro de doce horas serán las 21 y 53; no tengo más que decir.

Lo siento, madre muerta.

Sé que era cariño enseñarme a leer la hora. Era amor.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

17 de marzo de 2022

La cultura y entretenimiento del neonazismo


Incluso los grandes y prestigiosos estudios cinematográficos se han volcado en realizar malos telefilms. De los peores que se han visto nunca en televisión.

Todo lo que no sea superhéroes y animación infantil, o sea, para todos los públicos, está vetado.

Cine, difusión cultural y literatura inteligentes, o al menos para adultos formados intelectualmente, han muerto.

Son vergonzosos los diálogos y fotografía. Los actores son meros aficionados de asociaciones de padres de alumnos.

Toda la industria mundial de cine y televisión se ha volcado en fabricar series televisivas y crean títulos que llenen los menús de ofertas de entretenimiento para que los abonados tengan mucho que elegir entre ingentes cantidades de basura.

Los reportajes han quedado sepultados por una gran avalancha de mierda. El canal Viajar ha desaparecido (de Disney por increíble que parezca; se habrán dado cuenta de que tenían un exceso de cultura) de las plataformas de televisión de pago en España. Sus reportajes eran demasiado buenos (y caros) y en algunos de ellos, se hacían críticas sociales y políticas, exponiendo algunos momentos críticos de la historia del lugar o de algunos de sus personajes más abyectos. Y la pobreza no se ocultaba.

En su lugar han encajado un canal de viajes puramente comercial, de factura casera, de calidad de televisión de barrio realizado por aficionados; donde emiten grabaciones caseras de blogueros que no tienen formación, técnica y ni siquiera vocabulario para comentar lo que mal graban: esos espantosos videos caseros.

La alternativa son los docu-dramas de national geografic, discoveris, canal historia y toda esa mierda que repite la misma escena entre cortes publicitarios constantes. El reality show de la difusión cultural o cultura para mansos sin inquietud intelectual alguna.

¿De verdad no les da vergüenza cómo están prostituyéndose a la mediocridad? Lo cierto es que Disney (el Vaticano de EE.UU.) es una de las grandes corporaciones que apoyan el neonazismo al que se han convertido las democracias occidentales.

De hecho, no son necesarios los censores, los programas de cultura y difusión son tan banales e incapaces de toda crítica que, ya funcionan autocensurándose sin que nada ni nadie los controle. Ocurre lo mismo con la prensa, se ha prostituido tanto al poder del neonazismo que muchos de sus “periodistas” accederán a altos cargos políticos sin necesidad de ser elegidos en votaciones. Se ha contaminado de innumerables blogueros que llenan los espacios en blanco de las ediciones y se usan para ensalzar esta nueva cultura del analfabetismo, consumismo, cobardía, indolencia y mansedumbre de un occidente muerto en su decadencia de circo romano.

Un Occidente que caerá bajo el poder un nuevo Oriente, como indican los hechos de la actual política internacional basada en la conversión de libertad y democracia a un fascismo de control tecnológico-sanitario e ideológico del adocenamiento, gracias a la herramienta perfecta del control de masas: el coronavirus. La globalización siempre consistió en repartir la pobreza, no la riqueza ni la cultura. Consiste en clonar la intelectualidad, comportamiento y necesidades de la masa trabajadora, repitiéndolas en todo el planeta. Y se ha conseguido con bastante acierto y aproximación, crear el ciudadano perfecto que paga (un único pensamiento en millones de reses humanas trabajando) trillones de billetes en impuestos a los jerarcas neonazis en Occidente, o a los burócratas fascistas comunistas de Oriente.

Ahora hay un enfrentamiento entre el fascismo comunista y la incongruencia semántica que es el fascismo-liberal de las viejas y acabadas democracias occidentales.

Por eso ha sido necesario pudrir la información, la cultura y las artes; para que la chusma o plebe, no sepa discernir. Y si se le ocurriera algo semejante al análisis o razonamiento, que piense lo que se emite constantemente.



Iconoclasta

3 de noviembre de 2021

Maquiavelo, víctima de su inteligencia


Es una metáfora el título de este pequeño ensayo, Maquiavelo fue víctima directa de la envidia, de una envidia rabiosa; porque con su existencia dejaba al descubierto la decrepitud mental de sus contemporáneos.

Tras la lectura de las primeras tres páginas de El Príncipe, de Maquiavelo;  la política y la administración de los reinos o estados pasa a segundo plano en el lector.

Lo que destaca con luz propia es el propio autor, su inteligencia incisiva, su inconmensurable conocimiento de la historia y el profundo conocimiento de las variadas raleas humanas.

Y eso fue la causa de su tortura, encarcelamiento, ruina, destierro y negación de su obra hasta muchos años de su muerte.

Es extraño, sin embargo, que semejante escritor, político, filósofo, historiador y sobre todo, diplomático, no pudiera dominar su vanidad (bien merecida) de sabiduría ante los peligrosos poderosos de su círculo social. La vanidad fue su propia telaraña…

Todos aquellos papas, reyes, príncipes, aristócratas y rancios funcionarios de las distintas cortes, se sintieron desoladoramente imbéciles. No podían medir su intelecto y su sabiduría con la de Maquiavelo. Ellos jamás llegarían a escribir ni un párrafo de cinco líneas con precisión sobre política, estrategia militar o historia; como Maquiavelo fue capaz de escribir centenares de páginas sin vacilar.

Se dice que Maquiavelo es el padre de la política moderna. Y es porque está muerto.

Realmente es una forma de decir que, solo puedes ser un gran pensador y trascender si estás muerto. Porque de nuevo, la envidia no te permitirá vivir para contarlo.

La lectura de su libro más famoso por parte de los actuales jerarcas, presidentes, ministros, altos funcionario, etc.; aún les causa repulsión. Incluso en el mundo empresarial o económico, con mayor incidencia en el aspecto laboral. Esa inteligencia y dominio del ser humano, es la que revela la cara más dura y criminal de la envidia. Si existiera alguien como Maquiavelo que no hubiera sido amordazado por las actuales censuras en medios y sobre todo en las grandes editoriales que velan por el actual oscurantismo, la imbecilidad de las manadas humanas; lo habrían ejecutado de un tiro en la nuca.

Como hicieron con él en el Renacimiento, otra época de mierda. Lo actualidad es un Renacimiento; pero sin arte, solo con los gobiernos y las administraciones malas, corruptas y fascistas.

La premisa es fácil: inteligentes y valientes dejan en evidencia a lerdos y cobardes; y si alguien es más inteligente o decidido que tú: mátalo y se acabarán así las odiosas comparaciones.

Y esto sí que es absoluta actualidad que se puede ver en el mundo de la política, en el laboral y en el arte. La envidia nunca es tan mala como estos tres ámbitos. Mala y criminal.

De ahí que el brujo de una de aquellas prehistóricas tribus de judíos, se inventara el cuento que aparece en la biblia (en el Génesis) del Árbol de la Vida o el Árbol Prohibido (incluso en algunos textos figura como el Árbol de la Sabiduría) de cuyos frutos comieron Adán y Eva. Para que nadie de su tribu pudiera demostrar que era más inteligente que él; y si así fuera, sin duda alguna habría comido del árbol prohibido y se le debería matar a pedradas.

La biblia está llena de parábolas nacidas de la envidia, hacia otros seres de rango inferior que pudieran demostrar ser más inteligentes. Siguiendo esta línea de conducta, es lógico que las grandes y viejas logias secretas o íntimas de políticos, aristócratas y millonarios, tengan una jerarquía basada en la envidia y en evitar la entrada a su selecto círculo a todo individuo con mayor inteligencia que ellos. A menos que pague mucho dinero, porque si algo tiene el envidioso, es que la avaricia lo aplaca.

La envidia es más vieja que la biblia, por supuesto. Pero fue en la biblia donde se documentó por escrito y se mostró en todo su esplendor en parábolas didácticas y salmos que se convirtieron más tarde en legislación. La biblia siempre requiere la lectura de un sacerdote a la feligresía para que nadie saque conclusiones obvias.

Esto es absolutamente actual, hoy más que nunca, donde la feroz censura prohíbe y borra todo pensamiento individual; no hay mejor censura que decir que hay ciertos libros que no suscitan interés alguno; y los de Harry Potter, Crepúsculo y cosas melifluas de historias de catedrales, sí. De ahí la razón que los grandes pensadores del siglo pasado hayan muerto sin dejar huella, ni otros que pudieran haber seguido sus pasos. El error, de nuevo, en los seres inteligentes es que son simples individuos y no corporaciones o partidos políticos. Y un individuo con un buen razonamiento podría ser peligroso para el proceso de infantilización de los adultos de las sociedades consumistas; también conocido como globalización (analfabetismo funcional para todo el planeta).

Las actuales fascismos oscurantistas (falsas democracias) han iniciado su proceso de estabulación de las grandes manadas humanas y ningún individuo por ingenioso que sea, puede elevar su pensamiento por encima de la imbecilidad colectiva.

¿Una persona crítica, con pensamiento propio, lógico y lúcido? Es imposible actualmente.

En el inicio del siglo XXI, se inició descarada e impunemente la persecución al libre pensamiento y dos décadas después, es efectiva: ha conseguido hacer de la población mundial, un hato de ovejas lloronas que callan cuando la pantalla de sus teléfonos les habla de las mentiras y los credos que han de seguir y asumir sin rechistar, por el bien de sus vidas, aunque les cueste un poco la ruina.

Es increíble; pero cualquier otra consideración sería defender la envidia más venenosa: la de un político y su ambición.

A Maquiavelo, lo volverían a matar hoy, en este año del 2021, por pura envidia, por puro temor de los jerarcas a no tener sus conocimientos y libertad mental.

Estamos abandonados en un mar de idiotez, banalidad e ignorancia. Los hay que cantan y aplauden al ritmo de las olas de excrementos y los hay que simplemente, no queremos tragar mierda y nos ahogamos.

Como pobres maquiavelos que cometieron el crimen de pensar y pensar bien.

De saber y saber más.

A mí me va más la vanidad que la envidia, sinceramente, en verdad os digo.



Iconoclasta