Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas

17 de enero de 2024

lp--Autodescubrirse--ic


Una vez has conseguido describir y escribir con exactitud lo que piensas, sientes, deseas y temes, no podrás dejar de hacerlo.

Codificarse en precisas palabras para conocer lo que un día fuiste, y luego descubrirte; es el sorprendente y más importante conocimiento.

No eras consciente de qué y quién eras en aquel momento o lugar, no te habías detenido para hurgarte dentro.

Cambiamos constantemente con las experiencias que vivimos, con sus accidentes, decepciones y alegrías si las hubiera. 

No importa que no te guste lo que descubres de ti escrito en un cuaderno, importa conocer al verdadero bastardo que fuiste y mutó a algo, aún pendiente de su descripción por ese extraño a ti mismo que eres.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

5 de agosto de 2023

lp--La fiebre y la diosa--ic


Padezco la extraña fiebre de meterte en todo pensamiento que escribo y describo.

Es un acto irreprimible.

Y cuando todo pensamiento se agota, cuando las ideas se han secado, quedas tú.

Tú sola llenando mi universo, llenando todos los espacios en blanco.

¿Entiendes lo de “diosa”?

Porque yo siempre lo supe.



Iconoclasta


22 de febrero de 2023

lp--El pensamiento coagulado--ic

Las plumas envejecen, se atascan.

Se llenan de porquería como a cualquier ser humano se le ensucian las venas, el corazón, los pulmones y los genitales.

Deben ser los restos acumulados de la vida, de tanto sufrirla, follarla y escribirla.

No me parece divertido, ni siquiera ameno. Es pura literatura del hastío.

Simplemente es.

Y si escribes con rojo, tienes la fatídica sensación de que tus pensamientos se coagulan en el papel.

Tampoco me parece ameno; pero sí macabro. Me place…

La coagulación del pensamiento bien podría ser una expresión de aquel muerto romanticismo de la soledad y enaltecimiento del amor como tragedia y elevación.

En el papel me parece ver ya las palabras modeladas con costras.

Es tan orgánico…

Podría decir que casi respira agónicamente el papel; pero no.

Soy yo fumando que agito las hojas, como si un dragón intentara quemarlas.

La sangre es más eterna y sólida que el semen, es otro hecho que tampoco es divertido.

Ni macabro.

Simplemente es.

Por eso los mesías solo hablan de la sangre.

Y las putas son vampiras incruentas.

Putas y mesías, dicen que es lo más viejo de la humanidad.

Es mentira, lo más viejo de la humanidad es mi pensamiento encostrado.

No soy dios porque afortunadamente sangro.

Y por ahora ya he perdido bastante sangre.

¡Bye!



Iconoclasta

11 de febrero de 2023

lp--Con la guardia baja--ic


Ocurre que a veces me encuentro desprevenido, indefenso ante el drama de un pasaje literario o una escena cinematográfica.

Con la guardia baja.

Es muy embarazoso cuando el llanto se agolpa al borde mismo de los párpados.

Jamás parpadees.

Cualquier movimiento volcará las lágrimas y costará dios y ayuda de parar.

Da gracias a la soledad, a la intimidad.

De que nadie sepa.

De que nadie vea.

Me siento invadido de lástima hacia esos personajes que sufren aquí y ahora ante mis ojos; las coordenadas del presente y el ánimo: la realidad.

La mía.

Es vergonzoso llorar por tamaña banalidad.

Me siento idiota.

No es por el drama exactamente. Quisiera que existieran los que sufren.

Son buena gente.

Y quedo abandonado, perdido en esas coordenadas ilocalizables en ningún mapa.

Perdido en mi realidad, no los encuentro.

El llanto es por su inexistencia, no han nacido.

Pobres míos…

Que la aflicción se derrame secretamente.


 Iconoclasta

27 de enero de 2022

Verso inconexo


Soy el verso inverso

que rima lo que no sintió

y esconde lo que no fue.

Soy un verso inmerso

en un frustrado universo

el eructo de un festín inapetente.


Se puede escribir del orgullo de ser,

la vanidad de lo logrado.

Del sudor bien empleado.

Del tiempo acelerado.

O se puede esconder lo que hice,

lo que no supe, lo que no pude.


O se puede no escribir y dejar que la presión provoque un aneurisma cerebral y morir.

No soy orgulloso, soy un fracasado y si no escribo, no existo.

Seguiré escondiendo mi fracaso con cierta malicia, porque de morir no me libro.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

25 de junio de 2021

Cuidado donde pisas


En el vasto páramo de las letras, sé cuidadoso al pisar.

Las equis te expulsan y las as te pueden amar y abandonar.

Atento porque los dedos corren apremiados por la emoción y el amor es traicionero.

Podrías escribir la historia errónea con la palabra fallida o la indescifrable.

¿Y no querrás eso, verdad? No quieras añadir a la saña con la que te trata el planeta, tus errores. Las emes son de muerte, y las efes de fracaso. Apenas de felicidad si ella no está cerca pronunciando alguna belleza de las suyas. De esas que deja caer suavemente en tu oído y luego al teclado, como las flores de los cerezos tapizan la vida con mantos de nata y fresa.

Cuando camines entre palabras y letras, no te apresures. Te va la dicha en ello. Pulsas por error y se desata el apocalipsis: las tristezas transmiten un temblor a los dedos, el miedo a pisar la tecla/mina que ahora pudiera ser fatal, la que aunque borres de la pantalla, quedará grabada en tu retina como un mal presagio.

Y piensas en sus dedos con esperanza, ella te guiará por el desierto de las letras que las lágrimas de una tristeza tan vieja como tú desenfocan. Porque sus dedos son precisos y preciosos y un día siguieron el camino de tu rostro. Resiguieron sensualmente tus labios. Sellaron tras el beso su conjuro de amor: “¡Shh… No digas nada amor! Solo ámame”. Fuiste condenado a amarla y la buscas en todas las cosas, en todas las palabras, en todas las letras.

En todas las teclas peligrosamente desenfocadas.

Es la más hermosa condena de amor jamás contada.

Y escribes: ¿Cómo lo hago para describir mi sonrisa si la pena me come ahora? Y el miedo a que una letra me devore una falange, para que no te pueda enviar el amor necesario de una forma tridimensional y tangible, que trascienda las sutiles frecuencias del amor al aire mismo que respiras.

Te hamo.

¿Has visto amor? Peligro es mi apellido. Estoy seguro de que si lo repitiera, si te “hamara”, de alguna forma la vida me golpearía furiosa como aquellos maestros cuando era niño.

Y las teclas me arrancarían los dedos…

¡Te hamo!

¡Shhhh…! Que se jodan las teclas.




 


Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

28 de abril de 2021

Ni literatura ni cojones


No sé si tengo una innata capacidad, una facilidad semántica y sintáctica para ser absolutamente obsceno en mis pensamientos y sus palabras; o es que tú y tus hermosos pezones, tu coño perfecto y tu culo precioso, son los que provocan esta pornográfica verborrea de la que hago alarde sin asomo alguno de pudor.

Más concretamente sin piedad para todos aquellos mediocres capaces de sentir la polla en la boca cuando simplemente la leen.

¿Sabes que tengo el rabo lleno de heridas? Te pienso, te evoco y me agarro al nabo con fuerza, como esas veces que te pido que lo cojas con el puño y me hagas daño, que lo aprietes y lo retuerzas hasta que se me escapa un dolor baboso por entre los labios y se me encogen los cojones del trallazo doloroso. Y tú lo haces con tanta fuerza, mi puta…

Yo mismo podría ser tu Jesucristo, que pide ser crucificado ante ti con la polla tiesa.

Ya sabes lo delicada que es la piel que cubre esas venas por las que circula la sangre y el semen, a veces el organismo se confunde con todo este puto deseo; me has mamado la polla tantas veces, que la has dejado perfectamente tonificada. A veces le hago fotos solo para pensar como tus labios cubren el pijo y sorben…

Bueno, cuando cierro el puño al soñarte, es inevitable que las uñas se claven en la piel con cierto furor y empiezo una frenética masturbación que acaba escupiendo una leche rosada que se queda prendida, aún latente entre los pelos del pubis y los huevos.

La primera vez, por un instante me asusté ante la posibilidad de que tuviera cáncer de cojones; pero vi la piel de la polla en mis uñas y me sentí feliz. Derramé alcohol en ella y rabié, porque cuando siento dolor y grito, es como liberar a la bestia y no hay mayor libertad que ser lo que uno es realmente.

¿Estás segura de que algunas noches no te sientes violada con la presión de algo que te llena el coño mientras te mana una baba espesa por la raja? Y dormida llevas las manos entre los muslos y sin pretenderlo rozas el clítoris que emerge agresivo de tu vulva cremosa, tan erecto para ser aspirado con fuerza rozándolo con los dientes. ¿Recuerdas como aferras mi pelo cuando te como el coño y me obligas a lamer con más fuerza y casi me asfixias? Pues eso, puta…

La presión que tu vagina ejerce en mi rabo herido, hace del joderte algo balsámico que da un mortificante descanso a la desgarrada piel de mi pene que tanto busca tu agujero. Cualquiera de los tres que luces, mi amor, mi puta diosa…

¿Has visto, cielo, con que naturalidad y amor te escribo?

Pues eso, mi hermoso coño, te amo y cada noche te jodo esté o no a tu lado.

Y en tu despertar te imagino húmeda, con el chocho resbaladizo y pegajoso que ha dejado una mancha en la sábana. Y yo lamiendo todo ese caos con la boca en tu llaga divina.

No sé, tal vez alguien pueda decir que esto no es literatura.

Y tendrá razón, porque el único y premeditado fin de mis palabras es joderte, tanto y tan profundamente que el ojo ciego de mi pijo llegue a atisbar tu alma.

¡Psé! Se pueden meter el Nobel en el culo, me suda la polla.

Hasta la próxima follada, mi amada, mi puta.





Iconoclasta


9 de enero de 2020

Prostitución ética-literia o el éxito de ventas


Me he habituado a escribir con demasiada facilidad y frecuencia, incluso en el campo, en la naturaleza. Si no me controlo, un día tendré que arrancar de los dedos de mis pies las raíces para poder caminar a casa.
Quiero decir que escribir es mi forma de pensar, hasta tal punto que no puedo caminar sin una pluma y papel. Me pasa con escribir como con el tabaco: me gusta a pesar del veneno.
Ya lo sé todo: hay unas normas para triunfar (aunque sea efímeramente) en el mundo editorial:

1. Cuando un escritor se cree el elegido para difundir la verdad, mejor que deje de escribir su mierda y se dedique al sacerdocio como forma de vida; no obstante, si escribe toda esa mierda que tiene en su cabeza triunfará si tuitea de forma adecuada y frecuente.
2. Los egos suelen crecer siempre injusta e inmerecidamente tanto como menor es su habilidad y cultura. La tan cacareada ley de proporcionalidad inversa que de pequeño me enseñaron en el cole, es una de esas reglas matemáticas tan necesarias para comprender lo cotidiano grotesco. Si un tipo que escribe algo malo y lo asume como obra de gran valor artístico y cultural, haciendo las felaciones o cunillingus a las personas adecuadas, triunfará independientemente de la basura que escriba.
3. Es un error llevar la literatura más allá de lo que es: describir el mundo y lo que contiene, como lo vemos o como queremos que sea; con una redacción amena y un vocabulario de ambigua precisión para generar cierto suspense y que el lector pueda rellenar los huecos.
Si quieres triunfar, mejor usas guiones para separar las sí-la-bas y así puedan leerte con absoluta precisión. Y de paso aprendes también a pronunciar.
4. Explicar el detalle exhaustivamente, es tomar por idiotas a los que leen habitualmente.
Así que, si describes con detalle en diez o doce páginas el matiz de los pelos del culo de los personajes, tranquilizarás a los lectores actuales al darles información banal y guarra, que es lo que desean las bestias. Triunfarás por explícito (en aburrido, nada que ver con transgresión, genio): literatura for dummys.
5. Recapitulando: si pretendes publicar un panfleto cualquiera (como por ejemplo esa mierda de La Cabaña) o ganar un premio literario, no tengas en cuenta las conclusiones de los puntos 1, 2, 3 y 4.
En esta era de automatizadas mentiras, hipocresías y credos banales, la libertad de expresión y las grandes cuestiones de vida, muerte, ética y dignidad se han convertido en putas del poder y la moral de una sociedad formada por rumiantes de dos patas con capacidad de votar para nada. Es decir, lo crítico, crudo, real, transgresor, divertido, sarcástico y deprimente será castigado y ninguneado. Se debe alimentar el infantilismo decadente de la chusma.
Si algo te hace vomitar y quieres ser adorado por una legión de babosos, no lo escribas. Tienes que comunicar que te apasiona.
Y es que además de todo lo dicho, para desarrollar la más simple idea y que sea publicada, es preciso hacerlo con un mínimo de trescientas páginas para que sea rentable. El aburrimiento de leer páginas vacías e iterativas hacen del mamotreto polémica que genera más ventas y decora lo suyo encima de un mueble barato; pero minimalista. Si copias y pegas pasajes de libros de texto de historia, te convertirás en catedrático de Historia.
En una época ésta, en la que la prostitución cultural y ética es la forma de vida habitual en nombre de la corrección y tolerancia; las putas han perdido su trabajo y glamour (las pocas que lo tenían). Ahora cualquier muerta/o de hambre fea/o es puta.
Cuando un meme vale tanto como trescientas palabras correcta, sucintamente escritas y redactadas, es que literatura y cómic han muerto sepultados por hordas de analfabetos que se pierden en las primeras veinte palabras de un texto.
Si tienes ganas de asesinar, escríbelo y serás más odiado que si lo haces.
Herir morales es lo más gratificante que existe, además de fumar y follar (por este orden).
Cuanto menos guste lo que escribes, más arte e inteligencia demuestras y menos ganarás; pero si eres mínimamente decente, que les den por culo y escribe lo que te apetezca con todas sus consecuencias y sin respetos de mierda. En la literatura “respetar”, es otra forma de cobardía y prostitución; entrar en el juego de los fariseos no es algo de lo que sentirse orgulloso.





Iconoclasta

22 de diciembre de 2017

Yo y Mi razón


Escribir es el más fascinante acto de egoísmo.
Todo deja de importar salvo el propio pensamiento. Cuando escribo solo existo Yo y solo existe Mi razón, mis ideas precisas y perfectas.
Impúdicas y sórdidas como los sueños de un enfermo mental.
La realidad que me rodea carece de importancia, porque la verdad la creo yo dentro de mi cerebro.
Las personas se convierten en cosas inferiores y sacrificables o utilizables en mis manos.
La moralidad es una hipocresía inconcebible en mi pensamiento y la ética es absolutamente despiadada.
Hay quien usa su habilidad literaria para alentar el intelecto, educar o emocionar. Bien por ellos, pero no son ejemplos que me gustan o me sienta tentado de seguir.
Yo soy otra cosa.
De hecho, no existe nada que me sirva de ejemplo.
Es fácil ser dios sabiendo plasmar precisa y claramente el pensamiento de forma tridimensional haciéndolo duradero, táctil e inviolable en el tiempo.
Escribir me eleva por encima de cualquier ser humano y cualquiera de las leyes humanas.
Soy absolutamente amado y envidiado.
Y nada ni nadie, puede impedir mi divinidad. Nadie…
Ninguna ley, ningún dictador, ninguna sociedad.
Siempre seré absolutamente libre e indomable, sea cual sea la situación. Los líderes de cualquier índole mueren en el mismo instante que nacen en mi ano; el excretor de miserias de todo tipo.
Mi vanidad es absolutamente impermeable a cualquier contaminación ajena a mi pensamiento hermético.
Acabo siempre concluyendo que todo está mal hecho (incluyendo humanos) porque no nací antes.
Y firmo mi pensamiento ajeno al mundo, con el humo de un cigarro cegando interesantemente mi ojo.
La ceniza ha caído sobre el papel y por tanto mi pensamiento, me gusta; da carisma. Soy perfecto hasta el final.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

29 de octubre de 2016

Bohemios...



Se le achacan méritos y romanticismos exagerados y facilones a los que escriben, pintan o dicen algo ingenioso desde una bohemia comodidad. Desde un bienestar u holganza donde el sudor de la esclavitud laboral y su precariedad, no marca sus inspirados días.

Es fácil y poco meritorio ser intelectual y transgresor cuando eres un afortunado.

Soy adicto al combate, al dolor, la ira y el cansancio. Que se emborronen las palabras con el sudor y escupiendo rabia. O con los dedos mojados de un semen eyaculado con tristeza...

Y así sacar el in-genio de las venas de mis brazos.

De un pene inconsolable...

Bohemios y pensadores de vida fácil y resuelta...

Os enseñaré la verbigracia, el romanticismo y la irreverencia que contienen una gota de sudor y otra sangre. Y a falta de absenta, brindaré por toda la mierda de este mundo con un trago de agua turbia y recalentada.

Ebrio de agotamiento y rabia.

Narcotizado de frustraciones.

Bohemios y sabios de club...

No sabéis nada, ingenuos.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

28 de septiembre de 2016

Las lacras de Potter y Sombras de Grey



Es todo una gran mentira: no existe inteligencia en el ser humano, los creadores nacen como una especie de monstruos cada ciento cincuenta o doscientos años.
Entre jardín de infancia, primaria, secundaria, instituto y universidad, más o menos se invierten unos dieciséis años de tiempo para intentar adquirir conocimientos y cierta cultura (la cultura y el conocimiento no están reñidos con el buen gusto y la dignidad; no sé porque se empeñan en ignorar estas dos últimas cualidades).
Como decía: todo este chorro de años de culturización para acabar comprando el último panfleto de Harry Potter y hacerse una foto hortera y vulgar con la portada, como si lo fueran a leer.
Los que no lo han comprado es porque son habituales de las 50 Sombras chochas de Grey (pseudo-sado barato para mediocres amas de casa mal folladas y otras exquisiteces sin hábito de lectura como oficinistas de baja cualificación y reponedores de supermercado que se creen gerentes de algo).
El sistema educativo no ha fallado, el 95 % de los cráneos humanos solo aloja virutas de madera y algo de arena. El sistema educativo funciona perfectamente, está perfectamente adaptado a esos cráneos.
¿De verdad se puede tomar alguien en serio la tan cacareada inteligencia humana?
Mierda...
Esto no tendrá un final malo ni bueno, simplemente no tendrá final y todo será igual que ahora. Miles y miles de años avalan mi afirmación.
Buen sexo (sin varitas mágicas ni látigos de peluche).



Iconoclasta

17 de agosto de 2016

Una imagen divina


Incluso le da cierto asco la puta que orina un caño inverosímil de orina contra el pene de un macho de mirada idiota en la película porno; pero su polla no tiene reparo alguno y se mantiene dura y latiendo en su puño.
Eyacula, suelta su carga de semen y deja que le resbale por el vientre, por las ingles y gotee lentamente enfriándose en la sábana.
Se enciende un cigarro, su pene late perezosamente con los últimos ecos del orgasmo; pero no hace caso.
Es salvaje e inmoralmente libre. Inmoral para el punto de vista de la chusma, el no cree en leyes o pautas morales, hace lo que debe sin tener en cuenta a nada ni nadie.
Le apetece un café; pero no quiere preparar una cafetera. Su vientre aún está húmedo de semen, no se limpia. Es suyo, no hay nada de él por lo que sienta asco.
En el café se sienta en la mesa más apartada y escribe cosas en un cuaderno que ofenden al mundo entero.
Y está bien, le viene a la cabeza esa cobardía tan generacionalmente insertada en los cerebros idiotas: "Un día puedes necesitar a alguien, sé cuidadoso". Hace tiempo que se limpió el semen de una paja con aquel consejo. Porque es mejor morir que necesitar a nadie.
Y concluye que muchos están respirando un aire que no debieran, por lo tanto.
Así que escribe y ofende. Así que escribe y se caga en dioses y leyes.
Observa que es el único que está solo en el local, en las mesas charlan, hay un barullo caótico que lo aísla aún más de todos.
Alguien le saluda y le habla del tiempo, el responde con una sonrisa, pero su pensamiento es un nudo de cólera: "Ojalá te parta un rayo, cabrón ".
El hombre le da una palmada amistosa en el hombro, él se caga en "su puta madre"; pero le sonríe y le dice: "Hasta luego".
Observa con desagrado a las pocas parejas que ocupan mesas. Su tiempo de errores ya pasó, ya no necesita ni quiere a alguien a su lado. El tiempo lo ha curado de cobardía, si alguna vez la tuvo.
Una vez la masturbó, le metió los dedos en el coño mientras ella conducía el coche, hizo que se corriera y sus dedos se crisparan al volante; luego no quiso que se la chupara: sentía asco por la zorra. Solo pretendía hacer su toma de posesión: él hace lo que quiere con quien quiere.
Y la vida se torna tristemente predecible, más de lo mismo cada día.
Escribe en el cuaderno que follar ya no es la cuestión: se trata de hacer lo que quieras con alguien. Usar personas...
Y eso ofende la moral y las ideas del amor y el respeto.
La familia es un asco y hace de la libertad un excremento cuya montaña gana altura con los años.
Son cosas que no se dicen, solo se escriben en la intimidad que proporciona la chusma parlante y gritona.
Sale a la calle y llueve, los hay que corren, los hay que ríen por lo divertido de mojarse por un repentino chaparrón.
Él usa el agua de lluvia para refrigerar su cerebro demasiado recalentado, demasiado potente para tanta banalidad.
Llega de nuevo a casa, se sienta en el sillón frente a la televisión apagada, se observa reflejado en la pantalla: y le gusta lo que ve.
Hubo un tiempo que no había intimidad para observarse, para oírse a sí mismo.
Ya todo está bien, vivir más sería estropearlo todo, acabar con indignidad.
El filo de la navaja se hunde en la carne de su muñeca con sorprendente facilidad, pero se le escapa de las manos por el trallazo de dolor cuando los tendones se seccionan.
El cigarrillo está sucio de sangre y crepita al aspirar.
El gato se acerca a él y lame la sangre, se sube a su regazo y se acurruca entre sus piernas. Él apoya su mano ensangrentada y deja que la sangre corra por el pelaje de su único amigo.
Observa la pantalla del televisor con el corazón a punto de fallar por falta de sangre: es tan sórdida la imagen... Casi como lo que él escribe.
Sonríe ensangrentadamente y el gato ronronea tranquilo, ajeno a la muerte que le gotea.
Fin.



Iconoclasta

28 de abril de 2016

Movimiento


"No camines, quédate en casa y descansa. Ahora no duele, cuando el mundo se detiene, el dolor también".
"Haz caso de la quietud, disfruta la ausencia de dolor".
El dolor me la pela, así que en contra de lo que mi cuerpo dice, me calzo. Es penoso, porque hay que forzar los músculos para que se muevan.
Ellos saben cuando es bueno salir a caminar, a respirar aire frío.
No me rijo por la sabiduría, ni la mía misma.
Me rijo por mis cojones.
Pienso en los seres que consumen oxígeno para absolutamente nada. Sin que se muevan y cuya única ventana es un televisor apagado o encendido.
Dicen estar cansados del trabajo, de lo que trabajaron, de que siempre es lo mismo: la misma calle, la misma luz, el mismo coño...
Cuando mueren, simplemente escupo como si fuera un moco molesto: siempre es lo mismo.
Tienen razón, pero no saben hasta que punto son ellos mismos de quien están asqueados.
Los huesos no saben de esas cosas, no pueden entenderlo. Así que la rodilla duele un millón y hago como que no me doy cuenta. La contera del bastón está tan desgastada que secretamente le doy la razón a mis extremidades.
Es más fuerte el miedo a ser un mierda que babea o que sueña mediocridades frente al televisor o su cerveza, que el miedo al dolor.
Camino sin que el dolor mengüe un ápice. No hago caso al miedo que me atenaza los testículos cuando pienso en la posibilidad de que andando, me rompa. Más que nada porque tengo la imagen de ella desnuda y húmeda. La erección es el mejor analgésico.
Y la vejez de las calles que piso, el recuento de muertos anónimos que las casas han visto con indiferencia intemporal.
Suficiente, razonable y vanidosamente cansado me siento a tomar un café y poner a prueba la discreción de las miradas de algunas mujeres. Porque aparte de moverme, me gusta follar o la caza. Y crear cierto halo de trascendencia y rebeldía que a muchos humanos les lleva a mirarme con extrañeza.
Suele ocurrir porque mi rostro muestra cierto rictus de dolor y mis ojos, sin embargo, reflejan mundos que no son de este universo. Ideas que están formando constelaciones de locura.
Los vulgares detectan esas cosas, aunque no sepan identificarlas.
Cuando frente al café saco la pluma y el cuaderno del bolsillo, es como si el mundo desapareciera y me quedo solo, como un invisible entre la humanidad.
Y escribo cosas peores y mejores que ésta. Ignorándolo todo, hasta la presencia de mi padre si aún viviera.
Soy tremendo.
No quisiera no tener dolor y hablar del tiempo, o de un programa de televisión, o de la crisis.
Ni siquiera tengo deseos de hablar.
Tengo  secretos...
Secretos de un pensamiento que bordea peligrosa y suicidamente la locura y el sexo voraz.
No podría hablar porque son pensamientos que se hacen sonido cuando el semen eyaculado se enfría en la piel ajena. En los pezones ajenos, en el monte de Venus, en sus muslos que tiemblan...
Son pensamientos que se expresan, precisamente, cuando más difícil es hablar. Porque los ecos del orgasmo colapsan la voluntad y la respiración.
Así que no me interesa hablar banalidades pudiendo tener silencios de belleza extraterrestre.
Me llevo el café a la boca y pienso a que sabrá su monte de Venus rasurado cuando lo bese, cuando deslice la lengua hacia su raja hambrienta...
Y el dolor ha dejado de importar, ha dejado de importar todo.
Porque mi lengua tiene el dulce saber de su coño-café.
Lo he visto escrito en el papel, aunque no recuerdo cuándo lo escribí.
Ni el dolor ni el mundo pueden impedir que yo me mueva, que enloquezca, que joda a esa preciosa.
No es vanidad, me importa poco ser tosco, ser brutal. Solo quiero ser fuerte, un forzudo de los sueños, de la risa, del llanto, del dolor, del sexo y de la tristeza.
Que duela o que goce, siempre con el exceso.
Pago el café y me permito una broma que jode a muchos: "¿Por qué es tan barato el café? Me siento mal pagando tan poco, no es elegante".
La camarera ríe un poco aliviada cuando demuestro humanidad y doy muestras de humor y simpatía.
 Y mañana más, aunque me sangren los ojos.
Si me sangraran, saldría un texto magnífico. Lo mío no es el miedo, le temo al asco.
El movimiento es vida y sueño.
La inmovilidad es muerte de mierda.


Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

11 de junio de 2015

El árbol humano, una novela de Iconoclasta


"La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo." (Iconoclasta)

Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656

4 de junio de 2015

El árbol humano, una novela de Iconoclasta


"La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo." (Iconoclasta)

Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656

28 de mayo de 2015

El árbol humano, una novela de Iconoclasta


"La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo." (Iconoclasta)

Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656