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Mostrando entradas con la etiqueta insectos. Mostrar todas las entradas
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2 de octubre de 2022

lp--Botas mojadas y pies secos--ic


Vivir es absurdo, todo es lo que no parece.

Y al final sí era lo que parecía.

Te das cuenta demasiado tarde de que la envidia, la ambición y la falta de inteligencia son tan grandes, que no tienes esperanza de sobrevivir al enemigo: la humanidad.

Es inabarcable, incuantificable la sordidez y mezquindad humanas.

Por esto no me fío de la sequedad de los pies, aunque los sienta calientes. Será por infección, por fiebre.

Es de una magnitud tal la vileza y cobardía que ni siquiera la imaginación podía prever semejante estercolero de humanos que se ha formado, cada escarabajo da vueltas a su bola de excrementos y son felices así.

La única lógica que existe es vida-muerte. Afortunadamente todos mueren, aunque tarados y ambiciosos, mucho más tarde que la gente que sirve para algo y se le puede tener aprecio. Al menos un sincero respeto.

La capa sólida que piso, la de La Tierra, flota sobre una compota formada por todos los cadáveres de la historia y excrementos amasada con agua y orina. Por eso hay terremotos, porque esa podredumbre se agita y rompe la tierra.

Hay tantos cadáveres enterrados que empieza a rezumar el infecto veneno al exterior.

Lo que está podrido en vida, es podrido al cuadrado como cadáver. Y así no hay quien mantenga los pies secos.

De hecho, me da asco que las botas estén mojadas y envuelvan irremediablemente los pies.

Existe el arte y la literatura para crear mundos y situaciones, sino mejores, más intensas para combatir esta mezquindad estranguladora que pudre los pies y el alma, si existe semejante vapor. Soñé que una vagina me arrancaba la polla con sus dientes, luego quise meter la lengua porque estaba muy caliente y me arrancó la lengua y los labios… No olvidaré aquella intensidad que no existe en ningún lugar del universo más que en mí mismo. Soñé que mi padre muerto estaba cansado de verme en los sueños y me despreciaba con gesto evidente. Lo creí, y me esforcé en no soñar con los muertos por mucho que los amara.

La podredumbre sobre la que flotamos no es intensa, es de una devastadora mediocridad y previsibilidad.

El planeta es una fosa séptica llena de cadáveres y rebosa. Al mundo le faltará tiempo para convertir todos esos miasmas en combustible fósil; porque la especie humana si no ha muerto, agoniza. Está perdiendo la capacidad de ser individuo creador y el coraje para juzgar y equivocarse. Y por ello perderá el uso de la razón.

Ya se puede afirmar que la masa humana es una cosa híbrida entre insecto y mamífero con la habilidad de votar al criminal o imbécil que más aparece en la televisión y en las pantallas de sus móviles.

Por cerdo que sea.

Es mentira, no tengo los pies secos, están tan mojados que siento el frío pudriéndome las arterias y el tuétano de los huesos, como una baba invasora. Y como eufemismo le llaman tumor, cáncer, condrosarcoma, osteosarcoma, mierda en bote…

Todo es lo que parece, no hay sorpresa.

Todo lo sabía, no ha habido suerte.

Ni magia.

Ni ilusión alguna.

Las botas están tan mojadas como mis pies.

Qué desolación de realidad…




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


27 de septiembre de 2022

lp--Hacendosos insectos--ic


Algún semi hombre impotente frente a una hoguera prehistórica nocturna con un collar de abalorios modelados con excrementos secos, predicó a aquellos monos humanos de la tribu que, se folla con la misión de procrear. Gozar es pecado, promiscuidad.

A medida que la civilización adquiría asentamientos fijos, los pecados, faltas y leyes se predicaban en templos construidos con el esfuerzo y la sangre de los creyentes para el brujo o sacerdote. Y más adelante, una casta de sacerdotes se hizo política.

Pocos hicieron caso de este follar reproductivo y gozaban; pero por mansedumbre, por miedo a las leyes de los dioses inventados por brujos y sacerdotes, aceptaron con falso arrepentimiento el pecado. Y por ello el castigo por el placer.

La humanidad es una especie imbécil y ha sobrevivido y evolucionado físicamente durante miles de años porque es plaga, como los insectos. Por muchos humanos que mueran, quintuplican sus nacimientos insectilmente.

Esta prédica religiosa y política, sobre la obediencia y el pecado de gozar se graba en las mentes de los niños con ejemplos de virtud, como pueden ser las hormigas y las abejas que trabajan hasta morir y sin lamentarse (de ahí también el uso actual del bozal o mascarilla en jerga nazi o fascista), para engordar a la puta reina.

Es un concepto llamado ahora “trabajo en equipo”, que se inculca desde tiempos inmemoriales en las mentes de los niños, para convertirse en la madurez en un mantra laboral siempre en boca del insecto u obrero productor humano. El trabajo en equipo consiste en anular la creatividad humana para evitar que ningún insecto sobresalga y usurpar el equipo de idiotas la inteligencia del individuo.

Al final, el 99,99 % (la minoría restante son líderes políticos religiosos y millonarios) de los cerebros humanos útiles solo trabajan como receptores de timos, dogmas y mandamientos fascistas, todo entra y nada sale de ellos.

Y como los líderes del panal u hormiguero son humanos, también son imbéciles; pero gracias a la enfermiza ambición genética y una paranoica codicia, han desarrollado instintos para convertirse en putas reinas del sucio termitero, con su imbecilidad intacta. Es la denominada suerte de los tontos, a los que se les aparece dios o la virgen y se consideran mesías de la mierda.

En fin, este pequeño ensayo explica que la especie humana, a pesar de los miles de años que holla sobre La Tierra, no pueda evolucionar: su reproducción insectil irremediablemente eterniza el gen imbécil.



Iconoclasta


10 de marzo de 2018

La maldita primavera


Medio día, 9/3/2018. Muy cerca del Pirineo.
Astrónomos, meteorólogos, el folclore popular y pájaros destripados por adivinos pueden decir lo que quieran; pero aquí quien tiene la razón soy yo.
Hoy ha entrado la primavera. No ayer. Ni entrará para la veintena del mes de marzo como todos dicen. Doy fe y que tome nota el cabrón del notario, que para eso cobra una pasta.
Mil putos insectos se me han metido por los ojos, boca, nariz y orejas.
¿Se comprende así la necesidad de vestirse? El nudismo es puro esnobismo.
Y si aún así eres un nudista recalcitrante, mejor que andes con los glúteos bien apretados uno contra el otro (aún a riesgo de parecer maricón), para que el agujero quede a salvo de alguna colonización insectora.
También he sudado; pero no es ninguna novedad, lo mismo ocurre cuando follo.
Como decía, el planeta hace lo que debe y cuando puede y quiere. Quien espera algún lejano solsticio o que en la prensa le indiquen que es primavera, pierde el tiempo de “disfrutar” de la cochina primavera.
No estoy enfadado, solo asqueado de tanto bicho. Aunque si he de ser sincero, también siento una deliciosa vanidad de haberme encontrado en libertad en el primer día de trabajo de la primavera; mientras gran parte de la población mundial está trabajando o publicando tuits y mensajes idiotas en sus teléfonos (ambas cosas son lo mismo; es una cuestión comercial lo que diferencia las distintas idioteces que se publican en internet).
Me satisface la exclusividad.
Como prueba, ya que los asquerosos insectos son difíciles de fotografiar, he retratado las primeras florecillas de montaña. Cosa que me parece tan cursi, que a punto he estado de fotografiar un ratón muerto con los ojos comidos por las hormigas. Es que olía fatal.

Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.