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3 de marzo de 2023

lp--El futuro de los jerarcas y políticos--ic

Es de puercos responsabilizar a nadie del destino del futuro. Y los políticos por su ambición y codicia no cesan de hablar del futuro para robar hoy lo que no podrán mañana.

Nadie se entera de nada, porque no hay inteligencia suficiente para sintetizar o analizar y resumir la idea de un discurso. Es por ello, que los lelos incapaces de respirar por la nariz, escuchan al político babeando y piensan que razón no le falta.

No son conscientes de la ofensa y el desprecio que el político o jerarca les está escupiendo a la cara con esa sonrisa subnormal en el rostro.

Los insulta y los denigra desde el mismo momento que a esa masa amorfa y anónima de ciudadanos, los condena en el presente, les perora que son un caso insoluble. No se pueden salvar de la ruina, sino dar su dinero y salud a los que no han nacido.

Que los vivos solo son combustible para las próximas generaciones.

Los presentes han de vivir como mierda para que los que vienen disfruten de su mísera vida sacrificada.

Estos mensajes paternalistas, pseudo filantrópicos de los avarientos y ambiciosos jerarcas y políticos se vienen repitiendo desde que un primer mono hijo de puta, fue nombrado jefe de una tribu o rey.

Han pasado más de seis mil años de civilizaciones sosteniendo la misma mierda de joder a los presentes por un bien de los futuros. Que la población viva miserablemente para que ellos, los ambiciosos y avaros en el poder, mueran ricos.

La humanidad no es inteligente, solo algún individuo lo ha sido. La masa humana tiene un certificado de retrasada mental que le asegurará, hasta su extinción, trabajar para futuras generaciones muriendo con la boca llena de mierda.

Tiene ese grado de imbecilidad clínica y no conseguirá sobrevivir para evolucionar y erradicarla de su genética.

Son incapaces de entender los lelos que lo que hoy se consiga, gane y disfrute; servirá para los que están por nacer, si llegan a ello. Y a ellos les tocará sostenerlo y mejorarlo si pueden. No requiere sacrifico alguno el futuro. Nadie vive para alimentar a los no nacidos y cada cual tiene su vida que disfrutar y mantener.

Los sacrificios solo los exigen sacerdotes, santones, presidentes, tiranos y reyes para morir podridos de dinero.

Y nadie los mata, no en suficiente número y frecuencia; sino que cada vez nacen más futurólogos de mierda.

El futuro de los jerarcas es la maldición eterna de los pobres, que lo son por idiotas.



Iconoclasta




3 de septiembre de 2018

¿Dónde?


¿Dónde estoy?
Roto.

¿Dónde estoy?
En un tumor.

¿Dónde estoy?
En un reloj roto.

Pero… ¿dónde estoy?
Donde la sangre huele mal.
Por favor… ¿dónde estoy?
Y ya no es sangre.

No puedo… ¿dónde estoy?
Una vez en los huevos de tu padre.

¿Dónde estoy?
Muerto entre vacas guapas.
¿Dónde estoy?
Ella no lo sabe, solo llora.

¿Dónde estoy?
Triste.




Iconoclasta

5 de enero de 2018

El espíritu y la carne


Tengo un relajante dolor y una descarada de falta de pudor.
El dolor es de amor, siempre lo es.
La impudicia es una erección y un pensamiento de una obscenidad absoluta.
¿Cómo puedo conciliar la espiritualidad del dolor con la carne dura, obscena y goteante que está firmemente presa en mi puño violento?
Tal vez pienso demasiado, tal vez la amo demasiado e inútilmente y mi organismo conjura el dolor con un bálsamo blanco que escupo como una plegaria hirviente.
No sé… No quiero entender.
Me basta correrme con tristeza, me lleva a trascender más allá de esta mediocridad.
Lo sórdido es densidad, cuanto más humilla, más importancia adquiere la vida.
Un sacrificio lácteo, un deseo rojo en mi cerebro; como la sangre fuera de las venas.
No hay conciliación de soma y psique, soy demasiado absurdo.
Son reacciones lógicas a la monstruosidad de amar y desear sin consuelo.
Solo soy una consecuencia de mí mismo.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta

29 de abril de 2017

Realidades y virtualidad


Conversaba con una amiga y lanzó una cuestión: ¿Imaginas cómo sería si confundiéramos entre la realidad verdadera o una virtual? ¿Cómo podríamos diferenciarlas?
Lo hermoso de esta cuestión es el lado romántico; donde ausencias y secretos contados a grandes distancias, imprimen un sello onírico donde el pensamiento acepta posibilidades imaginarias que la realidad impide con saña y crueldad. Es una necesidad para desarrollar el amor. Siempre ha sido narcótico amar.
Sin embargo, profundicé y pensé: ¿Quién puede tener problemas con ello?
(Me es inconcebible: yo escribo y creo pesadillas, amores, obscenidades... No quedo atrapado en ellas, ni en mis introspecciones destructivas).
La realidad virtual no existe, no como sueño, no como imaginación, no como posibilidad.
Y razono que se trata de la eterna lucha entre lo objetivo y subjetivo. Dos realidades que se confunden a menudo.
Lo "virtual" es una cuestión semántica adaptada a la tecnología.
La realidad virtual consiste en identificarse en un mundo artificial, desarrollar las propias emociones y sentimientos en un lugar que otros han fabricado. Y vivir ese mundo consciente y voluntariamente por un tiempo prefijado por el fabricante.
La realidad subjetiva es involuntaria y se forma con los deseos, miedos y carencias propias durante la vigilia, la vida cotidiana.
No es virtualidad, es idealización, conveniencia inconsciente.
Hay colores de cabellos y ojos que cambian según quien y en que momento los observe.
La realidad objetiva, hace de un ladrillo, lo que es: un ladrillo.
Algo mensurable y táctil, sin errores de concepción ideológica.
Y la imaginación podría hacer del ladrillo una obra de arte. ¿Sería posible creerse la propia mentira y usar el ladrillo como elemento decorativo en la mesita de noche? No, se quedaría en puro esnobismo. Algo insostenible para una mente bien formada.
La realidad virtual es un juego fácil y limitado. Un pasatiempo en el que no existe el quebranto emocional e irreal de un sueño.
Lo preocupante sería creer que nuestro sueño fuera la realidad, si eso es posible. Porque cuando agonizamos de angustia en un sueño, o cuando estamos en un éxtasis paradisíaco; despertamos. Y unas veces nos encontramos tirados en el fango de la realidad y otras, nos alegramos de encontrarnos en ella.
El despertar y adquirir conciencia es un paro de emergencia que evita la locura, el colapso del cerebro.
Lo que sí es cierto, es que un sueño puede condicionar nuestro pensamiento consciente durante un tiempo, la duración de esa perturbación depende de la intensidad de lo soñado.
Y vuelvo a pensar: ¿Quién puede tener problemas con ello? ¿Quién puede confundir objetividad, subjetividad, virtualidad o sueño?
Son preguntas retóricas, porque conozco las respuestas:
La inteligencia, la imaginación y la capacidad intelectual de analizar lo que ocurre en nuestra mente o en la periferia, solo está presente en una ínfima parte de individuos.
La humanidad en general, se nutre emocionalmente de una corriente empática como la que se transmite por las antenas de las hormigas u otros insectos.
Hay una importante inmadurez en la razón humana, de tal magnitud que es posible que necesiten que alguien les diga lo que es real o irreal.
Y comprendo el verdadero alcance y profundidad de la cuestión que lanzó mi amiga: la estulticia humana.
Es como si por algún defecto debido a una evolución inacabada o errónea, el ser humano tuviera un cerebro demasiado grande que hace de su vida una sucesión de confusiones e imágenes injustificadas. No puede gestionar todos los datos sensoriales que recibe.
El problema, no es la realidad; el problema es la imbecilidad.
El problema es que morir les da miedo.
Sí. Deberían hacerse muchos videos para enseñar a la humanidad lo que es real, que aprendan a reconocer sus propias mentiras y alucinaciones que ellos mismos crean desde el instante mismo en que se miran al espejo para lavarse los dientes y ven, incomprensiblemente, un ser superior.
Y subir a yutup y otras redes sociales todos esos videos. Divino...
No me engaño, sería una obra ineficaz para combatir la inmadura ingenuidad humana, no lo entenderían, les causaría más confusión.
Y por otra parte, vivo en un mundo de idiotas, no necesito ni quiero que la raza humana mejore. Me importa poco el altruismo o la esperanza de un mundo mejor. Esto es solo un ensayo, un ejercicio filosófico.
Puedo seguir viviendo entre idiotas lo que me queda de vida.
Estoy acostumbrado.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.




22 de octubre de 2016

Morir solos


"Todas las criaturas de este mundo mueren solas". Película Donnie Darko, 2001.

Donnie Darko fue un fracaso comercial en cines; sin embargo, con el tiempo se ha convertido en película de culto. Para que una película sea de culto ha de cumplir los requisitos de ser: absurda, llamativa, musicalmente atractiva y metafísica (incomprensible).
Para mí siempre ha sido una gran película, perfectamente comprensible; pero la gente, en su gran mayoría, no la entiende; captan algo que no saben sintetizar. Todos se dan bofetadas por aportar su explicación.

Desde el mismo instante que vi la película, me llamó poderosamente la atención la frase citada. Y me ciño a ella en esta exposición emocional.

Me fascina esta sencilla frase porque es tan engañosamente obvia, como discutible. Como prismática, facetada, de múltiples interpretaciones según teologías, filosofías, miedos y valentías.

Hay tantas formas de morir que, someramente, existe una gran probabilidad de no cumplir con esta sentencia fílmica. Morir en compañía, consolados... A esta posibilidad le temería especialmente.

Porque morir tiene que ser más íntimo que follar y no quisiera que nadie me jodiera el gran momento acompañándome. Dándome un consuelo que se puede meter en el culo.

La gran verdad es que siempre se muere en soledad, te importa poco o no te enteras si estás acompañado cuando falla el corazón o ya no llega aire a los pulmones. Porque se vive una agonía que te aísla de todo. Un dolor, un terror de un minuto es toda una vida. Y cuando vas a morir, estás demasiado entretenido en arrancar un latido más al corazón o aspirar una bocanada más de aire. Cosas físicas, instintivas. El cerebro está demasiado ocupado en gestionar toda esa muerte que se le viene encima.

Podría significar para los optimistas: es un viaje que tienes que hacer solo.

Pero ni así puedo asimilarla.

La frase tiene más virulencia de lo que aparenta: dice que la muerte es un viaje a ningún lado. Nadie te puede acompañar a la nada, a un lugar que no existe.

Está diciendo que es el negro final sin lugar y sin tiempo.
No es posible que en un futuro o en un pasado, un ser querido te acompañe el tiempo que necesites para acomodarte. "Te acompaño hasta que conozcas a alguien y cuando empieces a pudrirte me vuelvo".

No.

Niega toda posibilidad de existencia ultra terrena.

El viaje lo haces solo. Y no es un viaje, porque no hay lugar, no hay destino.

Lo horrible para la inmensa mayoría de la humanidad, es que morir acompañado, tomado de la mano y teatralmente rodeado de los seres queridos, no es suficiente. A lo que temen es que no habrá encuentros.

Esa es la auténtica negación de la frase, lo que inquieta y no acaban de encajar los que no la entienden.

La obviedad, al final, no es tal y la afirmación es profunda como una sima.

Explica perfectamente mi forma de entender la muerte. Da sentido a lo que soy: un viajero solitario que así ha decidido ser.

Sin consecuencias, sin miedos a cruzar solo ese río inexistente.

Para los optimistas, los que creen que la muerte es un tránsito, hay otra frase encantadora de la novela Legión, de William Peter Blatty (secuela de El Exorcista): "Los muertos deberían de callar si no tienen nada que decir". Añádase cierto hartazgo por esos gemidos de ultratumba y algo de aburrimiento al pronunciarla, y se tendrá la sensación de que morir, en efecto, es seguir viviendo.

Pero hay muertos en el cementerio que no han aparecido por ningún lado, no hay señales, no hay manifestaciones. Solo mentiras y trucos de prestidigitación barata.

Más películas...

Todas las criaturas de este mundo morimos solas; es el eufemismo.

Dejamos de existir, es la afirmación rotunda, concreta e imbatible que esconde.


Iconoclasta

28 de octubre de 2015

Sin dolor



—Shh... Los hombres no lloran.

Y se ríe sin dejar de comer.

No lloro, no puedo llorar.

No tengo miedo, solo siento tristeza de desaparecer así.

No duelen las orugas al hacer túneles en mi carne, como si ya estuviera muerto.

Esa es mi tristeza: morir sin sentir.

—Calla, déjanos comerte en silencio, no lo estropees.

Al menos que duela, por favor.

No consigo morir.

—No podemos comer tu pensamiento, pero nos esforzamos; tal vez algún día evolucionemos y comamos lo eléctrico de ti. Y así puedas morir junto con tu piel.

Son tan repugnantes, amarillo veneno y erizadas de púas...

Debería doler su solo tacto urticante. El horror de sus voraces mandíbulas y sus cientos de patas puntiagudas reptar por todo mi cuerpo, se diluye en la tristeza de dejar de ser sin un solo sentir.

—No podemos dolerte, agotaste todo dolor, mira tras de ti.

Y hasta el horizonte se extienden seres que he perdido, hay cariños muertos  que forman un rastro que me sigue. Es apocalíptico.

¿Cómo he podido vivir así?

La orugas hablan como una sola mientras comen.

Me comen.

¿Por qué no puedo moverme?

—Porque sabes que es mejor intentar morir, lo que hay detrás tuyo, lo que te sigue, no es bueno. No se puede vivir con eso.

A algunos los quise tanto...

Una oruga se abre paso entre la uña y la carne de mi dedo. Mana una sangre perezosa a medida que desaparece dentro de mí devorando, haciéndose espacio con sus fauces inquietas. Percibo su movimiento malvado y reptante en lo profundo.

Mi dedo se tensa pensando que hay un dolor atroz, pero no lo hay.

Es estar podrido en vida...

¿Siempre ha sido así? ¿Desde cuándo no siento dolor?

—Nosotras hacemos bien nuestro trabajo, si pudiéramos te causaríamos dolor. Esa indiferencia tuya es mala, cruel. Naciste sin algo en el cerebro, algo falló en tu concepción.

La oruga se mete entre mis labios, segura de que no la voy a partir en dos con los dientes, es tan repugnante que no puedo morderla.

Escarba en mi paladar con un cosquilleo, se mete dentro del cielo de la boca y la siento por debajo de mi nariz retorcerse muy profundamente.

El sabor de la sangre es hierro dulzón al caer en mi lengua.

Todos esos cariños muertos en mi caminar... ¿Sufren? ¿Es posible que se convulsionen de dolor como serpientes agonizando? ¿O simplemente hay un terremoto?

 Y yo sin sentir nada...

Otra oruga se abre paso por el meato del glande y grito de miedo y pánico. Grito tanto que escupo la oruga que se había metido en el paladar y queda muerta por el golpe contra el suelo con sus púas aplastadas por la sangre y la saliva.

—¿Ves? Morir no es tan malo? Unos morimos, otros vivimos y tú simplemente eres el ser más triste del planeta. Son cosas que pasan, hay mutaciones, hay deformaciones y tú eres ambas cosas. Tus padres no deberían tener más hijos, podría nacer otro como tú. Y eso no es bueno para el amor ni el cariño; míralos, tu camino es un vertedero.

En algún momento me convertí en el Gran Derrochador de Amores y Seres. Algunos han puesto precio a mi  cabeza. Yo lo haría.

La oruga se arrastra por mi cuello, con su negra cabeza ya entrando en la oreja derecha. Sé que duele el oído, he tenido infecciones.

Sé de dolores.

Sé tanto de dolores que sé que esto está muy mal.

Quiero llorar, pero no salen lágrimas.

Me acuerdo cuando lloraba y toda esa presión disminuía, me calmaban las salinas lágrimas escurriéndose por mis labios. Los mocos que salían de la nariz se mezclaban con el llanto, con un hipo entrecortado.

Y todo ese caos me relajaba.

La oruga está devorando mis testículos, el escroto se mueve y del meato mana sangre y semen.

Tampoco hay placer en ello.

He perdido seres y cariños por el camino como quien pierde llaves y monedas. No es justo para mí, ni para los cadáveres que cubren mis huellas.

No tienen un valor cuantificable, con ellos perdí una parte de mí, tal vez las lágrimas, y la capacidad de lavarme en ellas.

Purificarme... Santificarme si hubiera dios y no estuviera muerto en la estela de mi vida.

Hay dos orugas corriendo dentro de mi pubis, la comezón me incita a rascar, pero los dedos no penetran; rascan donde no debieran, sin efecto.

Los dejo en el vientre, crispados, para aferrarme a mí mismo.

No sé porque, pero todas las carencias, miedos y tristezas se alojan en el vientre. Las manos descarnadas intentan dar consuelo y cubrir ese abismo que aspira las entrañas a otra plano existencial.

Es recurrente hablar y recitar que no eres tan malo, que no eres nada especial, los hay mejores en su calidad de hijos de puta. Soy demasiado mediocre para tanta angustia.

Demasiados cariño y esperanzas desecándose en el páramo...

¿Por qué no sufren otros? No es que me importe especialmente, pero alguien me presta demasiada atención y me cago en dios.


Son las ocho de la mañana, mi corazón palpita veloz, he debido tener una pesadilla.

Con la mirada desenfocada alcanzo a ver la cajetilla de cigarros en la mesita y enciendo uno tosiendo.

Orino y hay sangre. Me asusto solo un poco, es demasiado pronto para alarmarse. 

Me limpio sangre seca de la nariz al mirarme al espejo y escupo en el lavabo la primera flema del día.

Hace tiempo que no recuerdo los sueños, y está bien.

Recuerdo sueños que me destrozaban el ánimo todo el día sin ser necesario.

Es agradable no soñar e ignorar por qué hay sangre donde no debiera.

Y concluyes que a veces hay errores y el organismo se equivoca al conducir la sangre a conductos que no son adecuados.

O eso, o estoy pudriéndome.

¡Bah!

Si no hay dolor, no hay daños, eso dicen. El dolor es el medio que nos protege ante agresiones, lesiones y enfermedades.

No hay de qué preocuparse.


 

Iconoclasta




Iconoclasta

9 de julio de 2015

Lectoescritura en las redes sociales


Alguno consigue entender bien lo que lee la mayor parte de las veces, el resto, que son la inmensa mayoría (esos que dan su voto a los políticos más idiotas), no se entera de nada y de lo poco que se enteran, no aciertan a explicárselo a sí mismos.
Y si han de escribir, la cosa empeora.
Hay una dificultad irreparable en el cerebro humano.
Entender algo tras leer, se ha elevado a categoría de don.
Si se trata de sintetizar o resumir lo que se ha leído, y se consigue, estamos asistiendo a un milagro o una extraña conjunción o alineación cósmica que ocurre cada cientos de miles de años.
Justo lo que pasa con los manuales religiosos tipo biblias, corán, libro muertos, torá, el quijote, el capitalismo, Así habla Zaratustra, etc...
Nadie los lee, los que lo leen no se enteran de nada y un reducido número de fenómenos que llegan a entender algo de todo eso, lo manipulan para leerles su propio mensaje a los que no se han enterado de nada y así poder eternizar la ignorancia a través de un hermoso chorro de siglos en los que no cambiará absolutamente nada.
Los más cultos que he conocido, todos son adictos a la civilización egipcia de los faraones y saben decir Osiris y pirámide. Ser egiptólogo, es una de las carreras que más deslumbra a todo el mundo en las redes sociales. Y aún hoy día, hablar de que las pirámides fueron levantadas por levitación extraterrestre, es un hecho verídico ampliamente aceptado.
El nivel de lectoescritura de los ciudadanos y como llevarlos por el camino adecuado, es algo que conoce cualquier gobernante o alto funcionario, porque cuando acceden al cargo, les dan un manual de instrucciones ya antiquísimo donde se les instruye en como expresarse ante la peña que les ha votado y los que no les han votado también. Al final, a todos joden igual (por lo tanto, no perdáis el tiempo en ir a votar).
A medida que se ha cuantificado estadísticamente la capacidad de lectura y comprensión en los humanos, los aparatos electrónicos han ido adaptándose con rapidez a este profundo conocimiento del individuo tipo. Cualquier despertador tiene ya iconitos sonrientes, llorones o frotándose la calva. Los dibujitos en las pantallas y monitores de todos los equipos, han conseguido ya parecerse a un abecedario para chimpancés y gorilas que usan los biólogos para entrenar a esos animales.
Los memes se han convertido en el alimento espiritual de los que se deprimen abiertamente ante sus desconocidos amigos de las redes.
La proliferación de imágenes o videos cursilones o extraordinarios (por lo amañados y su grosera edición y manipulación que nadie capta) indica que todo va bien, como era de esperar. Y pronto le enviarán a la peña un email que al presentarlo en el lugar adecuado, les regalarán un plátano que tendrán que comerse ante una video cámara.
Se ha estandarizado el máximo de lectura a una frase y media, que es lo máximo que los usuarios pueden leer sin vomitar y compartir hasta el asco.
Un tema tratado por más de cinco minutos sin imágenes, deja en blanco el cerebro de los usuarios tipo de las redes sociales.
Las Cuevas de Altamira y sus imágenes rupestres, son un claro ejemplo aún muy actual de lo máximo que puede soportar un humano tipo leyendo.
Pero no hay peligro de que se extinga el lenguaje escrito, ni mucho menos. Vamos a ver: si a un usuario no le dan una pista de la imagen que está mirando, su cerebro se queda girando en vacío sin acertar a identificar nada, y así durante horas.
Se necesita (según la imagen) al menos dos palabras al pie para que puedan comprender.
Es tanta la falta de comprensión y redacción en los usuarios de las redes, que se ha tenido que cambiar el concepto de "analfabetismo" por "rebeldía social" para evitar denigrar a tanta gente.
El verano y sus altas temperaturas lo empeora todo en esos cerebros. Es necesario aplicar entonces a las dos o tres palabras que se redacten en un estado, imágenes de alto contenido sexual para captar la atención de los usuarios. Las palabras que las acompañen serán claras, básicas u onomatopeyas de pedos, algo que les haga reír mucho para que no se me dispersen de lo que están leyendo-viendo.
Es muy importante que crean que su sexo es pleno y potente para que no recurran a memes de psicología de feria que los deprimiría mucho.
Hay que cuidar esos cerebros de escasas luces, porque de otros apenas hay.
Y me parece que no queda más por decir, porque muchos de los que se han atrevido a leer esto, a estas alturas no saben porque lo están leyendo.
Una ayuda:
"Alguno consigue entender bien lo que lee la mayor parte de las veces, el resto, que son la inmensa mayoría..."
(Inicio del artículo, genios)

Apéndice 1:
Ejemplo de diálogo tipo usuario feisbu, para poder conseguir muchos amigos en un par de minutos:
-Salu2
-Chale
-Vale
-Por fis
-Tá güeno (sin tildes ni diéresis, yo porque sé escribirlo; pero no lo intentéis en vuestras casas, es peligroso).
-Lol
-Lol
-Pinchi
-Mola
-Chachi
-Sale
-Simón simonete
-Lol
-No tá
-(iconito de idiota sonriente dándose palmadas en la cabeza o chola)
-Pucha
-Mimí
-Ta jodío
-Goldo
-Chale
-La conchatumadre
-Pos sale
-Chichis glub
-Pelusa ñam...
-Chidón bidón
-Cruda?
-Sipi
-Xoxo
-Bubys goldas
-Gracs (e iconito ruborizado)

Apéndice 2:
Como ejemplo de meme de grado medio de comprensión (un poco avanzado, pero estimula un poco las meninges):







Iconoclasta

18 de diciembre de 2014

Incomprensible


Ha reventado algo muy adentro, como si una bolsa con agua caliente se hubiera roto de repente y diera un calor extra al corazón y los pulmones.
Una molestia mortificante que mantiene contraído el estómago; pero no es el estómago, es algo mucho más profundo. Imagino que es donde reside el alma.
¿Por qué envía el cerebro tan lejos y recóndita el alma? Te llevas las manos al abdomen para nada. No hay consuelo, ni siquiera me acerco al alma emocionada y contrita.
Atendiendo al estómago, no puedo frenar esa agua tibia que se derrama por todo el cuerpo para llegar a la entrepierna.
Una erección, por extraña que sea, distrae de la metafísica. Es el obsceno anclaje a la realidad.
Lo que me hace suponer que mi pene es más poderoso que mi pensamiento.
Y concluyo de la forma más lógica que soy idiota.
Un idiota con las entrañas inundadas de esperanza e ilusiones y con la polla tiesa...
Es de risa...
No reniego de mi naturaleza básica y simple como una canica.
Está bien así.
Me quejo de mis pretensiones intelectuales. Debería ser más elegante y no escribir de esperanzas y amor con esto tan duro entre las piernas.
Debería callar y simplemente masturbarme.
Soy malo conmigo mismo, despiadado.
Todo va junto, es un lote: amor y sexo.
Tampoco hay tanto misterio. Me canso de pensar.
Siento rabia de tener cerebro y usarlo demasiado.
Estoy furioso, porque mi temperatura interna ha subido y el agua que me inunda dentro me asfixia.
No soy un romántico, soy un hijoputa que ama y folla.
Que la mete y lame.
¡A la mierda! Si te amo te la meto.
Que nadie me joda más. Sobre todo yo mismo.
Toda esta calidez que sobrecalienta mis órganos va dirigida a la polla. No es amor, o tal vez sí; pero me duele de dura que está. Y eso no mejora mi humor.
Ni mi equilibrio mental.
Ahí, en algún lugar profundo de mi estómago está el amor, un núcleo duro, inconfundible.
Como un tumor inoperable.
El amor se esconde profundo.
Tal vez por ello te la quiera meter. Follarte es buscar el tuyo, querer golpearlo con todas las venas de mi rabo. Así de básico, así de sencillo.
La obscenidad va de la mano de la sinceridad.
Y el romanticismo solo esconde la semántica de follar y correrse. Eufemismos que hacen perder un tiempo precioso.
Y cuanto más pienso en ello, más me desboco.
Me torno tan profundo como irracional.
Es hora de mostrar la locura. El rabo  duro y mis manos en el abdomen buscando un consuelo.
A la mierda el civismo y atávicos prejuicios.
Yo solo doy amor y semen.
Y por favor, solo pido unas horas de paz para alejarme de esa metafísica que contrae mi estómago y esa irracionalidad que mantiene el glande empapado.
Quiero dejar de ser incomprensible por unas horas, solo quiero ignorar que existo entre palabras, risas, humo y comida.
O llantos, da igual...
Algo sencillo, algo sincero para variar.
O simplemente odiar, odiar es sencillo y fácil. No se necesita un riego sanguíneo tan potente como para mantener una erección.
Me basta con ignorar que soy incomprensible a mí mismo.
Que Linda Ronstadt cante Blue Bayou...











Iconoclasta

https://www.youtube.com/watch?v=GVu1xUDg66Q