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9 de marzo de 2024

lp--Sobre los nazionalismos--ic


"La doctrina individual de la autodeterminación de los pueblos fue consagrada por Woodrow Wilson en un discurso de 1916 y se convirtió en la base del orden mundial tras la Primera Guerra Mundial. Una de las personas que vio enseguida la contradicción intrínseca de la «autodeterminación de los pueblos» fue el propio secretario de Estado de Wilson, Robert Lansing, que en su diario anotó lo siguiente:

«La expresión está simplemente cargada de dinamita. Alimentará esperanzas que nunca se podrán hacer realidad. Seguro que al final acabará desprestigiada, considerada el sueño de un idealista que no cayó en la cuenta del peligro hasta que fue demasiado tarde para contener a quienes trataban de implantar el principio. ¡Qué desastre que llegase siquiera a pronunciarse la frase! ¡El sufrimiento que provocará! ¡Pensemos en los sentimientos del autor cuando cuente los muertos derivados de articularla!».

Lansing se equivocaba en una cosa: el coste no fue de miles de vidas sino de decenas de millones. Uno de los peligros de la «autodeterminación» es que, en realidad, no existe tal cosa como una «nación» en el sentido de grupo étnico y cultural que coincida con un trozo de propiedad inmobiliaria. A diferencia de las características de un paisaje de árboles y montañas, las personas tienen pies. Se desplazan a sitios donde hay más oportunidades y pronto invitan a sus amigos y parientes a que se les unan. Esta mezcla demográfica transforma el paisaje en un fractal, con minorías dentro de minorías dentro de minorías. Un gobierno con soberanía sobre un territorio que, según afirma, encarna una «nación» en realidad no encarnará los intereses de muchos de los individuos que viven dentro de ese territorio, al tiempo que tendrá un interés de «propietario» en individuos que viven en otros territorios.".

«Los ángeles que llevamos dentro: El declive de la violencia y sus implicaciones (Contextos), de Steven Pinker»


A efectos prácticos y de comprensión, nacionalismo debería escribirse con z: nazionalismo. Porque es, ni más ni menos, que una forma de acoso racial con adornos de provinciana, puritana e hipócrita pseudo “democracia” chovinista, arengada por líderes sectarios contra decenas de minorías que no resultan ser tal minorías en conjunto. Líderes que son auténticos iluminados esquizoides que rozan el chamanismo más primitivo y responsables de grandes masacres humanas.

Hitler tiene una utilidad como cadáver, es ejemplo de rigurosa actualidad registrada y documentada, de lo que un subnormal que ha disfrutado de unos años de suerte puede hacer con las masas humanas.

Y parece que nadie aprendió la lección.

O tal vez sí, y por una vanidad injustificada se esfuerzan demasiados “líderes” políticos y religiosos en aplicar los mismos principios raciales con la esperanza de ser emperadores “ajustados a derecho” del puto mundo entero.

En la actualidad, dado el nivel estadístico de alfabetismo en la población mundial, muy superior a la de siglos pasados (no puede alegar ignorancia como disculpa) el concepto de “líder” político o religioso tiene el mismo significado que ganadero. Ergo la población... (Véase la simplona y alegórica ilustración).

El mestizaje de razas y culturas, ha sido la evolución más rápida y efectiva del homo sapiens sapiens gracias a que, entre 100.000 y 70.000  años atrás comenzó a migrar de África a Asia.

Esto no ha acabado aún, la especie humana se ha torcido en su concepción de civilización y no es la estafa del cambio climático lo que acabará con ella. Simplemente se devora a sí misma, hasta que al último caníbal se lo coma un oso o un león.



Iconoclasta

 

29 de diciembre de 2023

lp--Una demencia colectiva--ic


Hay una grave psicosis, una demencia colectiva. La chusma cree, hoy más que nunca, en charlatanes sectarios políticos y religiosos. Como en el inicio de las sociedades humanas, cuando se hizo el primer pacto social por el que la especie humana se degradaría miserablemente hasta convertirse en la masa amorfa, quejumbrosa y cobarde que es hoy.

La chusma se queda encantada mirando a su líder ladrón que le dice cosas estúpidas, mentiras que quiere oír, sin asomo alguno de madurez intelectual, sólo genital; cree las mentiras de un político ladrón y asesino.

Y lo hace con los ojos muy abiertos y con las orejas tiesas prestando toda su atención al telepredicador. Leyendo infantiles mensajes en las redes sociales de sus dioses, que no superan las veinte palabras, el máximo entendimiento del humano tipo en la actualidad.

Esperan expectantes, esperanzados y boquiabiertos mirando al líder que raja desde el púlpito, que les eche en sus rostros ignorantes e imbéciles su caliente lluvia dorada.

Su sermón genital.

Como desde los inicios de los tiempos...

Para una especie animal, sesenta o treinta mil años son breves etapas en su evolución e historia.

La especie humana ha fallado en su inicio, la cobardía de aquellos que sellaron el primer pacto social, su legado, es el único y real pecado original con el que nacemos. Y ese pecado original, es la castración de la verdadera especie que fuimos, su aniquilación.

Y luego, acto seguido, se inventó la palabra magnicidio, como si asesinar al líder político o religioso fuera matar a un ser superior.

El magnicidio convirtió en vulgares cerdos nacidos para el sacrificio a los que no formaran parte del Estado.

Está tan sucia la especie humana que ya sólo sirve para combustible.



Iconoclasta

27 de diciembre de 2023

lp--La humanidad adulterada--ic

Si el ser humano retornara a su naturaleza, aquella que le llevó a sobrevivir en un mundo hostil y evolucionar. Si olvidara las mentiras de dioses, paraísos, resurrecciones y reencarnaciones haría su presente, su vida mejor. Que es lo único de lo que puede disfrutar hasta que muera y desparezca del universo.

Esto llevaría también a la incredulidad hacia seres soberanos y líderes políticos, ambos encarnando actualmente, en pleno siglo XXI como en el medievo, un carácter divino, la encarnación de un dios.

El problema de que la especie humana degenerara, siempre ha sido la religión y su evolución: la política.

Ambas han arrastrado a los humanos a cohabitar adocenados en pequeños espacios, vivir miserablemente en pro de una vida post mortem paradisíaca y un futuro engañoso y venenoso que no vivirán. Ni siquiera sus nietos.

Si el ser humano retornara a su naturaleza libre, los corruptos codiciosos y ambiciosos políticos y líderes religiosos; sus cráneos vaciados y pulidos servirían para cocinar, incluso en modernas cocinas de inducción.

El ser humano perdió su libertad y gracia por aceptar por cobardía una protección mafiosa: el Estado. Primero creyó al hechicero charlatán de la tribu, éste se convirtió en sacerdote, luego en dios-emperador, siguió como rey o papa y actualmente en líder político de una formación de moda, básicamente un telepredicador dirigiéndose a una chusma de pocas luces, crédula como sus antepasados y tan cobarde como ellos.

Y ahora en pleno siglo XXI la especie humana es poco más que una variedad porcina. Apenas se distingue de un cerdo de granja en el tratamiento que le da el Estado a su mísera vida.

Ha sido tan escrupulosa y secular la selección ganadera que el Estado ha realizado en las distintas razas humanas, eliminando las reses libres y no obedientes por variedades mansas, que ya no existe posibilidad alguna de que la especie humana vuelva a ser digna.

La humanidad adulterada por dioses y Estado, hoy es una especie insectil y sin alma. Lo cual es gracioso, porque creen tenerla y por ello rezan a toscos muñecos, símbolos y libros vacíos de interés e inteligencia. Y por supuesto, se arrodillan y venden a sus hijos al primer telepredicador “demócrata” que les miente con paternalismo, con voz flojita y falsa de meapilas.

Ahora sólo espera sin saberlo, una gran extinción: las reses de superávit que al Estado le sobran por cuestiones de logística y así purificar con más precisión genética las razas humanas con reses más mansas y obedientes que coman menos, las que el Estado permitirá vivir. O dios.



Iconoclasta

10 de noviembre de 2023

lp--Dos dictaduras: al inicio y al final de mi vida--ic



GENPHOCS: Gobierno Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario

CENPHOCS: Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario


No me puedo quejar, vi acabarse una dictadura en la infancia, la franquista, y hoy asisto al nacimiento de otra.

Tiene mucho morbo observar la implantación de una tiranía, la mezquindad que rodea a ese acto es hipnótica como ver a los gusanos retorcerse en la carne podrida de un cadáver. Así de fascinado por la podredumbre, he vivido y vivo la implantación de la narco dictadura española por el CENPHOCS, la he visto eclosionar y crecer como un tumor cancerígeno y venenoso semana a semana desde el año 2018.

El 14/03/2020 nos metieron por el culo un encarcelamiento y toda clase de reglas para obedecer y acatar la dictadura, luego llegó la prohibición de respirar libre y sanamente, incluso a cielo abierto (una dictadura española siempre es provinciana e ignorante hasta límites absurdos por definición). Fue mediante aquel decreto que, en una homilía televisiva, maquillado con ojeras el CENPHOCS decretó encarcelamiento para todos los asalariados por la epidemia de coronavirus y, que no le temblaría la mano para acabar con todo aquel que no obedeciera esa prisión domiciliaria. Y sacó al agresivo ejército y a la furiosa y fascista policía a la calle para extorsionar a las clases trabajadoras.

Más adelante, se extorsionó otra vez a las castas parias o trabajadoras con la vacuna (si no te vacunabas te dejarían sin trabajo y por ello sin casa y comida), se impuso la segregación con un brazalete nazi o pasaporte covid entre vacunados y no vacunados que se saldó con un contagio masivo de solo vacunados. Los caciques nazis autonómicos que hoy gritan por la democracia, se convirtieron en feroces alcaides de campos de concentración, era ver a hombres y mujeres convertidas en bestias sedientas de la libertad, como si devorarla les diera vida eterna.

Pero lo que más éxito tuvo fue el bozal de la humillación, en todo momento sin descanso durante tres largos años de acoso y extorsión policial y militar, la chusma aprendió a respirar incluso por las orejas; pero lo que aprendió de verdad fue a callar y caminar con la cabeza gacha gracias a ese bozal nazi que bautizaron como mascarilla. Y como ocurre con todo dictador, no sólo se aplaudía la represión desde las casas, sino que se vitoreaba al Caudillo que más adelante se convertiría en el rey Sánchez I el Arribista.

Hasta tal punto, que al igual que a Franco, al actual Caudillo en funciones se le ama y se le vota con desquiciado fanatismo; algo que comparten los grandes dictadores del siglo XX, el amor del pueblo al que somete y estafa. Esto ocurre hoy mismo, a 10/11/2023, cuando tras cinco años de minar y eliminar toda libertad, pervertir la biología humana, la historia y acabar definitivamente con la honestidad y la ética; el CENPHOCS en funciones, con minorías de ultraderecha o nazionalistas formadas por criminales o exconvictos, se asocia mafiosamente para crear mediante corrupción, manipulación judicial y mercadeo de votos basados en la estafa y la mentira al votante, una narco dictadura de corte hispanoamericana, de claras simpatías musulmanas. De tal forma que, gran parte de la ciudadanía europea, cree tener una Venezuela en el culo del continente.

A partir de ahora, a la división entre clases sociales: políticos, altos funcionarios, realeza, empresariado y clase paria o trabajadora; en ésta última el CENPHOCS ha declarado que habrá habitantes de más baja categoría según donde vivan; con un claro mensaje de que si no es su GENPHOCS el que gobierna en ese territorio, se humillará y empobrecerá a la población sistemáticamente, sin que le tiemble la mano (expresión que usó el caudillo y sus caciques autonómicos para mostrar su capacidad para aplastar toda libertad, que resultó ser enfermedad según estos nazis).

Lo más colosal, es la natural y coloquial corrupción: para acceder al poder el CENPHOCS decreta que los criminales políticos son impunes desde el año 2012, impunidad sólo para los que son de su PSOE, socios mafiosos y cómplices. Y además, podrán formar gobiernos y ser indemnizados por haber sido acusados en su momento por los crímenes o delitos cometidos.

Nunca se había decretado ante un público feliz y completamente alelado semejante corrupción e impunidad para las castas criminales políticas.

Esto es una novedad sobre la dictadura franquista, una novedad que casi la mitad de la población española no solo admite, sino que incluso agradece festivamente cuando se le escupe en la jeta aduciendo que es por la convivencia y la concordia nacional y constitucional.

Todo acaba en anal...

No puedo parar de reír, lo que nace en España es siempre defectuoso, el español lleva el estigma del fascismo y la corrupción como seña genética.

¡Cómo ama la mitad de los españoles a su corrupto presidente! Es fácil, viendo esto, entender porque Hitler llegó a su gobierno, también “democráticamente” y respetando la cochina constitución.

Sinceramente, me considero un privilegiado por haber asistido a estos dos momentos de la repugnante historia de la humanidad (capítulo España).

Esta eclosión nuclear de la avaricia y su corrupción, el arribismo indigno, la mezquindad y la mansedumbre de una población endogámica, es un fenómeno histórico que pocos saben ver y mucho menos apreciar como un valioso conocimiento de la subespecie humana española o ibérica. Esa ceguera que da la ignorancia y lleva al amor y obediencia de millones de borregos hacia un dictador criminal y su estado o gobierno; experimentarla en persona es un auténtico tesoro antropológico para cualquiera que tenga inquietudes culturales, intelectuales o filosóficas.

Sólo falta ver escupir a los españoles a los judíos por las calles como lo hicieron los alemanes en lúdico festival.

Esa suciedad congénita de los jueces avalando la corrupción es toda una cátedra, una clase o lección magistral de lo sórdido e inmundo.

Pocos individuos gozan de mi indiferencia absoluta a patria, ley y dios; cosa que me convierte en un cronista perfecto rodeado del mal, entre millones de obedientes votantes y devotos del líder o Gran Hermano que decía Orwell.

Soy un romántico...

Está resultando tal y como suponía, he anticipado cada paso del dictador, con bastante precisión.

Incluso la reacción de la población que es incapaz de identificar a un timador o criminal que la asfixia y humilla, llenando ese “Hitler” los espacios vacíos de su cerebros con frases sin sentido y chabacanas, y dicen al no entender nada: ¡Qué se le va a hacer! La actitud servil y posicionamiento de la población del franquismo para aguantar mierda en cantidad.

España ha vuelto al siglo XX en el que surgieron los grandes dictadores aupados por la población como enviados de dios: Hitler, Mussolini, Franco, Stalin, Mao Zedong...

Han sido cinco años horadando el GENPHOCS como termitas la ley, adoctrinando incluso a los niños en las escuelas, en la perversión biológica del sexo con deformaciones y parafilias de “género” para crear seres dependientes (incluso de su biología natural) del Estado.

Cinco años minando y manipulando la tan cacareada “constitución” el GENPHOCS, como una trituradora de basura, eliminando libertades y ofreciendo privilegios e impunidades a su gigantesco gobierno de carácter soviético.

El anodino ex caudillo Zapatero, negligente, inútil, arruinador profesional de la economía y de una tarada e infantil retórica, informando con susurros al oído del Caudillo Sánchez, cómo se lleva a cabo la implantación de una narco dictadura hispanoamericana y estrechando lazos con los narco dictadores sudamericanos.

El avance de la dictadura del CENPHOCS no ha sido nada sutil, porque los políticos lo son gracias a que han nacido de padres adecuados para ello con el suficiente dinero, no por inteligencia y mucho menos formación.

De la dictadura franquista, recuerdo que mi padre me repetía tras hablarme de quién era Franco y lo que hacía: “Nunca cuentes lo que hablamos en casa, ni en el colegio ni con los amigos”. En San Andrés, un barrio de Barcelona, un sábado ya casi de noche, entramos en una papelería que parecía cerrada ya. El vendedor se metió en la trastienda y apareció con un paquete envuelto en periódico, mi padre le pagó se dijeron algunas cosas cordiales cuchicheando y nos fuimos. Era un libro de Henry Miller, Trópico de Cáncer. También había algunos días que me llevaba con él al aeropuerto del Prat. Sus quioscos de revistas y prensa eran los únicos que tenían en algunos momentos, buenos cómics, porque en las calles aún no había nada que excitara medianamente el intelecto.

Y cuando murió Franco (ya tenía yo trece añazos), cuánto tardó el hijoputa, se corrió el velo gris del aire y empezaron a llenarse quioscos y librerías de revistas y tebeos o cómics apasionantes, como brotan las hojas de los árboles en primavera.

La muerte del dictador fue un momento maravilloso.

El camino a la narco dictadura española actual, ha sido de una absoluta mediocridad, gris sobre gris, evidente, sin imaginación, ostentosamente corrupto. Avanzan la mezquindad y la prevaricación impunes mientras la chusma indolente, aun cagada de miedo por el resfriado del coronavirus, mira la pantalla de su móvil para dar su “me gusta” a la mierda que esté mirando, como las consignas para que madres, padres y “educadores” (apóstoles de la dictadura) vigilen muy bien que los penes de los niños o las vaginas de las niñas no sean un error en un cuerpo al que no le corresponden esos órganos genitales.

El CENPHOCS, un tipo de una espantosa vulgaridad e iletrado, arribista y con la ambición escurriéndosele por la cara en cada ademán, sin vocabulario adecuado, ni siquiera decente para expresarse por escrito; es el prototipo de parásito insignificante que encuentra las venas necesarias para infiltrarse en el organismo y pudrir la sangre.

Ha sido la más triste subida al poder de un dictador. Sin ruido, sin pasión. Con una población ya nacida para la dictadura, ha sido coser y cantar.

Se ha repetido lo mismo que en la segunda república, pero más rápido gracias a la tecnología. Y lo mismo es nada, sólo prohibiciones y decretos para favorecer la delincuencia del Estado.

A partir de hoy, se resuelva de una forma u otra en un futuro incierto, el hecho es que hoy a 10/11/2023 (fecha para la historia antes de que el GENPHOCS la pervierta de nuevo) estrenamos dictadura. La diferencia está en que en la España del 36 había muerte por hambre y miseria de magnitudes vergonzosas, como en ninguna otra parte de Europa, lo que podría dar un desarrollo diferente a lo que se puede inferir tras leer la historia: podría no ser necesaria hoy una guerra ante una sociedad mansa y servil, decadente, cobarde, indolente, acomodada y mezquina como la actual.

Si hay hambre, la mejor y única opción es la violencia, la guerra. Hoy, de momento, no es el caso.

En estos momentos hay un número importante de gente que está dispuesta a que el golpe de estado, al CENPHOCS y su corte de criminales y corruptos no le salga gratis. Y es posible que algunos generales estén pensando en derrocar al narco caudillo Sánchez para gobernar alguno de ellos, como es también tradición; pero yo apostaría a que estamos ante una corrupta y narco dictadura incruenta, a la que durante años irá minando el terrorismo tan propio que surge paralelo a todo despotismo.

España o la península ibérica (para no herir susceptibilidades patrioteras) no saldrá nunca del pozo de mezquindad, es una tierra sucia que infecta a los gobernantes y al pueblo de ignorancia y fascismo.

Lo único que no cambiará, es que seguiré pensando y escribiendo como me salga de la polla.



Iconoclasta

5 de agosto de 2023

lp--El prólogo de un futuro ensayo histórico del siglo XXI--ic


Este texto aparentemente novelado, bien podría ser el prólogo de la edición especial de un tratado histórico futuro que expondría la cronología y situación actual de la sociedad o ¿civilización? pre y poscoronavirus: durante las tres primeras décadas del siglo XXI y sus orígenes en el siglo XX.

Por supuesto, en el hipotético y optimista caso de haber vencido a la actual Dictadura Global del Poscoronavirus y el Clima.

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Prólogo del ensayo histórico Nazismo Homosexual Climático-sanitario del Poscoronavirus de inicios del Siglo XXI: una pandemia sanitaria, homosexual, climática y oscurantista.

Edición de mayo del 2060, mejorada, revisada y actualizada con un prólogo póstumo de Iconoclasta, por el luctuoso cuadragésimo aniversario de la plena instauración del Nazismo (pos) Coronavirus en marzo del 2020.

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Tras la Tercera Gran Guerra del 2035 (inicio de la rebelión de las masas ante el asfixiante control nazi del poscoronavirus que llevó a la ruina y a la hambruna a miles de millones de personas) al 2042 que, marcó el final de la guerra y hundimiento del Nazismo Poscoronavirus globalmente instaurado en el 2020; los historiadores ya liberados de la brutal censura y oscurantismo, iniciaron la recopilación de documentación, investigación, filtrado y desarrollo de la cronología de implantación del Régimen Mundial Nazi del Poscoronavirus. Una involución político-social (de marcado carácter sectario) al fascismo destructor de las más básicas libertades e incluso de las necesidades biológicas humanas, cuyo germen, con el consenso de los historiadores actuales, data del siglo pasado: a mediados de los años sesenta, con los grandes rebaños humanos que trashumaban con cientos de miles de individuos hacia las grandes concentraciones musicales. Se trataba del movimiento jipi, máximo exponente revolucionario de libertad, sexo y drogas. Una corriente socio cultural que dio a aquellos políticos coetáneos la clave para gobernar eficientemente con pseudo democracias, cuya característica fundamental consistía en aplicar estrategias ganaderas a la organización y administración de sanidad, economía, alimentación, educación, ocio, sexo y hábitos íntimos a las masas humanas. El poderoso nazismo de Hitler que dejó a las siguientes generaciones de políticos un importante legado práctico del fascismo con su rapidez de propagación, se vio mejorado gracias a internet, la comunicación vía satélite y la velocidad de la informática aplicada a las redes sociales y consumo audiovisual. Ante todo, la prensa televisiva y en web, fue la auténtica evangelizadora y propagadora de aquel Nazismo Poscoronavirus.

Ante la gran cantidad de noticias y bulos de carácter ideológico publicados y decretados por los Nazismos del Poscoronavirus, los historiadores han precisado de cinco años de trabajo de investigación filtrando los bulos, mentiras y publicidad de aquel régimen, decididamente genocida también.

El presente ensayo histórico expone con documentación contrastada y validada por el Consejo Ético de la Historia Mundial, los principales dogmas y terrores que implantaron los líderes pseudo democráticos en la población globalizada planetariamente por los Estados del Nazismo del Poscoronavirus, para conseguir la completa erradicación de la libertad y necesidades biológicas de las clases trabajadoras con fines recaudatorios. 

Hay un acuerdo total entre los historiadores por designar aquellas democracias como Estados Nazis Poscoronavirus, ya que está constatado y documentado (a pesar de los grandes bulos y crónicas de la prensa de aquellos regímenes fascistas) en la actualidad, que fue el coronavirus el medio de instauración y golpe de estado a las democracias o lo que quedaba de ellas (precoronavirus). Más tarde, englobado bajo el mismo nazismo, llegaría la extorsión del Estado (a nivel  planetario) a las clases pobres o trabajadoras por cambio climático, homosexualismo y un comunismo feroz cuyo fin era la destrucción del libre pensamiento y la independencia intelectual acosando y destruyendo al individuo inquisitorial y sistemáticamente.

No se puede negar la formación de una confederación mundial y estructura dictatorial internacional de los Estados Pseudo Democráticos del siglo XXI surgidos e instaurados en la segunda década mediante un golpe de estado, de carácter carcelario infectando a la población mundial con una gripe o coronavirus: la famosa Covid 19.

Una prensa prostituida y leal  a aquel fascismo e internet ferozmente censurada y bajo control nazi total, fueron las grandes bazas que en el siglo pasado hubieran dado continuidad y larga vida a Hitler. Insisten historiadores y sociólogos con perspectiva histórica, que el legado de Hitler estaba presente en aquellos Estados Nazis Poscoronavirus. El adoctrinamiento, los cánticos y aplausos de la población al régimen, son incluso embarazosos de explicar, su indignidad.

A finales del 2019 e inicios del 2020 las ya pseudo democracias se confederaron e implantaron el modelo de gobierno de la Alemania de 1933 que, elevó “democráticamente” a Hitler como aclamado jefe de estado y religioso líder de un país arruinado, con un gran déficit cultural e intelectual. Y todo el planeta se erigió así, en marzo del 2020, en un gran land actualizado de aquel Tercer Reich. El Nazismo Pre y Poscoronavirus se había implantado oficialmente a nivel planetario.

Mediante el robo de libertades e incluso la prohibición de las necesidades biológicas de la población mundial, como la prohibición de respirar libremente, la forzada inoculación de un producto que pretendía vacunar; pero era absolutamente aleatoria su diana terapéutica, cuando no degeneraba en secuelas en los inoculados o muertes repentinas.

Y el más grave y definitivamente acto fascista: negar el derecho al sustento vital. Se prohibió mediante encarcelamientos masivos domiciliarios el trabajo, base primordial de la subsistencia de la clase trabajadora. Y además, se prohibía o coaccionaba la libre compra de alimentos (policías y militares registraban las compras de los ciudadanos, en China y España principalmente) con un encarcelamiento domiciliario generalizado de la población y unas distancias del domicilio a los mercados que policía y ejército controlaba minuciosamente.

Había países de un alto grado represor e incluso genocida (China, España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia…) que prolongaron la humillación y la agonía de las básicas o mínimas libertades durante más de tres años en las clases bajas o trabajadoras.

Se instauró una sanidad pública de carácter de veterinaria de producción: bozales, tomas de temperaturas policiales, identificación del ganado vacunado y sacrificio de los no vacunados (en China más que probable y España muy cerca estuvo de encerrar en campos de concentración o asesinar de hambre a no vacunados con el aplauso de una población marcadamente, de nuevo, hitleriana).

Relajadas las medidas del coronavirus y con la población ya adaptada o condicionada al nuevo fascismo y sus continuos decretos de extorsión, terror y usura recaudatoria de los Estados; comenzó el condicionamiento mental y cultural de la población mediante el bombardeo diario de ideologías inmersivas neonazis, un fascismo abiertamente poscoronavirus aceptado y acatado por las sociedades consumistas industrializadas y aterrorizadas por el Estado que, adoptó una figura paternalista y protectora de la población. La prensa siguió en sus funciones como medio privilegiado para el adoctrinamiento y control conductual de las masas o rebaños humanos. Secundario aunque no menos importante, era internet con sus redes sociales e influencers (personajes sin formación intelectual o cultural pagados por el Estado para propagar el nazismo o mantener a la masa humana distraída de la extorsión de la que era víctima). Incluso el cine y streaming (contenidos audiovisuales por internet por suscripción) se infectaron de censura nazi para evangelizar a la audiencia, aún aterrada por la pasada gripe, en los dogmas de un fascismo que tomaba fuerza por días invadiendo los cerebros de las castas sociales más desfavorecidas cultural e intelectualmente. Telenoticieros y prensa publicaban sus mensajes ideológicos usando la estrategia bélica: mentira, desinformación y hagiografía de los líderes políticos neonazis (antes presidentes de Estados de derecho).

Con un enfoque sectario sexual, el Estado pretendía contener la natalidad de la población y alentar la promiscuidad homosexual o parafílica. Se decretaron las bases para pervertir educacionalmente la reproducción biológica humana, ya desde la infancia, como dogma-asignatura. Un extraño y desalentador por lo confuso, catecismo; que se imponía con acusada virulencia en la enseñanza pública y los colegios o escuelas colaboracionistas con aquel régimen nazi actualizado y tecnificado. De hecho, entró con fuerza en las universidades para asegurar la continuidad del homosexualismo como conducta sexual privilegiada, que incluía el transexualismo y otras enfermedades mentales aceptadas como voluntades o sentimientos propios democráticos (auto apercibimiento del enfermo como macho, hembra o ni una cosa ni la otra; independientemente de su genética sexual, de sus órganos genitales y procesos hormonales y metabólicos).

Sin embargo, lo que más destacaba para los escasos individuos con una razonable capacidad intelectual o cultural, era la sistemática eliminación del individuo como creador y su independencia conductual de la masa humana globalizada y vacunada; una persecución muy agresiva en las sociedades más industrializadas y consumistas, dado su grado de decadencia e infantilismo en los adultos; algo que no ocurrió de un modo tan notorio en los países tercermundistas. El ser humano con capacidad intelectual y libre pensador, estaba siendo devorado por el oscurantismo del nazismo poscoronavirus.

Llegó la censura a la literatura, cine, y arte en general.  Las grandes empresas de entretenimiento audiovisual se convirtieron en una nueva Santa Inquisición de una Nueva y Oscura Edad Media en la historia de la humanidad.

El audiolibro entró con gran fuerza en las sociedades consumistas para erradicar cualquier asomo de entrenamiento o ejercicio mental y nemotécnico en la población. El dogma, al igual que ocurría con la mascarilla o bozal nazi y la vacunación por extorsión era: “Escucha, calla y obedece”.

La lectura es un ejercicio intelectual demasiado poderoso como para no censurarlo primero, y eliminarlo después con los audiolibros y la audio enseñanza.

El oscurantismo del Nazismo Poscoronavirus marcó una nueva época recuperando la Edad Media en versión tecnológica. Escuelas, universidades, centros de formación profesional se convirtieron en mezquitas o iglesias que adoctrinaban en la aniquilación del libre pensamiento personificado en el individuo. El homosexualismo y transexualismo como una moral que aportaba toda clase de beneficios sociales, legales, fiscales y sanitarios. Y, ante todo, una perversión de la crónica histórica de la humanidad a la carta de aquel nuevo nazismo.

Con la climatología hubo un acuerdo universal entre las nuevas pseudo democracias del planeta para perpetrar terrorismo de Estado recaudatorio contra la clase baja o trabajadora globalizada. Y al igual que ocurrió con la epidemia de la gripe, en la que durante tres años, todas las víctimas mortales eran causa de la covid 19; el aparato propagandístico del terror del nazismo poscoronavirus, lanzó una campaña apocalíptica de “olas de calor por cambio climático”, en la que de repente, morían miles y miles de personas por efectos de las altas temperaturas. De hecho, aquella población condicionada por el nazismo, se lanzaba en grandes bandadas a la playa y piscinas para escapar de aquel “calor abrasador” predicado por el Nazismo Poscoronavirus, por medio de coloridos y apocalípticos titulares de prensa (incondicional y universalmente colaboracionista del nazismo poscoronavirus); de tal modo, que incluso se quintuplicó el número de ahogamientos en el agua, sin duda alguna por la gran avalancha de “flamencos humanos” en los litorales.

Realmente el planeta Tierra estaba en el punto de la elipse orbital más cercana al sol y el 2026 sería el año de más acercamiento a la estrella; a partir de ese momento, volvería a distanciarse de él; y por tanto bajar las altas temperaturas (entre cinco y siete grados por encima de la media en determinados momentos del año, no se trataba de un efecto calcinador, en absoluto). Un ciclo astronómico que oportunamente supo el Nazismo Mundial del Poscoronavirus disfrazar de cambio climático recaudatorio y represor. Posteriormente, al fin del ciclo orbital de máximo calor, el Nazismo Poscoronavirus “mostraría” triunfal al inmenso rebaño humano global que los Estados Nazis habían salvado a la humanidad de morir abrasada.

El lema subliminal del Nazismo Poscoronavirus era: “La libertad es enfermedad y muerte”.

Las siguientes generaciones de políticos fascistas, creyendo ya tener el poder absoluto, literalmente asfixiaron a la clase trabajadora hasta convertirla en esclava. Y surgió la necesidad de defender la vida y la dignidad de una forma natural e instintiva en la población. El inicio de la guerra, en el 2035, lo marcó el incendio del parlamento europeo por una gran manifestación de la clase pobre furibunda.

Éste es un pequeño resumen a modo de prólogo para una obra magna que ha llevado más de quince años de investigación y debate.

Si sirviera para que no se repitiera la historia…

Sinceramente, no lo creo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


30 de mayo de 2023

lp--El sanchismo es la consecuencia lógica del franquismo--ic

Todo periodista, tertuliano, personajillo friki y político, a las pocas semanas de que el Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Sanitario tomara la presidencia del país por medio del arribismo, hablaba de sanchismo.

Estaba claro para muchos que se trataba de una nueva dictadura a la hispanoamericana.

El sanchismo es el franquismo mejorado y publicitado con tecnología. La informática de los teléfonos móviles dedicada con toda su potencia 5G (implementada durante los encarcelamientos masivos de la población por coronavirus) a impregnar con una gruesa capa de miedo la piel de una sociedad de clara tendencia de obediencia a los dictadores; y así tener vía libre para cometer cualquier tipo de delito en nombre del bien del pueblo y erigirse en salvador de la vida y su bondad homosexual.

El sanchismo era ya en su inicio un comunismo opresor y oscurantista de corte chino que prácticamente comenzó decretando la obligatoriedad de abrazar la homosexualidad y certificó con una nómina impresionante de expertos para una economía pobre, que el sexo de un recién nacido no garantiza que sea hembra o macho, o mujer u hombre. En este punto hay que observar la gran perversidad, la malicia del dogma y el veneno que inyecta en la infancia y en los intelectualmente indefensos o disminuidos.

Algo que debería pasar a la historia es la afirmación de una ministra sanchista que predicó en todos los medios: Los hijos pertenecen al estado y no a los padres; y así mismo, su educación.

En unas generaciones actuales, aún sucias de la dictadura franquista como padres y abuelos, el sanchismo encajó con precisión milimétrica en esas mentes adaptadas a la tiranía.

De una forma instintiva la chusma o población española, con la llegada de la dictadura de la covid-19 instaurada por el Caudillo Nazi Penitenciario Homosexual y su vice Caudillo, se sintió protegida y a salvo de la muerte; a pesar del genocidio que estaba cometiendo el estado con los viejos y enfermos crónicos, y la ruina a la que abocaba a millones de familias con los encarcelamientos, acosos y extorsiones policiales, segregaciones raciales de vacunados o no y toques de queda de corte marcadamente hostil militarista.

La población en menos de dos meses y con ovaciones se adaptó a la nueva destrucción de toda libertad y necesidad biológica. Y dejó su sustento y biología en manos del dictador homosexual sanitario, fundador de un sanchismo ya presente en todo ámbito de la sociedad y la intimidad de los hogares.

Una vez se asumió que la población había aceptado plena y pacíficamente la dictadura, el sanchismo se vio así autorizado moral y legalmente a crear, modificar y eliminar leyes que hiciera impune a cualquier cargo del gobierno español nazi penitenciario homosexual clima-sanitario y afines; que hubiera cometido o pudiera cometer un delito de corrupción, y o traición a la constitución. Ya era sanchista el aparato legal español, llamado eufemísticamente “justicia española” lo que explica la tremenda naturalidad y rapidez con la que sus leyes “exprés” se tramitaban en apenas unas horas.

La compra de todos los medios informativos con más audiencia por el régimen sanchista y la adquisición de jueces y tribunales leales al sanchismo, marcaron como intocables a todos los jerarcas y políticos afines al Caudillo, bien por pacto, bien por simple empatía con el régimen.

Se decretaron las facilonas, caprichosas y caciquistas leyes de nombre analfabeto o populista, como el “sí es sí” que atañe a los delitos de violación sexual, la del transexualismo o la de memoria histórica, convirtiendo a la sociedad española en una auténtica feria de monstruos. Los espacios intelectuales se vieron invadidos por una caterva de personajillos gritones de la farándula y la industria homosexual: pseudo comunicadores (influencers) analfabetos con audiencias millonarias que, incluso entraron en nómina del estado.

Los dulces y los refrescos se vieron gravados por la usura del estado con una especial saña. En el fondo una dictadura debe ser amarga para que desde niños a grandes, se sientan amenazados (es ardid psicológico). En definitiva, humillada la población a los deseos del Caudillo y sus burócratas.

La millonaria donación de dinero y territorio a Marruecos, como pago a un chantaje aún secreto, no constituyó en sí un problema institucional, puesto que todas las instituciones son propiedad del sanchismo, y son la monumental representación de la obediencia y acatamiento de la filosofía del Gobierno Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario.

La invasiva y cotidiana monserga nazi de hábito de alimentación herbívora o vegetariana e incluso insectívora, el castigo al consumo de azúcar. Literatura y ocio como cine o teatro, intervenidos por la censura del homosexualismo... Toda esta parafernalia fascista es ni más ni menos que la práctica de la catequesis o método del estado para crear la debilidad física y cobardía e indiferencia a los crímenes y robos del estado, en la población española bajo el mando del Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario.

Resumiendo, el sanchismo es una dictadura invasiva y maligna porque ataca directamente a la biología humana y a la dignidad con su brutal ataque psicológico en la cotidianidad de los asuntos más básicos como sexualidad, alimentación, educación, cultura y ocio. Una dictadura probadamente eficaz por los grandes gobiernos de las letales dictaduras comunistas como la extinta URSS y China. Y con toda probabilidad, el sanchismo haya pactado con el chino Xi, hacer de España una colonia de China en Europa.

Y así las cosas actualmente, es un momento muy peligroso: el Caudillo ha convocado elecciones porque la gente no ha votado suficiente a su formación nazi penitenciaria homosexual sanitaria.

Dado el carácter del Caudillo pueden ocurrir cosas gravísimas en estos dos meses en los que se disolverán las cortes españolas en espera de las nuevas votaciones generales. Podría obrar como el ruso Putin, el chino Xi o el venezolano Maduro, dando otro golpe de estado para eternizarse en el poder como los dictadores citados hicieron.

Es un gran peligro ya que su patológico narcisismo herido le podría llevar también a promulgar leyes de todo tipo y graves sangrías económicas.

Es de temer a un Caudillo narcisista y fracasado como presidente, porque puede hacer una infinidad de cosas malas y delitos por los que sabe que saldrá impune ya que los jueces de su propiedad le deben favores de mucho dinero y poltronas regaladas. La dictadura y el acoso y extorsión a la ciudadanía que ha regido en España desde el 2018 y con especial radicalismo desde marzo del 2020 hasta hoy, se podría cuadriplicar en intensidad en las próximas semanas.



 




Iconoclasta

30 de abril de 2023

lp-- Angustia, ansiedad. Qué es y tratamiento--ic

Dicen que hay diversos métodos para tratar la angustia; pero en realidad no se puede tratar o gestionar. Solo puedes distraerte de ella hasta que pase la crisis.

Lo más habitual es el método del alcohol y las drogas; pero yo soy más de cagarme en dios y la puta que los parió a todos.

Y hablar poco, lo mínimo. Volcar mi pensamiento violento en el papel, esculpirlo y que adquiera el poder de las tridimensionalidad.

Se me da bien el silencio, paso horas sin decir ni una sola palabra; como el cazador que debería haber sido, acechando en silencio durante horas en el bosque la posible presa que muchas veces no conseguía y debía entonces recolectar y comer bayas antes de que oscureciera.

La angustia es un trance que nace de tu ignorancia. No sabes lo que te ocurre, no sabes quién te hace daño porque te han educado para creer en el poder de un jerarca y sus dioses. Por tanto ¿qué te hace sentir tan mal si estás protegido en los brazos del poder de los dioses y sus obispos (los políticos lo son, predican su palabra) codiciosos y enfermos de poder? Los que te educaron robándote la infancia para que creyeras en ellos.

Es muy sencillo, el ser humano es un animal triste. Al contrario que el resto de las especies salvajes nace en cautividad y crece para dar su vida al estado y a dios. Toda su existencia está destinada a engordar con oro y dinero a generaciones de poderosos y dioses, sin tiempo a mirar las nubes y si las mira, es porque le han dado un permiso especial para ello.

Como todo animal en una granja o zoo, los humanos se deprimen.

Tu instinto te grita que no naciste para vivir en una granja vertical. Que naciste como animal en el planeta y te tratan como gallina o cerdo en granja.

Eso es la angustia que sientes. El que hayas creído y asumido que alguna ley debe haber en este mundo sobre tu cabeza y que vivir esclavizado es la única forma de vida posible; a pesar de que la historia de esta civilización y sus cimientos no supera los veinte mil años, y el ser humano, la especie más evolucionada de homínidos, dicen que lleva trescientos mil años sobre el planeta.

La angustia es la tristeza instintiva que sientes por esos últimos veinte mil años de generaciones de codiciosos que, por falta de inteligencia y fuerza, eran incapaces de cazar o recolectar. Y comenzaron a parasitar tu esfuerzo, tu vida y tu tiempo. Esos que hace poco más de veinte mil años empezaron a clavarte en el cerebro un orden, una ley, un dios, una policía, un censo y un trabajo sucio a perpetuidad a través de un hechicero que se convertiría en rabino o sacerdote y luego, algunos crearían castas de políticos.

No sabes lo que sientes porque eres ignorante de tu propia especie. Eres un animal que nació para ser libre y lo convirtieron en esclavo. No es tristeza, es la alarma que lanza tu instinto de que esta sociedad o civilización te esclaviza, tu vida como ser vivo, es la más triste del planeta.

No hay falta de espiritualidad alguna, ni de altos valores en ti. Naciste en cautividad y te vendieron a un amo.

No tienes suficiente cultura ni formación propia gracias al oscurantismo del poder para reconocer lo que te ansía, porque tu pensamiento mismo es esclavitud y dependencia. Simplemente has oído que lo llaman angustia, ansiedad, depresión o ataque de pánico. Incluso trastorno bipolar.

Eres un pobre animal en una granja y tu instinto animal se rebela. El leopardo loco que da vueltas en la jaula rugiendo lastimosamente porque te asfixias. Porque no queda nada de tu especie en ti. Nada de lo que sentirse orgulloso cuando te metes con cientos de reses como tú en un vagón o en una carretera hacia tu centro de explotación.

Y la angustia la desencadena esa compleja química que se pone en marcha por orden de tu instinto para avisarte que algo huele mal en tu vida, que no es así como debieras vivir. Es justo la misma angustia o expectación del cazador frente a su presa en atávicos tiempos, la de urgencia, la de apremio.

Una angustia o tristeza existencial que surge periódicamente, y te roerá el ánimo hasta que consigas entender dónde te encuentras, con quién y en qué condiciones. Una enfermedad propia de una sociedad decadente, ya a punto de venirse abajo. Cuanto mayor es el nivel de opresión, más se rebelan los instintos y se impondrá la ley del más fuerte que no teme armas ni prisiones. Morir por morir, mejor eliges tú el cómo y el cuándo. O lo intentas.

El poder de la civilización actual, quiere borrar de sus reses todo rastro de naturaleza humana y ahí radican los problemas: no puedes dar caza a quien te esclaviza porque pervirtieron durante toda tu infancia y adolescencia tu esencia, tienes una orden programada. Debes ser una res ejemplar, mansa, obediente y, ante todo productiva; es difícil romper la programación incrustada durante tantos años.

Si en Filipinas gritan por miedo al calor, todo el planeta grita al mismo tiempo. Como en las películas las vacas sedientas de un rebaño corren en estampida al agua que huelen. Son reses ya globales, en lugar de llevar etiquetadas las orejas, las han dotado de celulares, de teléfonos “inteligentes”.

El problema está que el animal que ha nacido en cautividad, no se adaptará o morirá en libertad. Tal vez eso es algo que sabes; pero gracias al adoctrinamiento recibido en tu infancia, vuelves a la línea de programación: que una vida sin leyes, sin poderosos y sin dioses, no es posible, sería el caos.

Te equivocas, el dogma que te implantaron es mentira. No se produjo ningún caos durante los cientos de miles de años (toda la historia real de la humanidad) en los que el ser humano nacía y vivía libre. Donde evolucionó en inteligencia.

Si eres consciente de ello, de tu naturaleza, pasará pronto la depresión y reconocerás que no es angustia, es simplemente rebeldía. Y entenderás que debes seguir el juego a los granjeros o dioses, porque te matan de hambre o a tiros si no lo haces; reconocer esto es importantísimo para tu salud mental. No tienes otra opción hasta que llegue el momento de reconquistar al ser humano como especie libre.

No te preocupes, cada vez son más los cerdos humanos de granja que no saben porque se deprimen o se sienten acosados por algo, o alguien. La sensación de que algo malo va a pasar no es un don adivinatorio o parapsicológico, es un aviso de lo más recóndito de tu cerebro: estás viviendo una mala vida, indigna.

No vayas a un psicólogo o psiquiatra, ellos se limitan a ajustarte de nuevo adormeciendo tu atávico instinto con meta drogas. Y colocando leyes, sacerdotes y políticos en el aparador principal de tu pensamiento.

Es todo una mierda, lo hicieron mal, te deformaron cuando destruyeron tu infancia y tu juventud en ser amaestrado.

A la fuerza tiene que pesarte. Es normal y lógica esa tristeza, ese ataque de pánico que no lo es. Porque se trata de puro arrebato, rebelión.

Hasta que un día enciendas un cigarrillo asqueado de trabajar para darte un respiro, solo para ti, sin dar explicaciones a nadie y en contra de lo establecido en las normas de la empresa y gobierno. Y en medio de ese humo que aspiras y exhalas pensativamente, puedas ver en una difusa y vaporosa pantalla en lo que te han convertido y en lo que te espera.

Pero tranquilo, puedes distraer la angustia durante el fin de semana: unos litros de ginebra, unos gramos de coca, unos porros de maría, un par de ácidos; una paliza a la parienta y el lunes estarás como nuevo para comenzar tu semana laboral esclava. Olvidado ya lo que pudieras haber razonado en un arrebato de claridad, lo que realmente eres y quienes son ellos, el poder.

Lo verdaderamente deprimente, es que por ti mismo seas incapaz de saber lo que ocurre en tu cabeza. En tu naturaleza.

 

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El cielo que nos robaron.

No somos lo que debemos.

Porque nos lo prohibieron, emplearon nuestra infancia y juventud en ello.

El recuerdo de tantos años de niñez y juventud bajo el adoctrinamiento de esta sociedad o civilización, nos dejó una cicatriz que huele rancia en el pensamiento, una suciedad que no podemos quitar. Una violación que nunca olvidas.

A unos destruyeron como humanos puros. Otros nos sentimos silenciosamente orgullosos de ser libres y no globalizados o infectados por el pensamiento insectil de un rebaño.

Nuestras certezas viajan invisibles entre las potentes frecuencias de la mediocridad y su uniformidad.

Ambos, los conversos y los libres pensadores, perdimos la infancia y la juventud (nos las robaron) en las escuelas de acondicionamiento a la esclavitud que eran todas: castigos, himnos, leyes, credos, normas, tradiciones, patriotismos, urbanidad (mezquindad de rebaño), sociales (historia amañada) y autoridades: obediencia y respeto.

Pero en la adultez unos nos desprendimos de ese pelaje piojoso con el que pretendieron uniformarnos. Imagino que nacimos con una corteza dura que protegía al cerebro de la doctrina de la esclavitud y la mansedumbre.

Caminamos relajadamente porque no nos preocupa la moralidad del rebaño ni la patria que dicen que tanto hay que amar. No es extraño que despreocupadamente marque con orina mi territorio o como decían en el colegio: “mi patria”.

Nuestro hogar es el planeta; pero si para tranquilidad de los mediocres hemos de gritar “¡Viva mi patria!”, lo hacemos, somos buenos actores, aprendimos cinismo en la escuela para sobrevivir. Y luego escupimos para limpiarnos del veneno de la mezquindad.

Realmente hemos pensado al gritar: “Ni amo ni dios”, sin entusiasmo, porque lo pensamos a un millón de revoluciones por minuto todos los días. Es algo congénito, un acto puramente instintivo como rascarse el culo al despertar.

En lugar de redacciones bobas de montaña y mar y vacaciones y familia y amigos; escribimos y describimos el mundo y lo que contiene de maneras que a nadie gusta, o les hace toser.

Y ahí está nuestro gran triunfo, en ser la minoría incorrupta.

Llevamos las de perder, en las falsas democracias, la mayoría sin cerebro gana.

Nos jodemos.

Nada nuevo bajo el sol.

No es extraño que sintamos esporádicos y breves ataques de una angustia surgida de vivir en un tiempo y lugar que no es nuestro, que no pedimos. Con la fatalidad de haber nacido en una civilización o sociedad esclavista y mezquina que devora al ser humano como individuo y le mete cosas en el culo para que se obsesione con el ano y no con la imaginación que, pudiera ser inadmisible e ilegalmente creadora.

Sabes que las ciudades son criaderos humanos, que el poder hace muchos siglos entendió que cuantas más reses humanas criara en sus tierras, más riquezas ganarían cobrándoles el impuesto por respirar, por vivir en su feudo o país. Se construyeron miles de grandes ciudades verticales.

La religión, la política y la economía, técnicas de pura industria ganadera, tal como el vacuno. Y se crearon razas humanas más mansas y obedientes por simple selección de crianza de forma espontánea.

Y ahora que son tantas las reses estabuladas y cuesta demasiado dinero alimentarlas, matan/sacrifican a las viejas que no rinden y prohíben el pastoreo al aire libre de las activas. Y así siempre encerradas para recaudar/robar el dinero que gastaban en ocio porque no lo necesitan ya. Tienen teléfonos y televisores para ver el mundo aposentadas sobre sus grasas y excrementos. Están aterrorizadas en su ignorancia por la superstición apocalíptica del clima predicada por el poder. Las vacas humanas darían a sus crías en holocausto a sus amos poderosos si así se lo pidieran/decretaran por evitar el apocalipsis que se avecina.

Así, conociendo la historia sin pasión, fríamente (si acaso asco) tranquilizamos al animal que llevamos dentro y está nervioso: “Tranquilo, bestia, desahógate. Ya ves como ha ido la historia, no te agobies, es irreparable. Son unos hijoputas y algunos morirán antes que nosotros, así que disfruta de ello, de lo que puedas; porque no hay tecnología para escapar de este planeta”.

Y mientras la angustia se apacigua y se forja un tonto orgullo, fumamos un relajante cigarrillo que nos llena los pulmones de todo aquello que en la escuela, catequesis y telediarios adoctrinaban que era malo.

Soñamos con cazar, comer y follar salvaje y libremente. Con morir…

Luego, dormiríamos agotados de cara al cielo que nos robaron los adultos cuando éramos niños.

Como debería haber sido, si no hubiéramos tenido tan mala suerte al nacer.

 

 

Iconoclasta


17 de abril de 2023

lp--Crónica de una tristeza ilegal--ic

 


Año 2025. Incluso su nacimiento fue triste.

Al nacer su primer llanto deprimió a la madre y al personal sanitario. Ante tal tristeza, como prevención por descabellado que pareciera, al bebé le vendaron las muñecas y los muslos para evitar que se suicidara.

Al padre, por orden judicial, le realizaron una vasectomía y a la madre ligadura de trompas. No podía volver a nacer semejante tristeza humana en una nación gobernada con mano que no tiembla; pero con mucho cariño y respeto. En la que siempre prevalecía por encima de toda libertad, el derecho inalienable a no estornudar o no toser. Se trataba de una dictadura paterno-sanitaria-infantil-homosexual del bienestar psíquico.

Por violar los dogmas de la nación y con el aval de un juez, también fueron sancionados los cónyuges progenitores por el gobierno absolutista a ceder el noventa por ciento de sus ingresos al estado hasta su muerte.

Un obispo predicó en una homilía extraordinaria, debida a la alarma social de semejante nacimiento triste, que la orden judicial era un acto de bondad.

A pesar de ello, el niño más triste del mundo, en un colegio de adoctrinamiento especial aprendió nociones de anatomía básica humana.

Año 2037. A los doce años acabó con su tristeza con simple lavavajillas.

Su cadáver olía tan bien que pensaron, madre y padre, que se había curado de tristeza y dormía plácidamente. Hasta que los gases de la descomposición produjeron pompas de jabón en su boca y nariz.

Y se llevó con él la tristeza que infectaba a su familia y la gente que lo conocía.

No lloraron su muerte, sino que la celebraron con programas televisivos especiales de optimismo y manifestaciones multitudinarias pro alegría que paralizaron la ciudad durante tres días. El ayuntamiento asumió la cremación del cadáver triste como acto institucional, sin funeral y obligando a pagar la incineración a los progenitores. Se borró su nombre y nacimiento del registro civil y hospitalario para limpiar la memoria histórica de la dictadura de semejante e indeseable tristeza.

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La narración del presente artículo está basada en documentos de prensa almacenados en la memoria sólida de una computadora personal ilegal. Es decir, no declarada a la administración estatal por su comprador en algún momento del 2030.

Fue hallada en mayo del 2252 por un equipo de paleoantropólogos, entre las ruinas de una ciudad española extinta en el 2053 por bombardeo nuclear durante el período de las Guerras Climáticas Mundiales del 2043 al 2054.

 

 


Iconoclasta


8 de marzo de 2023

lp--La “evolución” histórica humana--ic

Black Death (2010), es una película cuyo argumento transcurre sobre el 1300, durante una epidemia de peste. Correcta o medianamente ambientada, actuada y dirigida. Entretenida sin más.

Sin embargo, me ha sido inevitable no pensar, evocar, concluir, razonar.

La chusma idiota de viejos tiempos, hablo de estos de la peli y de anteriores, dejaron su huella genética que ha llegado hasta hoy. Ese rastro de miseria y mezquindad propio de la especie humana con escaso intelecto, con necesidad y deseo de ser gobernada y nulo concepto de la libertad, ética e individualismo que a cada ser humano da dignidad e identidad.

Desde los remotos tiempos en los que se creó la primera sociedad humana con un mono jerarca mandando a otros monos para vivir de ellos sin esfuerzo, hasta hoy; donde visten con ropajes coloridos, llevan un teléfono y piensan exactamente igual, ergo votan la misma mierda en grandes manadas. Con la diferencia de que hoy día hay otro decorado y el bozal es más agresivo en su perfil, bonito y colorido que el que usaban en la edad media para combatir, en su infinita ignorancia, la picada de una pulga, la peste. Desde aquellos tiempos hasta la actualidad no ha habido evolución. La inteligencia se ha estancado o atrofiado, solo se ha actualizado (v. X.x) la misma miseria humana o mezquindad. Prácticamente eternizada. 

Una evolución lleva centenares de miles de años. Así que en veinte mil años, los monos humanos poco han podido evolucionar en su fisionomía e intelecto.

Siempre surgen rarezas humanas cada cien o doscientos años que han dado conocimientos a la especie humana, y longevidad por medios artificiales: higiénicos y médicos; pero la esencia es la misma.

Cada día que pasa estoy más convencido de que fue la religión la que hizo al ser humano esclavo de otros humanos.

Que la especie humana no se ha desarrollado como debía porque esos tipos que practicaron el timo de la religión, seleccionaron primorosamente a los humanos crédulos y obedientes y los dejaron vivir y reproducirse. Y éstos agrupados en catervas, asesinaban líneas genéticas más fuertes e inteligentes con el fanatismo que les fue inculcado por sus jerarcas religiosos.

Y así la humanidad actual y su comportamiento insectil (globalización) es el producto de aquella rústica selección ganadera que llevaron a cabo los monos jefes religiosos.

Mayoritariamente la sociedad actual está formada por líneas genéticas de humanos de pocas luces, dependientes y obedientes de los mafiosos o jerarcas que los gobernaban (no pueden entender una vida sin prohibiciones o leyes, sin amos que los protejan de su propia cobardía e incapacidad).

Y gobiernan.

Tal vez sea esa la razón por la que se busca pervertir hoy las crónicas históricas; no es una idea popular saber que tienes en la sangre el mensaje genético de la estulticia, la mansedumbre y la fe. Ese carácter gregario de los mamíferos domesticables y rumiantes, tan alejado del homo sapiens sapiens original. Eso, si lo entendieran, me los deprimiría; mejor borrarlo o adulterarlo.

La historia sin los trozos feos…

La política es tan solo una rama de la religión, con ideologías paralelas y convergentes al mismo fin: el cielo para los obedientes y el infierno para los no creyentes.

O lo que es lo mismo, riqueza en vida para los que mandan y un paraíso, tras la muerte, para los obedientes y crédulos.

La evolución consiste en que los más fuertes sobreviven y dejan un mensaje genético de esperanza de ser mejores y más eficientes a las futuras generaciones. Lo que ha ocurrido con la especie humana a lo largo de los últimos veinte mil años aproximadamente, es la injerencia y perversión de la especie humana con el exterminio de las genéticas más aptas y fuertes en pro del poder de los idiotas. El secreto de la victoria de los idiotas está en que son plaga. Por eso las hormigas devoran elefantes…

No lo digo yo, lo dice la historia. Y la biología. Y la ganadería.

Y la experiencia, conocimiento y deducción. Las mías y las de algún listillo también anónimo, de paso por el mundo en la actualidad; pero calla para que no lo asesinen también.

No pudieron acabar con todas las líneas genéticas válidas y decentes; pero eliminaron las suficientes para que las seleccionadas por el ganadero fueran una gran mayoría que en un futuro, votaría a esos monos idiotas prepotentes sin razón justificada.

No existe una “evolución” tan triste y sórdida como la humana en ninguna especie del planeta, salvo la de los insectos coloniales, que los pobres carecen de masa encefálica. Se les puede disculpar por ello.

Ante el temor de que mi sangre pertenezca a la misma mezquindad genética seleccionada a lo largo de veinte mil años de selección ganadera religioso-política, evoco de nuevo y razono estos argumentos para luchar contra mí mismo; como quien lucha contra una enfermedad mortal a pesar de saber que no puede ganar. Es triste, pero tengo ese épico romanticismo también heredado que me lleva a denigrarme fría y calculadamente.

Ver esta película que no tiene ningún viso de intelectualidad, me ha llevado a explorar mi sabiduría acumulada sobre la humanidad y su historia de nuevo. Mi cerebro se acelera ante todo asomo de imbecilidad, fanatismo, mezquindad y cobardía actuales o pasadas.

Es un asco la sabiduría que consume tanta glucosa.

Da jaqueca.

Actualmente, gracias a la tecnología aplicada al adoctrinamiento y amaestramiento de las reses humanas, la selección ganadera religioso-política consigue eliminar con más rapidez las líneas sanguíneas humanas dignas erradicando inteligencia, valor, libertad e individualismo (fuerza creadora) y dejar más espacio a las indignas que son las que dan votos (poder sin destrucción de las posesiones acumuladas por los ricos, es decir, pacíficamente y con aplausos), por ejemplo: la hazaña de una vacunación de maneras carcelarias, ruinosas y fascistas, tan global y veterinaria como la del coronavirus.

Los malos siempre ganan y se reproducen en progresión geométrica insectil, es el corolario o moraleja de la historia de la humanidad.

Porque se sigue hoy, a pesar de una mayor y teórica culturización, con fe ciega votando u obedeciendo a la misma casta de miles de años atrás (que también fue primorosamente seleccionada con artes ganaderas), con igual vehemencia.

Es muy deprimente, triste y monótona la historia cuando te das cuenta de que solo se trata de un cambio de atrezo. Y lo demás, la idiotez, se ha cronificado para siempre jamás. A menos que se produzca por algún azar un cataclismo que destruya la civilización y algunas líneas genéticas indeseables. Y puedan hacerse así bien las cosas de nuevo, sin usar los restos de lo malo o podrido. ¡Alabados sean los dioses todos! (en tal caso y sin que sirva de precedente).

Carita sonriente (que malditas las ganas de risa…).



Iconoclasta


7 de marzo de 2023

lp--Gel del Éxtasis Sexual--ic

 


Crónica histórica de los Asentamientos Libres, de cómo la población mundial se redujo de nueve mil millones de individuos a los actuales ¿diez millones? repartidos en todo el planeta.

Año 2126 p.G. (pos Gel) un siglo después de la aparición y comercialización del Gel del Éxtasis Sexual.

Es necesario rememorar la historia del siglo XXI para entender cómo la humanidad mutó drásticamente hasta peligrar como especie en el planeta y luego, vivir como le corresponde, conforme a su naturaleza.

Se dice que no debe edificarse sobre cimientos viejos. La muerte de nueve mil millones de personas que fueron el resultado final de una forma de vida que duró prácticamente diez mil años, fue la destrucción y la eliminación de esa cimentación podrida que no soportaba ya su propio peso.

Los Asentamientos Libres no hacen cimientos, viven sobre la tierra y no la poseen.


 

Capítulo 1

2023 p.Crv. (posterior Coronavirus, a su alarma). Los gobiernos del planeta ya habían demostrado su total control de las grandes manadas humanas. El éxito fue rotundo, la media de aceptación y obediencia de la población al estado y sus decretos de privación de libertad iba del 70 al 90 % (a menor índice intelectual o cultural de país, mayor era su obediencia). Por lo que continuaban su mandato con el mismo enfoque, aunque más severo y agresivo en su difusión o evangelización, predicando obsesivamente y sin descanso sus dogmas de salvación y pureza física y espiritual en todo ámbito de la sociedad; tanto en un supuesto y apocalíptico cambio climático eminentemente religioso, en lo sexual, laboral, sanitario, ocio, educación, lingüístico, alimentario e incluso en los hábitos y actos más íntimos de las familias. En definitiva, lo que la población debía pensar y creer; pero sobre todo temer gracias a la invasión e injerencia continua de internet y la televisión en todo momento del quehacer de la clase baja o trabajadora. Exactamente las mismas estrategias (aumentadas y corregidas) de contención, pastoreo y estabulación de la masa humana baja (trabajadora), que se habían empleado para los grandes encarcelamientos en las granjas humanas o poblaciones durante el estado de alarma del año del 2020, que en algunos países como China o España, duró tres años.

El legado que Hitler y Stalin dejaron en el siglo XX a los políticos contemporáneos y futuros, fue la concepción de un gobierno con visos ideológico-religiosos o místicos. La única forma probada y eficaz de unir a millones de humanos de casta baja hacia cualquier fin que un líder político se propusiera.

Con tal metodología adaptada a la actual sociedad tecnológica gracias al estudio y análisis de las estrategias ideológicas y los valiosos datos estadísticos y sociopolíticos del nazismo y el comunismo estalinista. Con la infección de coronavirus a nivel planetario propagada por los líderes de las naciones; lo que jamás consiguió una religión, lo consiguió la política: unir a la humanidad en un fin común sin cuestionar ningún decreto o mandamiento del estado.

Mediante el pánico inducido a la población con el coronavirus llegó la obediencia ciega y fe absoluta en los líderes político-ideológicos de orientación evangelista homosexual. La sanidad de todo país occidental, comandada por la OMS (ya oficialmente una confederación de carácter fascista de las instituciones sanitarias de todo país) fue la herramienta más poderosa para vacunar, literalmente, a la población del virus de la libertad. De una forma encubierta por el paternalismo del nuevo nazismo sanitario, se indujo la idea en las castas bajas que la libertad era un grave riesgo de enfermedad y su muerte. De hecho, y con los  aplausos de una población infantilizada y cobarde, un porcentaje muy importante de jubilados y pensionistas murieron durante y por la maniobra de alarma por coronavirus. Un hecho que aún hoy día, mantiene el debate vivo entre los tertulianos de los Asentamientos Libres de que realmente se tratara de un genocidio pactado a nivel mundial para aliviar la presión de los sistemas de pensiones que empezaban a desbordarse en las naciones consumistas occidentales.

Ante las férreas prohibiciones ideológicas de los nuevos gobiernos de las extintas democracias (mayormente occidental-europeas) en cuestión de hábitos de alimentación, ocio, sexo y drogadicción. Y la constante sensibilización (eufemismo por adoctrinamiento o condicionamiento psicológico mediante un bombardeo constante de decretos de prohibición) mediante la usura o extorsión económica en los productos alimentarios: carnes, mariscos, embutidos, quesos, pescado y alimentos ricos en glucosa. Se optó por instaurar un oscurantismo sociocultural y científico para aplacar la creciente violencia en las sociedades occidentales, que surgía de forma instintiva ante la falta de una libertad recientemente arrebatada, la carencia de proteína que acusaba el sistema muscular de la población, la insuficiencia de glucosa para el correcto funcionamiento del cerebro y la constante intromisión de los gobiernos en los ámbitos más cotidianos e íntimos de la ciudadanía.

Se prohibieron hábitos de consumo como el tabaco, que al tratarse de un hábito reflexivo no narcótico, se convirtió en algo indeseable para los fines de las dictaduras homosexuales sanitarias; de la misma forma que se desaconsejaba el consumo de café. Se alentaba el consumo de alcohol, con especial incidencia entre los estudiantes y la permisividad del consumo de drogas narcóticas combinándolas con actos sexuales: marihuana, hachís, ácidos, cocaína…; hasta tal punto, que los gobiernos publicaban manuales de instrucciones y consejos para su correcto consumo y satisfacción.

Todos los días había algo que celebrar: una enfermedad, una festividad, una profesión, una efemérides nacional… La constante distracción de las castas bajas o trabajadoras era una estrategia básica e imprescindible. Los juegos de pelota en equipo y las diversas festividades como carnaval, procesiones religiosas, fiestas populares de ciudades o celebraciones político-religiosas, llenaban los calendarios de todos los países desarrollados.

El oscurantismo llegó con el control (hubo una compra, una prostitución del periodismo al estado pactado anteriormente con el coronavirus) de los medios de comunicación e información. Gracias, ante todo, a los ensayos y pruebas de censura y bloqueo informático que China había empleado en el ámbito de la comunicación y el periodismo una veintena de años atrás.

Otra gran maniobra de los nazismos o fascismos sanitarios homosexuales, fue la revisión, cambio, tergiversación o eliminación de los anales o crónicas de la historia para adaptarlos a la nueva ignorancia instaurada; con una redacción literaria hagiográfica de las falsas democracias volcadas al fascismo homosexual sanitario que, prácticamente tenía carácter de parábola religiosa.

Se inició como golpe maestro una agresiva e invasiva campaña mundial para eliminar el hábito de lectura e imponer el audio libro, cuyo fin perseguía algo tan obvio que muchos de nosotros, un siglo más tarde, no concebíamos cómo ningún intelectual o medio de aquella época dio la alarma de semejante medida represora oscurantista. En la conclusión no podemos estar más de acuerdo: la decadencia social había tocado fondo y la población mundial consumista se había instalado cómodamente en aquel fango fascista de oscurantismo.

Porque el objeto del audio libro, era tan obvio como simple: Escucha y calla. No leas, porque quien lo hace suele recordar cosas desagradables. El Estado será la memoria y las palabras que se lleva el viento.

La comunicación escrita y la lectura, el fabuloso ejercicio intelectual que generaba, se había restringido para mantener una baja actividad mental en la población. Se impartía su enseñanza, exclusivamente para las castas del gobierno y las adineradas.

Los líderes de los gobiernos eran abiertamente homosexuales o bien de clara orientación ideológica homosexual. Hay estudios sociológicos de aquella época, asegurando que la homosexualidad da una mayor facilidad de pastoreo y explotación de las castas bajas humanas: menor agresividad, más sociabilidad (más gregarios), fáciles de adoctrinar a cambio de supuestos privilegios, paternalismos electorales hacia los transexuales infantiles-adolescentes, etc…

Los gobiernos estaban induciendo a la población la idea de que el homosexualismo era la mejor forma de medrar en sociedad. La educación del estado se volcó en asegurar en los centros de enseñanza, la práctica del homosexualismo como integración plena en sociedad.

Aun así, las clases bajas trabajadoras, se resistían a convertirse a un homosexualismo total.


 

Capítulo 2

Con el fin de imponer una mayor estabilidad social, la obediencia y respeto de las masas hacia los gobiernos con tácticas de distracción psicológica; en la primavera del 2026 se comercializó por un gran consorcio de farmacéuticas íntimamente afines a los gobiernos de la época, un gel aromático para las zonas genitales femeninas y masculinas que elevaba el rango de sensibilidad al roce sexual un doscientos por cien. Sus componentes de base animal (distintas especies no especificadas o bien directamente falseadas con especies inocuas; que actualmente se ha probado que eran aceite de hígado de pangolín, armadillo y grasa epidérmica de alguna especie de rana y salamandra) aromatizados con distintas especies vegetales exóticas y una hormona sintética que potenciaba la velocidad de transmisión del sistema nervioso, interactuaban con las glándulas que secretaban los humores sexuales.

El sexo de forma natural está a nivel instintivo, íntimamente ligado a la reproducción. En sí es un acto agresivo, de posesión y selección natural de los individuos más fuertes (hembras y machos). La idea del nazismo homosexual sanitario era básica: crear una sexualidad meramente hedonista eliminando lo instintivo. Amputando la necesidad biológica de reproducción y selección natural, las reses humanas de las grandes granjas de explotación o ciudades engendrarían generaciones física y psicológicamente débiles y maleables eliminando ese instinto de territorialidad y posesión que era parte del acto sexual; pero sobre todo, de la naturaleza animal de la especie humana.

El éxito fue planetario, millones de seres humanos se volcaron en la compra del potenciador del placer. Se consideraba que, incluso en las zonas más remotas del planeta, seis de cada diez individuos lo usaba habitualmente, ya fuera en compañía o para la masturbación solitaria, en apenas un año desde su comercialización.

Miles de millones de seres humanos se hicieron patológicamente adictos al sexo, incluso se bajó el límite legal de edad para su práctica, en las pseudodemocracias occidentales: a los diez años para niñas y  doce los niños, estadísticamente en el inicio de la adolescencia biológica de cada sexo.

El Gel del Éxtasis Sexual se convirtió en un artículo imprescindible en el baño, la mesita de noche y el neceser.

Por aquel entonces no lo sabían, pero el gel recombinaría o mutaría el ADN humano. Las primeras crías humanas que nacieron de la cópula con el Gel del Éxtasis Sexual, padecían una mutación severa en los fluidos naturales que secretaban durante la excitación y su acto: producían un ácido cáustico de gran potencia que además corrompía rápidamente la sangre durante el acto sexual. Los tejidos genitales eran inmunes al propio ácido, el resto del tejido se disolvía con el ácido que, entraba a través de las quemaduras en el riego sanguíneo. Sin embargo, los genitales sí se deshacían con el contacto del fluido sexual ajeno. Provocaba la muerte en poco más de diez minutos.

A partir de aquel 2026, los hijos engendrados con los genitales untados con el Gel del Éxtasis Sexual, serían mutaciones.

Los adictos al gel, a finales del 2026 representaban el 70 % de la población mundial y en el 2027, se consolidó hasta el 96 %. Eran portadores permanentes de la mutación desde el mismo momento que untaron sus genitales con el gel.

Se calcula que la mutación alcanzó al 98 % de los nacidos en el 2031.


 

Capítulo 3

Los primeros adolescentes engendrados con el gel morían durante el acto sexual, o simplemente con la masturbación.

Con las primeras generaciones de “hijos del Éxtasis” (así se conocía a los mutados, engendrados por el coito con el Gel del Éxtasis Sexual), se hizo evidente la mutación aunque no la causa.

El primer caso oficial se dio en el año 2038 en Sidney, Australia. Con el cadáver de una niña de doce años, hallado en el lavabo de su hogar; la mano derecha se había convertido en una gelatina ambarina y la vagina estaba cubierta por ella. Se habían licuado los tejidos y luego coagulado. Cuando el forense abrió el cuerpo, la sangre tenía el color de la orina y un intenso vapor ácido invadió la sala de autopsias. Hubo de evacuarse la morgue y renovar el aire.

La masturbación era de alto riesgo. Se debían usar gruesos guantes de caucho que reducían mucho la sensibilidad. El coito, así como la sodomía, debían llevarse a cabo con una rigurosa profilaxis para evitar que cualquier parte de la piel entrara en contacto con el fluido de lubricación femenino y el esmegma (fluido que se da mayoritariamente en los machos).

Los condones debieron reforzarse y era necesario cubrir las partes de piel expuestas al ácido con pañales que cubrieran hasta la mitad del muslo; además disponían de una membrana de goma por donde emergía el pene, o bien por el que se penetraba la vagina. Era la forma más segura de reducir el contacto con los ácidos sexuales. Aun así, durante el proceso de retirar el pañal, el condón o los guantes, el mínimo contacto con el ácido del que estaban sucios, era mortal. Los más temerosos, usaban también una máscara o pantalla de protección para el rostro y evitar posibles salpicaduras.

El sexo sucio o mojado de sus fluidos sexuales podía contaminar la orina y convertirla en un ácido y veneno con la misma potencia.

El lavado genital era ineludible.

Y el sexo oral había llegado a su fin.

A finales de ese mismo 2038, las autoridades aseguraban que las muertes se debían a alguna droga consumida o terrorismo químico de alguna facción radical religiosa.

En ese año murieron sesenta millones de niños en el planeta y ciento setenta millones de adultos. Era imposible contabilizar los centenares de miles de muertes no comunicadas. En la China rural y en el tercer mundo, los campos de cultivo de las zonas rurales jamás habían sido tan fértiles.

Se probó que cuando la temperatura del cadáver bajaba a los treinta y cuatro grados, los ácidos se neutralizaban y ya se podían manipular los cadáveres sin peligro.

Aunque semen y ovarios no habían sufrido modificaciones, la reproducción era lenta por su exigencia profiláctica y el temor de la pareja. La libido parecía haber desaparecido de la población durante los tres primeros meses de aquellos meses. Sin embargo, el Gel del Éxtasis Sexual, se había convertido en una droga que causaba un importante síndrome de abstinencia.

Que se asociara esta mutación con el consumo del Gel del Éxtasis Sexual, fue un proceso de cinco años en el que los corruptos gobiernos ocultaron datos. Buscaron causas que responsabilizaban a algunos alimentos básicos transgénicos, drogas, detergentes, virus... En el 2043 la presión social era tan fuerte que fue imposible mantener las falsas teorías. Los grandes líderes políticos que colaboraron con la comercialización del Gel del Éxtasis Sexual dimitían o bien eran juzgados y condenados. Se prohibió la fabricación y uso del gel y se condenaron a largas penas de prisión a los directivos de las farmacéuticas.

Los nuevos líderes políticos se encumbraron de nuevo en mesías salvadores de la humanidad.

La decadente sociedad era insensible a la corrupción de los estados, su afán era follar sin riesgo. El gel era ya una adicción universal y pasó a convertirse en una sustancia ilegal de elevado consumo. La nueva generación de líderes que sin el potenciador sexual perderían el respeto y la obediencia de la masa humana, creó redes de tráfico ilegal internacional pactadas.

Sin sexo, las sociedades y sus gobiernos amenazaban con resquebrajarse.

Otra consecuencia fue que con el contrabando del gel, los líderes políticos y sus gobiernos acapararon riquezas como nunca antes se había visto en la historia. Ante una masa humana que tras la esclavitud laboral, solo pensaba en revivir aquellos orgasmos potenciados más allá de lo que nunca gozaron antes del gel.

Jueces y comisarios ostentaban el estilo de vida de los narcotraficantes de finales del siglo XX.

El gel fabricado en laboratorios ilegales provocaba la muerte antes de llegar al clímax. Y aun así, se movían miles de toneladas cada mes por todo el planeta.

El ser humano evolucionó definitivamente a un nuevo estadio que lo abocó a la extinción.

La reversión de la mutación era una cuestión lejana, ni siquiera había una idea aproximada de qué forma tratarla: genética, farmacológica o quirúrgicamente.

La natalidad prácticamente se detuvo y los contados partos eran cesáreas para evitar al bebé posibles quemaduras y envenenamiento al salir por la vagina.

Tras la confirmación del embarazo y a las preguntas para el historial médico de la embarazada sobre sus hábitos sexuales, si muy raramente una pareja alegaba no haber usado el gel, tras el nacimiento se realizaba un análisis genético. Si el bebé, en efecto, era un humano puro, no mutado y no pertenecía a una casta social alta; el estado lo requisaba para su estudio genético y preservación para los ensayos de tratamiento en los mutados privilegiados. A los padres se les decía que el bebé había muerto.

Capítulo 4

Precisamente, el robo de los hijos por el estado y sus mafias de traficantes, fue la causa primera de que el minúsculo porcentaje de humanos no mutados, se constituyera en organizaciones secretas.

Al igual que ocurrió con las vacunas del coronavirus, hubo una minoría que no usó el gel. Y tal como evolucionaba la sociedad, antes de que fuera demasiado tarde, se crearon grupos secretos de supervivencia y acción de humanos puros. Paulatinamente escaparon de las ciudades hacia zonas rurales o agrestes de difícil acceso, levantando asentamientos, en pueblos abandonados o en los bosques. Nadie debía conocer su existencia. Era gente con cierto nivel cultural y con conocimientos para sobrevivir en ese nuevo medio, aunque no tuvieran una formación práctica. Había entre ellos profesionales de medicina, química, agricultura, técnicos y humanistas, así como libre pensadores que carecían de importancia alguna en la sociedad. Solían ir pertrechados con la lógica de la previsión: herramientas, armas, alimentos en conserva para los primeros días, libros de todo tipo que pudieran acarrear, manuales de supervivencia… Como los últimos seres humanos puros del planeta, debían intentarlo.

Si algún extraño llegaba hasta un asentamiento, se le invitaba con hospitalidad a compartir la comida e incluso un lugar para dormir. Y así conocían de dónde venía, quién era, si había más amigos del intruso cerca y si alguien estaba en conocimiento de su ruta.

Tras la estancia, no saldría vivo de aquel lugar. El secreto era básico para la supervivencia de la especie. Todo aquel compañero o familiar del intruso se cazaba.

Lo cuerpos se enterraban en profundas fosas de entre doce y quince metros.

Los asentamientos o aldeas no debían superar los sesenta individuos, ya fueran agrupados por familias o bien solteros. Era estrategia de defensa (la extensión del asentamiento era básica para su secretismo) e higiene.

Las nuevas parejas o familias que se creaban y superaban el límite poblacional, debían buscar nuevos lugares para vivir a no menos de quince kilómetros de otro asentamiento.

Algunos de los humanos puros que trabajaban para el estado, decidieron retrasar su huida de las ciudades para ejercer como espías, lo que ayudaba a mantener los asentamientos libres ocultos y equipados con las primeras necesidades que surgían ante un cambio de vida tan radical y la falta de experiencia de estos primeros colonos. También informaban mediante mensajes cifrados depositados en lugares pactados, de los movimientos de los mutados; como trabajos de deforestación, carreteras, dragados de ríos, mantenimiento de presas…

Desviaban pequeños y discretos lotes de armas para la defensa de los asentamientos.

La violencia de los mutados se haría extrema, sabrían de su fin y nada les importaba más que su propia presente. Los humanos puros debían responder a cualquier intromisión de los mutados, y de forma definitiva. Un mutado que entrara en contacto con un asentamiento, no podía volver a la civilización.

No había más tarea común que la vigilancia de la aldea durante los primeros años, hasta que se extinguieran los mutados.

Cada cual obtenía sus recursos con su esfuerzo individual, ya fuera un individuo o una familia. Ello evitaría que surgieran líderes y su corrupción. Era el momento de aplicar lo aprendido de la historia.

No podían caer en los mismos errores de la sociedad de la que habían escapado.


 

Capítulo 5

En el año 2050 se inaugura el primer centro de reproducción y sexo tecnificado solo apto por su coste para las clases privilegiadas.

Lo más acuciante para los gobiernos no era el cese de nacimientos. Era la falta de sexo lo que estaba llevando a muchos países a la guerra civil. La civilización se estaba colapsando.

Así que el sexo y su reproducción se tecnificaron buscando el contento de las masas, al menos de las pudientes primero. Se aseguró a la población que en poco menos de dos años, habría un centro de sexo tecnificado en cada distrito de cada ciudad, y subvencionados.

Las grandes masas humanas infantilizadas, degeneradas; tenían una fe inquebrantable en sus amos políticos: la humanidad continuaría adelante, porque en los peores momentos sale lo mejor de ella.

Pero no tenían nada de sí, solo veneno.

La población humana no aceptaba su fin, no creía en él. Su ingenuidad solo era comparable a su mente castrada y atrofiada por el estado.

La reproducción tecnológica se llevaba a cabo mediante cápsulas rellenadas con semen recién ordeñado que, se introducían en el útero por la vagina, por medio de un tubo cubierto por un falo de látex que se encontraba en el lomo de un potro sexual.

La mujer montaba en él y el falo la penetraba profundamente, sin ningún cuidado. Hasta elevar las nalgas del asiento. Era necesario cierto nivel de dolor y brutalidad en el acto para asemejarlo a la posesión pasional.

Cuando el cuello del útero (monitoreado) se encontraba en su mayor dilatación por la excitación continuada o bien por el orgasmo, del glande de látex surgía un pequeño tuvo que se introducía en el útero y lanzaba con cierta velocidad una de las cápsulas. Había una espera de un minuto para que la cápsula se deshiciera y así el semen se derramara en el útero, donde no se generaba ácido.

Y de nuevo se repetía el ciclo.

A la cuarta píldora solía correrse la hembra reproductora.

Surgía entonces, un molde vaginal levemente calefactado que se adaptaba a la vagina por elasticidad; presionándola y obturándola para que el semen que se alojaba en el útero, no saliera. Además, el seno vaginal efectuaba masajes mediante oscilaciones para relajar el aparato reproductor.

La mujer durante ese proceso de cinco minutos solía correrse un par de veces más. Lo aseguraba el folleto informativo del centro.

Personal sanitario especializado y protegido masajeaba el monte de Venus de la hembra reproductora porque era bueno psicológicamente, que algo humano las acariciase, las hacía más fértiles.

Dos asistentes sexuales, masajeaban los pezones endurecidos, que ya apenas conocían el tacto humano. En sí era una liturgia fetichista que garantizaba una experiencia sensorial a todos los niveles.

La sala del potro reproductor era circular y en su pared había una decena de espejos-ventana que pertenecían a otras tantas cabinas, donde los machos observaban a la hembra en el potro con una ordeñadora masturbatoria eléctrica en el pene (un sensor de ph, monitoreaba la acidez del semen cuando se eyaculaba para evitar que entrara en la hembra una cápsula venenosa). Un saco de gel aceitoso cobijaba a temperatura corporal, con leves vibraciones, el escroto para estimular la producción de semen en los testículos.

En una de esas cabinas se encontraba la pareja de la mujer en el potro. Y el semen que la dejara embarazada podía ser de cualquiera de aquellos diez machos.

Era terapia psicológica para combatir la frustración del instinto humano que no les permitía el acto carnal y provocaba en machos y hembras la ilusión de una lucha por reproducirse en una sociedad tan destruida y decadente que los llevaba inexorablemente a una crónica depresión.

Machos y hembras asumían así que disfrutaban de esa variedad y aleatoria actividad sexual que años atrás se consideraba una forma de integración social, de ciudadanía plena.

La lotería de la fecundación y su adulterio tecnificado, con los adecuados narcóticos, apaciguaba esa sexualidad degenerada en sus cerebros de ciudadanos integrados.

Los hijos, naturalmente eran mutados. La reproducción era puramente cosmética, una ilusión de supervivencia de la especie.

Ni siquiera podían masturbarse en pareja, la profilaxis necesaria para ello era abrumadora. El estado que los cuidaba, les daba la gracia del placer y se sentían agradecidos a sus jerarcas.

Las salas reproductoras, eran también un medio de realizar el acto sexual sin riesgo a morir. Solo era una cuestión de elegir si se pagaba por una u otra cosa.

El porcentaje de muertes por año era del treinta por ciento de la población mundial; de nacimientos, el dos. La sociedad se estaba plegando sobre sí misma, aplastándose.

Desde el momento en el que la humanidad asume que su fin está cercano; las sociedades se desmoronarán: primero la economía, los bienes inmuebles perderán todo valor y por lo tanto, el respeto a la propiedad.

Ya no sería necesario trabajar para un futuro mejor. El primer líder político que dio un discurso meses después de saberse que oficialmente la humanidad estaba al borde de la extinción, en un desliz retórico dijo que se debía seguir mejorando ciertas condiciones sociales para asegurar un futuro mejor. Se convirtió en un auténtico payaso de moda durante meses. Los videos de las risas de la población que lo escuchó, se harían virales.

Las organizaciones secretas de humanos puros eran una causa de la gran mortalidad.

En veinticuatro años (desde la comercialización del gel) habían muerto dos terceras partes de la población mundial. Y la mortandad se aceleraba, los alimentos escaseaban, las fábricas se paralizaban.

Los países con la población más envejecida y menos recursos económicos, como Grecia, Portugal, Hungría, Rumanía, Chipre, Sarajevo, España o Marruecos, dejan de existir como naciones tras extinguirse su población, oficialmente entre los años 2070 y 2075. Dichas ciudades se convertirán durante el tiempo en los que los camiones de los ejércitos continuarían operativos, en necrópolis para enterrar o incinerar los cadáveres que constituían un serio problema por su acumulación millonaria. Un último intento para evitar que la descomposición llegara al mar.


 

Capítulo 6

Hombres y mujeres se convirtieron en especies rivales. No había sexo, no había atracción, la reproducción solo podía llevarse a cabo con costosos métodos.

Se odiaban, pretendían un poder que no existía ya para nadie. Había prácticamente una guerra civil entre hembras y machos en todo país.

En el año 2055 murieron seiscientos millones de seres humanos en altercados violentos. Los que morían de enfermedad, hambre o bien en el tercer mundo no había forma de contabilizarlos. No obstante, fuentes de la época, sostenían que entre muertos por hambre, por enfermedades habituales como el cáncer sin tratamiento, toxicidad en los alimentos y el uso del gel prohibido, se deberían sumar mil doscientos millones.

No fue solo por la violencia de la guerra entre hombres y mujeres y guerrillas urbanas contra las fuerzas armadas. Las sociedades secretas de humanos puros, habían infiltrado voluntarios en los puestos de poder y consiguieron el acceso a los depósitos de suministro de agua potable de una veintena de grandes ciudades.

En una operación sincronizada, con la facilidad de acción que ofrecían las ciudades en guerra o arruinadas y los líderes políticos bloqueados, superados por el colapso social, inmóviles ante el fin de la humanidad; las sociedades secretas envenenaron las redes de agua potable.

Construyeron bajo las conducciones de agua, almacenes donde acumularon toneladas de arsénico. Practicaron injertos en las conducciones de agua para conectar una vía de entrada que dosificara el veneno. Con bombas peristálticas programadas inyectaron durante semanas el arsénico en las redes hidráulicas.

Al horror de las guerras y el vandalismo social, se sumó un envenenamiento doloroso que afectaba a todas las edades de humanos mutados. No descubrieron nunca los gobiernos de donde salió aquel veneno que mató a tantos millones de humanos a lo largo de tres semanas.

Una ventaja colateral, es que las ratas en las ciudades se extinguieron; pero la putrefacción de sus cadáveres invadía las ciudades y causaba infecciones.

Saboteaban constantemente centrales transformadoras eléctricas creando caos. La destrucción era achacada a los grupos violentos de mutados.

Era habitual que dos individuos que se cruzaran por la acera, pelearan por solo mirarse.

Niñas y niños que no habían llegado a la adolescencia se usaban como actores para realizar videos pornográficos (por no haber llegado a la adolescencia no segregaban veneno) para una globalidad que necesitaba unos instantes de consuelo, evocando como era el acto sexual antes del Gel del Éxtasis Sexual. Las televisiones públicas transmitían diariamente y en distintos horarios aquellos videos que podían durar media hora. Durante la emisión, cesaban los altercados. La gente observaba fascinada a las niñas y niños de entre tres y ocho años, practicar torpemente sexo mientras lloraban asustados ante las cámaras, con los cuerpos marcados por golpes y torturas de los directores de las películas. A los niños se les introducía por el meato varillas de plástico que dieran la ilusión de erección. Morían de septicemia.

Las sociedades secretas de humanos puros, si querían sobrevivir y permanecer como especie en el planeta, debían acelerar como fuera el proceso de extinción de los mutados, ya una especie salvaje, destructiva por odio puro; con esa desinhibición lógica y previsible de quien sabe que va a desaparecer y que nada quedará de ellos, nadie que los recuerde.

Continuaron sin cesar sus sabotajes y acciones terroristas contra la población mutada, con una discreción absoluta. Se demolían puentes estratégicos, se destruían líneas de comunicaciones, se volaban silos de cereales… Eran breves y fulgurantes ataques que se repetían por todo el planeta.

La globalidad no pensaba que hubiera humanos no mutados y si los hubiera, eran tan pocos que ya habrían muerto de hambre, en las guerras, en los envenenamientos, cosa que ayudó a protegerlos.

En el año 2060, un recuento de la población arrojaba una cifra aproximada de 3000 millones de seres humanos, todos ellos mutados. Los ¿seis millones? de humanos puros repartidos por distintos lugares del planeta, no existían para nadie.

Y surgen los primeros grupos o tribus caníbales en las ciudades.

Todas las previsiones se vieron rebasadas en el avance de la extinción de la humanidad.

Las naciones del tercer mundo, resistían mejor el cataclismo social. Su población estaba habituada a la penuria, cazaban y proseguían con su labor agrícola manual en las aldeas. No obstante, también afectados por la mutación, la población envejecía a buena marcha.

En el año 2103, ya no hay instituciones u organismos demográficos que puedan dar una estadística de la población mundial. Algunos expertos, en su opinión y siguiendo la historia de la debacle, hablan de entre 400 y 600 millones de habitantes y la inmensa mayoría, supera los 70 años de edad.

Los animales salvajes amplían su territorio incluyendo las ciudades: osos, lobos, jabalíes, pumas, coyotes, águilas, buitres… En las capitales nórdicas, los osos polares condicionan la escasa y avejentada vida de las ciudades que ya tan solo ofrecían cobijo sin calor.

La alimentación de los predadores era fácil y abundante, se basaba en presas humanas viejas, por su lógica disminución física.

Son los últimos coletazos de la especie humana.

Los hijos del éxtasis engendrados en los potros sexuales, no superan los dos millones. Y ya no existe medio reproductor alguno. Sus edades se encuentran en el rango de los cincuenta y tres años de media, solo son suposiciones.

La extinción se acelera. Y en el 2110, se supone una población de 100 millones.

La población de los humanos puros, su número, es una incógnita y siguen siendo un mito entre los mutados.

Algunos mutados, huyendo para escapar de la muerte inmediata de las ciudades demolidas y buscando alimento y refugio, se encontraron con algunos Asentamientos Libres.

Se les aceptó con hospitalidad. A la mañana siguiente estaban muertos, habían envenenado la comida que les ofrecieron.

Si no había veneno en el asentamiento, la muerte sería bastante más violenta; pero nunca como la crueldad que practicaron los mutados en sus ciudades, entre ellos mismos.

De alguna forma u otra, como pagas, cobras.

Debía desaparecer toda mutación. Los Asentamientos Libres no podían permitir seres mutados entre ellos. La dependencia de un gobierno de estos individuos y su estúpida esperanza de recuperar algún día el estatus de vida que conocieron, podría destruir la libertad y futuro de los humanos puros. Por otra parte, solían ser demasiado viejos ya, individuos deprimidos, incapaces de valerse por sí mismos que creían que debían ser alimentados por simple bondad y respeto a su edad.

Todo mutado que entraba en contacto con un Asentamiento Libre era sacrificado, no verían un nuevo amanecer tras el primer contacto con aquellas gentes.

Las generaciones que nacían en aquellos asentamientos eran de fuerte y rudo carácter, con una independencia intelectual absoluta. No conocieron estado, autoridad o gobierno alguno. Habían nacido libres y para ellos morir era una posibilidad frecuente y natural.


 

Capítulo 7

Actualmente, en el 2126, se considera extinta la población mutada.

No se conoce el número exacto de humanos puros que habitamos el planeta, no se realiza ningún seguimiento, no hay gobierno ni administración, ni instituciones.

No importa cuantos somos, no es un conocimiento necesario, lo único que nos preocupa es la supervivencia y mantener vivo el lenguaje oral y escrito. Es básico para que los conocimientos adquiridos los pueda usar otra gente que los ignore y precise ayuda.

A pesar de ello y en las tertulias que celebramos, creemos que la población humana mundial está entre los diez y treinta millones repartidos por el planeta.

Con el tiempo dejamos de necesitar cosas superfluas y apreciamos las herramientas y los pequeños objetos que nos pudiéramos fabricar por vanidad.

Se debe conocer, de ahí la presente crónica, el vergonzoso pasado de la humanidad para no caer en ello de nuevo.

La lectura y la escritura, han marcado la gran diferencia de la especie humana con el resto de especies; no se puede perder.

Como medio de comunicación y fondo de conocimiento útil, es fabuloso.

Se pidió a los miembros de los asentamientos, que dedicaran un tiempo a dejar anotados sus conocimientos, en sus propias casas, que cada cual llevara su pequeño diario y archivo de efemérides y conocimientos adquiridos, por si alguien precisara información o buscara consejo. Si alguien lo hace o no; no importa, solo era una idea.

Y si alguien no ayuda a otro, no será ayudado. Como pagas cobras, es una ley tan lógica como natural.

No existe industria pesada ni automatizada, las armas de caza se fabrican artesanalmente por los miembros de cada grupo familiar o cabaña para su uso exclusivo, no hay comercio; pero en algunos casos hay intercambio, según el grado de amistad o parentesco entre vecinos.

Disponemos del suficiente conocimiento de la metalurgia.

No hay límite de uso de en la tecnología, siempre y cuando no afecte a los vecinos y se use en la intimidad del hogar. Y no afecte al entorno para la caza y recolección de supervivencia.

No se escribirá jamás una sola ley.

Advertencia:

En la pasada primavera, el jefe del clan familiar, William Romero, propuso en una tertulia entre cazadores a la orilla del lago Tibum; la creación de un ayuntamiento para gestionar las necesidades de la aldea, una biblioteca y tal vez un archivo de registro de las casas, para facilitar y crear tareas comunitarias que mejoraran la calidad de vida.

A la orilla lo decapitamos y con clavos a través de los ojos clavamos la cabeza a la puerta de su cabaña. Con un cártel que decía: “No habrá jamás autoridad o gobierno alguno”.

A la esposa y a sus dos hijos de doce y diecisiete años, se les dio la opción de abandonar la aldea y montar su propio ayuntamiento si así lo deseaban, para ellos solos. O bien, seguir en la aldea sin volver a proponer jamás otro retorno a los gobiernos pasados.

Eligieron quedarse; pero no les permitimos sacar la cabeza de la puerta.

Decidieron construir una nueva cabaña y mudarse a ella.

No ha habido ningún intento más de control o gestión de la aldea.

No somos salvajes ni ciudadanos. Somos seres humanos con nuestros instintos íntegros, con el afán de aprender o curiosidad propia de nuestra especie. Con el ansia de conocer nuestro medio.

Solo el día, la noche y la climatología, marcarán horarios para quien desee seguirlos por necesidad o por convicción.

Los errores ocurren, la gente muere. Nadie debe pagar por un error.

Y que cada cual juzgue, si es necesario al prójimo según su experiencia, según su instinto. Así será tratado también por los demás. No es nada nuevo, es lo que hacemos todos desde el momento que nacemos, aprender y juzgar va de la mano.

Porque conocemos nuestra especie, sabemos que surgirán problemas de territorialidad, envidia, robo y asesinato. Creemos que cada cual sabrá responder a un abuso en la medida que crea sea justa y necesaria. A nadie le debe importar lo que ocurra entre dos oponentes.

Si la violencia se llegara a extender a la aldea, se extinguirá. Será un proceso lógico y natural.

La tierra no es un propiedad, es un uso. No se acapara.

Lo aquí escrito es la historia de la vergüenza y el bestialismo humano. Quienes escribimos esto, y lo hicimos todos los miembros de la aldea Tibum; no permitiremos la existencia de leyes, convenciones sociales o religiones; no si salen de la intimidad de cada hogar. El individuo y su núcleo familiar si lo tuviera, es lo más importante de cada asentamiento.

Cualquier propuesta de autoridad, intento de control, religiosidad o moral, será erradicada matando al que la propone.

Una vez muertos los presentes, el futuro no nos importa. Somos lo que nos hemos propuesto cuando ha sido necesario. Si futuras generaciones lo hacen o no, es cosa que no nos atañe. Será elección de otros.

La educación o el conocimiento, la lleva a cabo cada familia o cada individuo, el nivel de conocimiento se ajusta así, a las posibilidades y necesidades de cada cual y al tiempo que disponga para ello según sus habilidades, aptitudes y trabajo.

Rara vez interactuamos con otros asentamientos, están lejanos por esa razón; es peligroso el hacinamiento, está probado. Sin embargo, ante una esporádica visita de cortesía, o bien porque ha ocurrido alguna catástrofe geológica o climática, tenemos la suficiente ética para dar la bienvenida y ayuda a quien lo necesita realmente.

Lentamente, van naciendo futuras generaciones, que llegado el momento, deberán buscar otro lugar donde realizar su asentamiento, si se supera el número de sesenta individuos.

Y por fortuna, ya no tenemos historia que escribir, en la actualidad no hay reinados, ni conquistas, ni inventos que transformen el planeta.

Hace tiempo que dejamos de necesitar y vivimos.

Simplemente, disfrutamos de lo que somos.

Un día dejamos de necesitar y vivimos sin más.

 


Iconoclasta