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14 de enero de 2024

lp--Otro día que he despertado...--ic

Estoy suscrito a una compra recurrente en Amazon de despertadores, ni siquiera separo las pilas del despertador que estampo contra la pared, van a la misma bolsa de basura. A ver si consigo que envenenando el planeta envenenarme al comer mejillones en conserva, ya que dado mi desmesurado amor por mí mismo, creo anticuerpos contra el suicidio.

O sea, soy una contradicción con patas: al despertar soy yo por lo único que vale la pena vivir.

No soy feliz y la verdad es que me suda la polla la felicidad.

Huele a lo mismo que ayer. El sonido del planeta es el mismo y mi mente cautiva no consigue encontrar una razón por la que hoy, pueda ser distinto de ayer.

Y todas por las que pueda ser peor, por ejemplo: absoluta y desoladoramente indistinguible.

Los hay que por menos se suicidan; pero yo fui maldecido con el super poder de respirar el hastío como el aire limpio. El asco no consigue deprimirme, sólo acelerarme el pulso hinchando las venas de las sienes. Supongo que también las del cerebro.

Las del nabo requieren acción manual o una gran y obscena imaginación.

Entiendo que la experiencia es como un vertedero de basura donde se amontona la mierda y no se sabe qué hacer con ella, más que formar dunas y pirámides que envenenan a gaviotas y mendigos.

La experiencia es como el aceite que cubre el mar asfixiando a los pescados.

A las buenas cosas les falta el ingrediente de la durabilidad. Como el orgasmo que tras un minuto, no recuerdas haberlo sentido y te preguntas porque la leche se enfría tan rápida.

El placer no deja ni una sola cicatriz para la posteridad. Por eso busco el placer continuamente, nunca sacia.

Además tiene la propiedad de la caducidad, caduca antes que el jamón cocido. Y si se repite con frecuencia, llegará convertirse en tóxico y puro aburrimiento también. Estoy seguro de que los actores porno sueñan con los minions durante el rodaje.

Por lo cual, para darle un asomo de sordidez al placer y sea más duradero, pagas a alguien que sin profilaxis te mal folle.

Y si se da el caso, tienes el divorcio sin demasiadas discusiones.

Y ya. Si me apetece, mañana miro la güiquipedia y cito a Nietzsche que es cantidad de intelectual.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

 

2 de agosto de 2023

lp--Cadáveres y experiencia--ic

No hay tragedia en el árbol tumbado por el viento. Incluso es motivo de alegría por su leña.

Con los seres humanos anónimos ocurre lo mismo, por el espacio libre que dejan.

Los árboles no lloran por sus muertos y los humanos se angustian porque el cadáver les recuerda cuál es su destino final. Los hay que lloran por perder a un ser amado; pero la práctica es que la indiferencia es una absoluta mayoría; la vida es corta y solo los estafadores y maníacos sienten dolor por cada humano muerto en el mundo. Son los únicos que tienen tiempo para las indiferentes muertes.

Los antílopes no lloran por el que devoran los leones a pocos metros de donde pastan y no hay nada que reprochar.

El mundo gira a la misma velocidad cuando muere un árbol, un humano o un amor.

Los amores muertos no dejan residuos y sus vapores no afectan más que a los amantes, es una tragedia íntima que todo ajeno ignora y de poco alcance radiactivo, no más de tres o cuatro centímetros desde la piel.

No hay responsos por los árboles, humanos y amores muertos, no para todos los cadáveres. Solo puedes sinceramente, observar los restos y las tristezas que evaporan y razonar que no es tu momento.

Que ya lloraste a los que debías y que la vida es una mecha rápida e imprevisible.

Podría ser amable y desearle buen viaje al árbol caído (como el ángel…); pero no pide ni necesita hipocresías.

No puedo regalar un tiempo que se me escurre rápido entre los dedos.

No pierdo el tiempo con los muertos porque son demasiados y no todos fueron buena gente cuando respiraban.

Soy selectivo.

Existentes ciertas insensibilidades que se desarrollan con la praxis vital, herramientas necesarias para que los forenses puedan hacer su trabajo relajadamente.

Y para que yo la siga amando sobre todos los cadáveres de La Tierra.

Así que cierro los ojos ante la repentina ráfaga de aire fresco que relaja mi piel y el tabaco templa mis pulmones rudos y experimentados.

Buen viaje, arbolito.

Tampoco cuesta tanto saludar a los muertos si te apetece cuando nadie te ve.

Y podría sonar Spiegel im Spiegel es un buen momento; pero nada es perfecto.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

2 de mayo de 2023

lp--Cielo sucio, cielo limpio--ic

El cielo cambió en los inicios del 2020. Con el coronavirus o covid perdió el vibrante azul, su saturación. En plena alta montaña, al pie del Pirineo Catalán se hizo lechoso; triste, sucio, tuberculoso.

Fue durante los encarcelamientos nazis del coronavirus cuando empezó a marchitarse su color.

Incluso temía padecer un principio de cataratas. Mi hijo acostumbrado al cielo sucio de la ciudad de Barcelona, no apreciaba el cambio de matiz.

Era angustioso mirar ese azul pálido y enfermo todos los días. 

Cuando levantaron la prisión para la clase trabajadora y lo pude observar lejos de la ciudad, pensé: “Esto es una mierda de cielo, hijos de puta”.

Ha tardado tres años en recuperar su color. En un proceso lento, en los que he podido ver como intentaba ser azul hermoso de nuevo; pero no podía, como si estuviera muy débil.

Ahora, puedo decir que vuelve a ser el mismo. Fotografío mucho, no es algo que me pudiera pasar desapercibido.

Lo que pienso de ello me lo guardo, porque sería dar demasiada inteligencia a los jerarcas nazis que impusieron la nueva dictadura propagando una enfermedad (covid) que mató más personas por los decretos y acosos criminales de los políticos del resurgir del nazismo, que por su patología.

Mi cielo estaba envenenado, contaminado. Rociado con un aerosol blancuzco, con una neblina sucia. Enfermo, tísico.

Y desde finales de este invierno, al fin ha surgido su potente azul de nuevo.

No hay nada que me haga pensar que es un acto de dios o un accidente climatológico.

Soy demasiado viejo para creer en cuentos de hadas y casualidades.

Ese cielo enfermo del 2020, de un azul tísico pasará a la historia de mi vida como el cielo nazi del coronavirus.

Algo sucio, algo pornográfico hicieron con mi cielo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


5 de noviembre de 2022

lp--Pequeñas discriminaciones raciales--ic

Son aquellas que no hacen daño, solo intentan humillar un poquito nada más y de pasada.

Y son ideológicas, es decir, el deber de todo nazi nacionalista. Un acto de pureza interior que cometen para ser fieles a sus amos o sacerdotes y su racismo ideológico o religioso (es lo mismo, una secta en ambos casos).

No se pueden demostrar esas discriminaciones, solo el instinto las capta, un gesto, un mohín, una demora, una de esas falsas sonrisas que exhiben los racistas que pretenden ser super humanitarios y cordiales.

En México son menos amables discriminando al güerito. Quiero decir con esto que conozco al género humano, lo que ocurre es que ya me he habituado y no vomito.

No hay nada más que la sabiduría propia para intuir esos actos mezquinos. Y es simplemente un conocimiento útil para saber donde pisas, a quien te enfrentas sin enfrentarte.

Un juego de hipocresías, de aquellas como las de los bíblicos fariseos.

Todo nazionalismo (es mejor escribirlo como es realmente) tiene esa componente de racismo que se cultiva afanosamente en cualquier actividad. Como los rosarios que los católicos rezan en cuchicheos o cualquier oración de todo religioso fanático en cualquier momento o lugar que sienta la llamada del servilismo al amo.

Si tienes un apellido de fonética castellana en Cataluña es muy posible (para mí un hecho que no me preocupa probar, me basta con mi certeza y experiencia), que por mucho que unos cuantos catalanes (de esos de pura raza rabiosa), quieran encubrir su fascismo y racismo con una sonrisa espantosamente falsa y unos modos de exquisita educación, seas delicada y obviamente segregado por ese apellido.

Basta un apellido acabado en z, para que se les tuerza el gesto en un mohín, imperceptible para los lerdos que no han aprendido nada de la vida.

Son pequeñas cobardías, como las que ocurren en algunos puntos de recogida de empresas de mensajería, que suelen ser comercios locales. No te avisarán de tu paquete si tiene un apellido castellano hasta que antes hayan avisado a los apellidos catalanes; y te darán un día más de espera como castigo por esa apestosa fonética. Delitos veniales, faltas sin importancia apenas. En realidad, es una forma de comulgar con el nazionalismo sin llegar a cometer una falta, solo una pequeña humillación si eres capaz de verla.

Llevan a cabo la segregación discreta, silenciosamente; al igual que el pecador reza y es perdonado, ellos se sentirán unos nazis de pro, purificados.

Y mi sabiduría me lleva a afirmar que empresas de reparto como Amazon y otras mensajerías con mucho tráfico de mercancía, pactan esas humillaciones con alcaldes, regidores o concejales catalanes: “Nada delictivo -dice el alcalde o concejal-, pero sería bueno repartir a nuestra gente primero y los apellidos castellanos los últimos en el reparto. Y a cambio, mi policía no os hostigará por aparcamientos indebidos y otros incumplimientos ¿Te parece? Todo muy tranquilo, sin ilegalidad. Es solo para que aprendan los apellidos españoles, que son de segunda”. Y Amazon y otras mensajerías dirá amén. Porque el dinero y la continuidad del negocio, mandan.

Cuando observas en la pantalla a tiempo real como avanza tu reparto y te dice que quedan solo tres paradas para que llegue tu paquete; debes saber ya que el conductor mirará el apellido no catalán del paquete y resultará que en la siguiente actualización, el vehículo tiene doscientas entregas más que hacer de camino a tu destino.

Hace años que dejé de creer en las casualidades de actos fascistas y ladrones. Y bueno, es inevitable si vives en una zona nazionalista saber cómo piensa y actúa el “enemigo”.

Ocurre ya tan a menudo en todos los repartos o entregas en algunos puntos de recogida; que no cabe el azar. Ni en broma.

No es sangrienta, no es ofensiva la discriminación; es solo una pequeña humillación o broma sin importancia a los apellidos no catalanes. Una acción no cruenta que asumen como un acto de nobleza hacia la patria, un orgullo interior del fascista, más que una ofensa. Es su deber, en definitiva.

Y tengo la absoluta certeza que lo mismo ocurre en el País Vasco, Galicia, Baleares, Valencia… No es que sea nada especial Cataluña, simplemente la conozco de primera mano.

Como el pueblo alemán escupiendo a los judíos en la calle…

Y es que además, el Gobierno Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario que decreta represiones de todo tipo desde marzo del 2020, es amable con estos racismos incruentos, porque una serpiente (el Caudillo Penitenciario Homosexual Sanitario) no muerde y envenena a otra (caciques o presidentes autonómicos de apellidos muy de la tierra suya).

Ocurre en todas partes del mundo, el ser humano es imbécil por naturaleza, nada nuevo bajo el sol.

Al menos, si te toman por idiota, que se equivoquen; porque tampoco los nazionalistas son unos figuras que desprenden chorros de rayos láser de inteligencia. No tienen nada que envidiar, sinceramente.

Es por ello, que hoy tenía el día heroico y cuando Amazon me ha comunicado que mi paquete estaba a tres paradas y de repente sale en la última actualización que tienen una hostia puta de entregas antes de entregarme el paquete, he pensado: el repartidor ya ha visto la z…

Y graciosamente me he dicho: ¡Qué cojones! Que se metan el paquete en el culo y me devuelvan el dinero.

Y se me ha escapado la sonrisa al hacer clic en “Cancelar el envío”.



Iconoclasta


12 de agosto de 2022

La mentira nos hará libres


El engaño es una constante en la vida cotidiana y la más eficaz arma de supervivencia en sociedad.

El arma más instintiva y pura con la que está dotada la especie humana. Es tan natural y está tan arraigado el engaño en el genoma humano, que por mucho que luchen los progenitores y educadores por lavar el cerebro o adoctrinar a las crías humanas con el concepto de “verdad” o “sinceridad”, fracasan estrepitosamente.

Claro que los progenitores y educadores, son mentirosos profesionales, eso de: “haz lo que yo digo y no lo que hago”, es una táctica cuanto menos, ingenua e infantil. Porque las crías se hacen adultas con todo su bagaje genético en erupción y es imparable el desarrollo de sus armas de supervivencia.

Si quieres tener dinero para comer, en el mundo laboral e incluso en el social, debes callar lo que piensas y decir exactamente lo que quieren oír.

Luego, cuando tengas oportunidad y seguridad de impunidad, harás lo que debas y te beneficie. Siempre y cuando no te hayan emborrachado para convertirte el lunes, en una res obediente y desprotegida, sin capacidad de engañar con inteligencia y premeditación.

La única verdad es lo que piensas, es tu biblia (ya sé que pensar no es popular en gran parte del ganado humano). Lo que te dictan padres y estado es un engaño cuyo origen está en la ignorancia, en la perversidad (pura maldad para joderte e imponerse ellos a ti); o lo más probable: en la envidia, para que nunca seas más que ellos o ganes más dinero (sean padres, amigos o políticos de mierda).

En definitiva, es la mentira la que nos hace libres, o al menos, silenciar herméticamente nuestra verdad.

Dicen que el movimiento se demuestra andando: observa a cualquier ser humano, sobre todo si es de raza política o adinerada y verás como arrastra tras de sí, como una sombra más, una hipocresía como un excremento seco.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

20 de enero de 2021

He sentido


He mirado hacia el cielo, de noche y de día.

He observado el mar, sus olas y su serenidad.

El río cuando fluye y cuando es hielo.

He visto la degeneración y la descomposición de la carne, y también la he follado.

He amado a mis pequeños compañeros de vida, y he llorado su muerte piadosa por la bondad del veterinario.

He visto y derramado las lágrimas del dolor y el miedo y las otras, las de los cobardes.

He escuchado tu respiración en el orgasmo y durmiendo.

Y a las montañas respirar por las mañanas y hacerse negras como la muerte en la noche.

He visto a un bebé nacer y hacerse hombre.

He visto tantas cosas que se amontonan unas encima de otras.

Y la ganadora de este concurso a la cosa más fascinante, eres tú y tu respiración, no hay nada comparable a lo que siento cuando gozas y cuando descansas.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.




31 de enero de 2015

Irreductible


Esta mirada que pueda parecer dura o experimentada, no lo es. Lo que ocurre es que el cansancio vela un poco el brillo de la ilusión. Solo déjate abrazar y besar para que sientas que eres algo nuevo e inexplorado para mí. No hay prejuicios, no hay precauciones. Te amo a tumba abierta, a pesar de lo que la vida se empeña en enseñarme.
Nada ni nadie puede llevarme a vivir según sus normas.
Nadie puede domar mi pensamiento y mis principios.
Una mala persona jamás me podría enseñar a amar el dinero y ese brillo que la hipnotiza con un enfermizo interés... No aportará ningún dato útil su vanidad decadente y corrupta, una frecuencia que pulsa entre palabras y sonrisas venenosas.
No dejará huella alguna en mí su sexo sucio, aburrido y económico. Un sexo alcohólico, torpe y reproductivo. No habrá rastro alguno en mi pensamiento que provoque un recelo, una duda ante el amor que doy y que busco. 
Amaré haciéndolo como me parieron.
No puede eclipsar mi ilusión nada tan bajo. Ni siquiera lo excelso.
Soy irreductible ante dios y el diablo.
Solo que a veces, la vida te cansa, porque es un juego de desgaste; pero me recupero, mi amor. Solo posa tu mano en mi hombro, eres mi amiga también. Estas ternuras son necesarias para reponer fuerzas.
Ser amado es la prueba irrefutable de que no he aprendido nada, no me han contaminado.
Un estafador no me educará jamás en ganar dinero, me gusta sudar y llegar cansado a casa. Y ducharme y abrazar tu piel perfumada. Un explotador no me enseñará a hacer esclavo a nadie y yo secaré los platos diciéndote que estás preciosa.
Te violaré y tus manos llenas de espuma de jabón se aferrarán a mis brazos que te aman.
Seré explotado y estafado; pero yo no sirvo para explotar y estafar. De ahí mi cansancio: no he cedido ni un ápice de mis principios. No cederé.
Soy irreductible.
Y la vida pega y golpea, no es fácil.
Te amo sin coartar nuestros sueños, sin experiencia. No pueden obligarme a asumir la miseria. Nadie puede lanzar esa basura a mi vida para que se convierta en dogma.
Soy  irreductible creyendo en el amor y en el esfuerzo de vivir. En sudar y llorar, en reír y lavarse la cara con agua fresca en las mañanas. En despertarte hundiendo mi boca entre tus piernas bajo las sábanas.
Nada contaminará mis sueños. Y mi sueño eres tú.
Por eso, si ves un brillo de ira en mis ojos o si mi mirada parece un tanto triste, mi amor, piensa que es solo un cansancio vital que desaparecerá con el beso que tanto ansío. Es difícil tener principios en este planeta que nos oprime, mi amor.
Es una lucha constante evitar que la estupidez y la ordinariez contaminen mis sueños.
Soy lo contrario a tantos seres que aprenden y beben de los consejos de mujeres y hombres que viven por y para la usura de la posesión egoísta e infecciosa, que juegan al amor y acaban mordiendo las carnes por envidias enamorados de sí mismos. Que mueren con los dedos crispados sobre el pecho ante lo que no han podido engañar o robar.
No quiero ser un sucio como ellos. No quiero enloquecer ante la hipocresía y la miseria de un amor falso, de un amor de interés y usura.
Solo quiero que me digas que todo está bien, mi amor, que me ves íntegro con mis sueños y esperanzas.
A pesar de este cansancio, mirarte dibuja una sonrisa, si no en mi boca, en mis ojos milenarios. Y quiero que tú la sientes en la piel como una caricia que se desliza suave por tus hombros.
Nada podrá socavar mis ilusiones, el amor que me enloquece y me hace retroceder al maravilloso desconocimiento de tu ser.
Como un niño que descubre algo nuevo y fascinante, atónito y con los ojos muy abiertos.
Nada podrá empañar el beso que muero por darte, el abrazo desesperado. Mi miembro latiendo por ti y dentro de ti con la ilusión de un primer amor.
Mi vida, no existen los amores primeros y segundos. No he aprendido eso. Los amores son únicos y exclusivos. Trascienden sin antecedentes e intuiciones, son selvas inexploradas.
Lo demás es prostitución del cuerpo y el pensamiento.
Lo que no es amor es aberración y es desechable, como un paquete de cigarrillos vacío.
Los estafadores del amor y el esfuerzo son basura que esperan su día de recogida. Solo duran lo que el camión tarde en llegar.
He tirado seres y amores a la basura, sin dudar. Es cansado, hay demasiada mierda en el camino.
No pienses que he aprendido algo a pesar de mi mirada torva y agotada.
Soy irreductible, y soledad y muerte no me acobardan. Si llego a ti, es porque te amo sin recelo, sin interés. Es amarte con el pecho desnudo.
Te amo con la fuerza de la ilusión y la razón. Con tal tenacidad que más que irreductible, me convierte en indestructible.
No sé hacerlo a pesar de mis años y mis dolores, no puedo prostituirme por miedo a nada que pueda doler.
He visto perros en la carretera que han muerto solos, sin un consuelo. Yo seré uno si tú no estás. No me conformaré con otra cosa.
Llego a ti, descubriéndote con la fuerza y la ingenuidad de la infancia; como el único ser que eres, sin parangón con nadie.
Y si observaras que mi mirada está un tanto curtida; has de saber que es pura determinación de ignorar y apartar a todos esos seres horrendos y bífidos que se han cruzado en mi camino.
Llego a ti amándote libre y sin saber nada.
Ser irreductible es agotador...
Descansa, relájate voy a ti, a descubrirte. Eres única.
No tengo experiencia alguna, mi vida.  Y por ello te exploro día a día.
Totalmente ilusionado.
Disculpa algunas torpezas de este hombre irreductible que te ama y que llega agotado. 
Serán pequeños defectos que me perdonarás cuando mis manos aferren esas nalgas preciosas durante un beso en tu boca ignota y salvaje.
Soy carnal e irreductible.










Iconoclasta

12 de noviembre de 2014

De lo hermoso


Es increíble... Las cosas hermosas que encuentras y sientes a lo largo de los años.
Todos esos bellos recuerdos...
El universo a través de los ojos de la infancia.
La hermosa transparencia de un pétalo de rosa a trasluz y el metálico plumaje de un colibrí suspendido en el aire.
Las voces de padre y madre, de abuela...
Aquella forma de mirarme con la que transmitían un amor dulce y sereno.
Todo está dentro, todo lo bello. Está a salvo de la iniquidad de los extraños y las decepciones, dentro de mi organismo. No existe soledad cuando todo eso, todo lo bien hecho, todo lo amado, está aquí.
Estamos bien, mi hijo vibra en el cielo y en la tierra con una vida potente e imparable. Y mis queridos muertos, vibran suavemente ya dormidos en lo profundo de mi cerebro.
Si por algún azar viviera más de veinte años y estuviera en una isla desierta; no me sentiría solo en ningún momento. Porque uno solo de esos recuerdos, una sola imagen de las que tengo atesoradas, compensa todo el miedo, la confusión y la decepción que he vivido en más de cincuenta años.
Mis mascotas hermosas, de cariño a prueba de balas...
Hay breves momentos de suerte y belleza, a pesar de todo.
He sabido captar cada instante de lo hermoso, cada fracción de segundo en el que la luz ha iluminado algo especial. Me he esforzado a pesar de mi curtido cinismo.
El cabello de mi hijo bañado por el sol y el brillo del sudor en el rostro de mi padre trabajando.
Las cálidas manos de mi madre en mi frente, cuando estaba enfermo.
Siempre he prestado atención a todo, para bien y para mal. Siempre he querido entender y sentir. Es maldición y bendición.
Una fea calle tocada por la magia de la niebla...
Qué efímero es a veces lo hermoso. Hay que tener buenos reflejos para captarlo en esos breves momentos que existe o se transforma algo.
Requiere voluntad, el fuerte deseo de ver algo especial entre tanta cosa mal creada.
Cualquier momento es bueno para irse; pero vale la pena quedarse, vivir hasta que sea el momento; hay más cosas hermosas que atrapar. Cosas que combatirán el desaliento de los malos momentos y convertirán la soledad en un jardín de vino y rosas.
Porque hay una edad en la que el horizonte está tan cerca, que parece que uno se va a fundir con él y ser solo luz.
Y está bien, porque la vida cansa, porque el cuerpo y la mente necesitan reposo, necesitan morir. Es la naturaleza misma quien lo pide.
El plumín rasguñando el papel donde escribe y un brillo de la esfera del reloj...
Los bigotes de la gata a trasluz en la ventana... Perfectos, definidos...
Una voluta de humo del cigarrillo es una ameba en el aire y mi sonido al expulsarlo en el silencio de la casa, un soplo de pura vida incontenible.
Te ríes con ellos, con los vivos y con los muertos, con las flores y los pájaros, con los sonidos y el humo. Te ríes de tanta decepción, de tanto esfuerzo mal pagado.
Te ríes porque nada ni nadie, a pesar de sus esfuerzos, ha podido arrebatar esos momentos que atesoro entre las moléculas de mi cuerpo.
Ni siquiera la enfermedad puede arrebatarme lo hermoso.
Recuerdo la fría carne de los cadáveres de quien amé, y lo cálidos que eran hacía unos instantes atrás.  Y hay pena y alegría.
Una hermosa esquizofrenia, tanta vida y tanta muerte examinada, atesorada en cada detalle.
La muerte de aquella hermosa perra... Yo estaba allí acariciándola y deseándole un buen viaje, cuando la droga paralizó si corazón y de su boca salió el agua que la estaba asfixiando.
Era agua de rosas, que cayó en mis zapatos.
Mi pequeña Bianca...
Tengo un millón de hermosas lágrimas aquí, en la médula de los huesos.
El primer beso... Magnífico... Increíble...
El último adiós de madre cuando marché lejos, abrazaba un ramo de flores.
Nada ha escapado a mi mirada, nada...
Hay veces que hay demasiada presión, pero la vida te entrena para ello como un astronauta se prepara para la aceleración.
El estaño fundido, brillante como plata, cuando trabajando, soldaba tubos de cobre.
Lo observé todo, lo observo todo... Busco lo hermoso entre lo sórdido.
Es una tarea ingrata, pero soy fuerte. Soy un piloto a punto de vomitar en la centrífuga de entrenamiento.
La piel de mis manos tiene un registro de todo lo que he amado y acariciado, si las observo bien, están curtidas, viejas... Han sido usadas, se merecen el descanso.
La piel de mis manos tienen también un  registro de lo que me repele, irrita y decepciona; pero eso no tiene utilidad, no evoca plenitud. Lo más hermoso, gana en peso.
Aún hay tiempo de atesorar más imágenes y sonidos, hay que ser tenaz para encontrar algo hermoso en este muladar que es el planeta.
Tengo una memoria USB en algún lugar de mi cuerpo, su carpeta es Ic:/mis recuerdos/De lo hermoso.
No haré copia alguna, son exclusivamente míos, cuando muera, desaparecerán conmigo, no quisiera que por alguna extraña causa, alguien pudiera usurpar todo lo hermoso que he vivido.








Iconoclasta