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9 de diciembre de 2020

Sin ninguna otra consideración


¿Dónde reside la belleza?

¿En las cosas vivas o muertas? ¿En mi mirada? ¿Tal vez en la conjunción de ambas?

No importa, tan solo afirmo con arrogancia lo que es bello.

La belleza no es subjetiva. No es moda.

No considero lo que otros vieran o ven, estén vivos o muertos, de cualquier civilización o lugar.

La belleza es algo que me atañe a mí y yo decido; lo que otros puedan sentir y ver como hermosura, es su problema o su indecisión.

Esa maldita ambigüedad con la que pretenden complicarlo todo.

Soy tajante.

El mundo es lo que veo y así lo trato y juzgo, no me interesan otras opiniones. Soy firme e inamovible. Lo que es bello no admite discusión. No existe un ápice de ambigüedad en la belleza que capto, que deseo, que envidio, que tomo…

Quien quiera ver la belleza con los ojos o el pellejo de otro, que se joda con sus miedos e indecisiones.

Sé de lo bello y execrable. Jamás apostillaré razón ni excusa para comprender otros gustos. Que se jodan otra vez.

Yo no digo: “a mi parecer es bella”. Afirmo: “es bella”, zanjando así cualquier discusión. Desoyendo y despreciando lo que otros puedan juzgar. A ellos no les importa mi pensamiento, ni a mí el ajeno. Soy isla, una perfecta isla amurallada.

Y digo que de esa agua no beberé.

Que cada cual decida, si tiene la determinación necesaria en esta hipócrita época de ambigüedades y temores a no ser moralmente intachable.

El diente de león es hermoso como un rosa de sangre fresca; o una seca de pétalos coagulados.

Y bello es tu coño que brilla húmedo y palpita.

Tus pezones contraídos y tu gemido obsceno.

Tus labios pronunciando cualquier palabra en una coreografía de sensualidad…

Y hermoso el cadáver de aquel zorro en su tierna y triste inmovilidad; por favor, que pena.. parecía dormidito.

Y horrendo el de mi padre muerto. Mentían cuando decían lo guapo que estaba en su ataúd. “No parece que mi Paco esté muerto. Mi Paco duerme”, un rosario de pena que mi abuela lloraba en letanía, su madre.

Y una mierda.

Esa carne de su rostro, de sus manos; tan fría, tan cérea…

En aquella piel sin color había más muerte que en un camposanto. Allí no quedaba nada de lo que amé, se había ido todo asomo de belleza.

Y digo con hostilidad que la belleza de mi mundo excluye cualquier opinión o concepto. 

Sin matices.

Sin oportunidad alguna a la tolerancia o corrección.

Cualquier otro patrón es inadmisible.

Y así con las cosas y así con las personas.





Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

10 de marzo de 2018

La maldita primavera


Medio día, 9/3/2018. Muy cerca del Pirineo.
Astrónomos, meteorólogos, el folclore popular y pájaros destripados por adivinos pueden decir lo que quieran; pero aquí quien tiene la razón soy yo.
Hoy ha entrado la primavera. No ayer. Ni entrará para la veintena del mes de marzo como todos dicen. Doy fe y que tome nota el cabrón del notario, que para eso cobra una pasta.
Mil putos insectos se me han metido por los ojos, boca, nariz y orejas.
¿Se comprende así la necesidad de vestirse? El nudismo es puro esnobismo.
Y si aún así eres un nudista recalcitrante, mejor que andes con los glúteos bien apretados uno contra el otro (aún a riesgo de parecer maricón), para que el agujero quede a salvo de alguna colonización insectora.
También he sudado; pero no es ninguna novedad, lo mismo ocurre cuando follo.
Como decía, el planeta hace lo que debe y cuando puede y quiere. Quien espera algún lejano solsticio o que en la prensa le indiquen que es primavera, pierde el tiempo de “disfrutar” de la cochina primavera.
No estoy enfadado, solo asqueado de tanto bicho. Aunque si he de ser sincero, también siento una deliciosa vanidad de haberme encontrado en libertad en el primer día de trabajo de la primavera; mientras gran parte de la población mundial está trabajando o publicando tuits y mensajes idiotas en sus teléfonos (ambas cosas son lo mismo; es una cuestión comercial lo que diferencia las distintas idioteces que se publican en internet).
Me satisface la exclusividad.
Como prueba, ya que los asquerosos insectos son difíciles de fotografiar, he retratado las primeras florecillas de montaña. Cosa que me parece tan cursi, que a punto he estado de fotografiar un ratón muerto con los ojos comidos por las hormigas. Es que olía fatal.

Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

19 de marzo de 2016

En términos generales


Siempre la he odiado, siento asco por esa expresión "en términos generales".
Se equivocaron desde el mismo instante que salí del coño de mi madre. No soy algo habitual.
En términos generales, pretenden aniquilar al individuo y sus creaciones para que la humanidad lo usurpe. Porque esa masa de carne es incapaz de crear, solo se alimenta, parasita a los individuos su libertad de pensar y su absoluta intimidad.
Nada es obra de la humanidad. Su única obra es una espantosa mentira, una repugnante hipocresía que se llama historia. Fracasos y envidias tejidas a más fracasos y envidias.
Un pensamiento humano que no lo es, solo es un rumor confuso de miles de animales parlantes; una granja de gallinas o sucias pocilgas con barros formados por orina y excremento.
Y tú brillas entre toda miseria, combates la náusea, trazas una brecha en el espejo de los idiotas con una mirada, con apenas un palabra.
En términos generales, la esclavitud se ha asentado profundamente en la cadena de ADN humana, tanto es así que los esclavos no tienen conciencia de serlo.
Porque en términos generales tiene más importancia el día de una independencia patriótica que el cumpleaños de uno mismo.
Se celebra la victoria de un equipo deportivo de tarados con la misma alegría y euforia que se celebra la vida de la puta madre que los parió a todos.
Así que jugando a su propio juego, a los términos generales, te diré que la patria me la paso por el culo. Que te amo por encima de cualquier territorio del planeta, de cualquier cultura y estamento social.
Te amo de forma absoluta, todo es sacrificable por ti.
En términos generales, tus gemidos de placer se imponen a las voces de los que mueren por hambre y enfermedad.
Soy el rostro que borra la sonrisa idiota de la humanidad.
En términos generales, no doy limosna, no soy solidario. Porque necesito el dinero  para vestirte con lencería de puta e irrumpir en ti como si lo fueras. Hacer una pagana y pornógrafa adoración de tu cuerpo.
En términos generales, no me interesan las estadísticas de muerte o nacimientos. Mi vida no varía con los muertos o los vivos, mi pensamiento  permanece inalterable como las órbitas de milenarios cometas, viajo en el tiempo a tu alrededor regando el cosmos con el semen que me vacías.
Se entiende que un cometa sea precursor de vida.
En términos generales, me importa nada saber lo que muere y lo que respira si no es para enterrar o sacrificar.
Son innecesarios, estorbos en mi camino hacia ti.
El esperma que se escurre de tu sexo llueve sobre la humana faz.
El latido de mi glande henchido de sangre se impone al del corazón de millones de seres.
Amándote me erigiré en lo más despreciable y degenerado del planeta.
Y en términos generales, se acariciarán los genitales en la oscuridad deseando ser como yo.
Deseándote a ti con una lágrima de pasión mortificante, al lado de la que no quieren que dormita vulgar a su lado.
En términos generales, solo importamos tú  y yo.
En términos generales, puedo decirte que podría correrme ante el dolor de la guerra, la miseria de la pobreza y la desesperación de la enfermedad con solo entrar en tu mente.
Generalizando, tu coño es mi refugio y mi paz. Tu pensamiento, el mío.
Así como hay una marcada frontera entre dios, humanidad y yo. Entre tu pensamiento y el mío, pasa como con las pieles. No sé cual es tuya o es mía.
Soy impermeable a todo aquello que no eres tú. Algo que se escapa a los términos generales.
No quiero, generalizando, ser un buen hombre. Con tenerte me importa poco que me consideren bestia.
Me importa nada lo general.
Solo quiero la exclusividad contigo.
En términos generales, hay tanta gente filantrópica, que estoy seguro que se hubieran ofrecido ellos a ser crucificados para salvar a un cristo. Mierda...
Dijéramos, que a grandes rasgos, afirmo que nadie se mataría por un nazareno; no nací ayer. Soy milenario como las piedras, nací con toda la sabiduría necesaria para combatirlo todo, para encontrarte a ti.
Yo me mataría por ti y crucificaría un mesías en tu honor. Limpiaría mis manos de su sangre en sus sagrados calzones observando tus muslos manchados del húmedo brillo del deseo.
¿Te parezco temible? Porque sin generalizar, lo soy. Es mi volición.
Frente a ti meto la mano en la bragueta del pantalón acariciándome obsceno.
Deja que me ría torcidamente, porque pienso en términos generales, que todo es una farsa y tú no eres de barro como todo lo que me rodea y piso. Eres mi anclaje a la vida, mi firme y pétreo sostén en un lugar que me aboca al hastío, al precipicio que crea en la carne la cuchilla corta-arterias.
Generalizando, no importan los llantos y las alegrías de ellos, los otros, los ajenos.
Solo tú escapas a cualquier término general.
Soy una impúdica excepción, se equivocaron desde el momento en que nací.



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

5 de marzo de 2016

Primero una cosa, luego otra

No es que no quiera, es que no puedo hacer dos cosas a la vez. Me falta masa encefálica. Soy monocanal.
No soy listo.
Soy eficaz en cada cosa, en cada momento.
No quiero hacer varias cosas a la vez como quien optimiza el tiempo. Tengo tiempo y absoluto desprecio a su paso. Hay cicatrices que lo demuestran.
No importa lo que queda de vida, solo me importa el momento preciso.
He visto peces muriendo, boquear en la arena. No hacían otra cosa, no se despedían de nadie. La muerte estaba fija en sus ojos vacíos.
Primero  te jodo, gozo, gimes, me arañas, abres tus putas piernas deseadas y te inmovilizo el coño con labios, dientes, lengua. Succiono, te desesperas y aprietas mi cabeza con tus manos para que me ahogue en tu flujo impío.
Sin una sola palabra que interfiera en los gemidos y jadeos.
Metértela y amenazar tus pezones con mis dientes feroces.
Dejar hilos de baba prendidos entre tus labios y los míos.
Acariciar suave tu coño anegado de mi leche. Sin mirarnos.
No puedo amarte y follarte, sería hacer las cosas a medias.
Soy un animal con poca razón, es mi naturaleza.
Luego, con la respiración ya normalizada, sin el bum-bum del corazón en la garganta, te abrazaré. Te diré sonriendo de amor: "Cómo  te amo, puta mía".
Y sonreirás y me morderás el labio con travesura lujuriosa. Yo diré: "¡Ay!". Y felinamente relamerás tus labios.
Te volveré a decir que todo está bien. Que es donde debemos y como debemos estar.
Holgazanearás en la cama y yo calentaré pizza.
Hablaremos tranquilos, planeando para los próximos instantes salir al cine y cenar o pasear. Y besarte sorpresivamente cuando vamos de la mano. Apresar tu coño en la oscuridad del cine, y tú soportar no gemir entre el público.
Eso será en las próximas horas, o tal vez no, porque contigo todo plan se desbarata de una forma maravillosa.
Y yo no soy lo suficientemente listo para evitarlo.
Solo sé que ambos pensamos en las bestias del deseo que duermen ronroneando plácidamente dentro de algún lugar de nosotros.
Primero te jodo, luego te amo y fundo mi vida con la tuya. No importa el orden, solo importa hacer una sola cosa bien. No caer en la mediocridad.
Artistas que no respirarán tranquilos hasta culminar la obra. Exclusividad para el presente.
Si te estoy amando, no puedo violarte, no puedo tomarte en el ritual animal más primigenio, más voraz.
Dijéramos que tu coño y tu alma son planetas en direcciones opuestas.
Y que mi cerebro no es eficaz.



Iconoclasta