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18 de mayo de 2023

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España es la capital mundial del arribismo político, social y religioso; pero sobre todo es un nicho sin cubrir donde se tiró el cadáver de la ética a modo ejemplarizante. La viva y palpable demostración de que ley y ética no son solo irreconciliables; son antónimos. No es novedad; pero siempre es llamativo de constatar.

La práctica demostración de que el arribismo, una forma de prostitución que incluye la traición, extorsión, corrupción, mentira e ineptitud; se encuentra en el estado y toda institución que de él depende.

El arribismo laboral es toda una filosofía de la prostitución que rápidamente se implantó con la revolución industrial en las empresas, hasta tal punto que a nadie llama la atención por su cotidianidad; pero cuando la ejerce un burócrata, funcionario, político o cualquier otro jerarca del estado, provoca muerte y ruina en millones de reses humanas.

El gobierno nazi español penitenciario homosexual sanitario, pacta con la mafia terrorista para que su Caudillo permanezca en su poltrona de forma vitalicia. Y es legal.

Con lo cual la ética es un cadáver pudriéndose al sol español.

Nunca los medios informativos y personajes populares como actores, deportistas y artistas han pertenecido y lamido tan podridamente a una dictadura y su caudillo.

Lo más pornográfico y que no se debe olvidar jamás, está en que todas las formaciones políticas, sociales e informativas; por lejanas que fueran en su ideario y estrategia política del gobierno que decretó el golpe de estado contra la libertad y la dignidad de la población trabajadora, hace poco más de tres años; cerraron filas para apoyar e integrarse en esa dictadura feroz, vejatoria y genocida instaurada con la componenda del coronavirus también conocido, sobre todo en España, como “la covid 19”.

Junto a China (o bajo sus órdenes) España se erigió en la dictadura más represiva del siglo XXI. 

Hay que tener en cuenta que esta dictadura solo afectaba a la casta paria o clase trabajadora, ya que políticos y clase media y alta, tenían el suficiente dinero e impunidad corrupta para pagar su libertad. Y muchos metros cuadrados de espacio para pasar el día si era necesario.

Por supuesto, si un viejo no pertenecía a estas clases altas, estaba condenado a muerte en su geriátrico barato y pobre; prácticamente y a todos los efectos, una perrera con sus métodos de sacrificio.

España fue durante meses fue un campo de concentración celosamente vigilado por celadores policías y militares. Equipados con las armas más grandes y aparatosas, se apostaban en carreteras y lugares vistosos para hacer propaganda agresiva de lo que era el Nuevo Estado Español Nazi Coronavirus; que nadie creyera ni por un segundo que era una broma el golpe de estado cometido por el gobierno contra las mínimas libertades y necesidades biológicas. Telenoticieros y prensa no cesaban de publicar imágenes de militares y policías armados y con gesto hostil. Aquello no era una alarma por una epidemia, fue terrorismo de estado en toda regla. Todo medio informativo era una constante catequesis de orgullo de la nueva dictadura y loas al gobierno, sus policías y militares.

A excepción de China, ningún otro país cometió tantos actos de extorsión y acoso militar y policial, encarcelamientos masivos de la población y envenenó a tantos seres humanos con el bozal y las vacunas (el bozal era puro veneno para debilitar el organismo, deprimir, acobardar y mantener la boca de la clase baja cerrada). La que más crímenes cometió contra los viejos por abandono, por dejación programada o porque así lo creyó oportuno el gobierno español; y fueron decenas de miles de viejos sacrificados. No ha habido país tan cruento en su Nazismo-Coronavirus como España en ningún lugar de Europa, América o África.

También se debe reconocer que la casta política española es la caricatura aumentada de una población mezquina, decadente e indolente. Ya domada y habituada de una forma innata a las dictaduras, hasta tal punto que practica el olvido de semana en semana. Es razonable que voten siempre lo más sórdido y letal para la libertad.

La verdadera presidencia de España es la del Arribismo Exacerbado y Psicótico, y es capital mundial.



Iconoclasta

 

10 de junio de 2022

La maldad

Hay formas y estilos de escribir, multitud.

Yo uso la ausencia total de escrúpulos y ética, como la crueldad, la maldad y la sordidez.

La crueldad no siempre es representativa de la maldad. Y lo sórdido es una cuestión económica, de miseria. En algunos casos, de enfermedad mental.

La maldad es un requerimiento biológico para el control de la especie humana. Solo un humano puede matar a otro con eficacia cuantitativa. Es mi reflexión y método más gratificante para disfrutar de mi imaginación escribiendo.

Pero la maldad es un hecho, no solo una pose o creencia. Es biológica.

El ser humano necesita un cazador, y como no existe ninguna especie que se alimente de seres humanos, los humanos se deben cazar a si mismos. No hay otra especie que pueda depredar a la humanidad y controlar su reproducción conejil.

La maldad es el medio grabado en la cadena ADN de la especie humana que evita su autoextinción por agotamiento de recursos y espacio en el planeta.

Para asumir y comprender el concepto de maldad se ha de tratar a la especie humana como una especie animal más, sin considerarla romántica y filosóficamente una especie con un intelecto superior a otras y por lo tanto más importante. No lo es, porque incluso lo que cagan las vacas tiene un valor intrínseco en la cadena trófica y la vida del planeta.

A partir de esta condición todo encaja y el hombre se vislumbra como una especie más a tratar sin privilegios.

Y así, como las serpientes tienen veneno, la especie humana goza de la maldad.

Es por ello que en las zonas más civilizadas del planeta donde la religión y leyes castigan el asesinato con excesivo celo y rigor, es donde mayor tasa demográfica hay. Porque no existen suficientes cazadores que se alimenten de seres humanos y hay serias trabas moralistas, religiosas y legales para evitar los necesarios asesinatos, trabas que acaban desbocando los nacimientos y ralentizando la mortandad.

Las civilizaciones próximas a alcanzar el estado de plaga, de una forma u otra a lo largo de la historia, se han extinguido.

Y ha sido gracias al gen de la maldad.

Los religiosos han inventado un dios bueno y colérico para combatir la maldad y crear líneas genéticas humanas más dóciles; como se ha conseguido a través de los siglos con las vacas, ovejas, cerdos, etc… Seleccionando el ganado.

Fue gracias al gen de la maldad, por lo que los primeros humanos consiguieron fortalecer a su especie. La selección natural era ejercida más por los humanos que por otros especies cazadoras.

Sin la maldad, se agotarán los recursos y la humanidad se canibalizará a sí misma para alimentarse.

Si la maldad fuera aceptada, los poderosos y herederos de brutales y pornográficas riquezas, correrían peligro de perder su posición social elevada. Eso explica la implantación de las doctrinas de la bondad y la sumisión con la invención de los distintos mitos religiosos como Jesucristo, Mahoma, Buda y otras filosofías amables con el medio ambiente que llevan a hacer del ser humano un animal más débil y maleable por el poder.

Los poderes económicos, religiosos y políticos son los que determinan el momento en el que se ha de decretar una guerra que frene el desmesurado crecimiento demográfico de sus poblaciones, es una cuestión meramente ganadera. Las guerras aportan las muertes por combate; pero también las de la enfermedad, hambre y frío. Son perfectas; pero el fallo reside en que los representantes de estos poderes, también están sometidos a la misma decadencia que el pueblo del que se alimenta y enriquece, y sus decisiones se toman tarde, sin inteligencia, con negligencia y desidia. Cuando se dan cuenta de que es necesario crear una guerra que mate a millones de seres humanos, suele ser tarde incluso para ellos mismos; con lo cual las sociedades implosionan como estrellas densas que se colapsan en el universo.

Se debe definir la maldad como la capacidad de la especie humana para hacer daños graves e incluso provocar la muerte a otro ser humano por causa de envidia, ambición o puro placer. De aquí surgen otras causas más concretas, que se encuentran englobadas en las tres primeras: la frustración de la incapacidad del individuo por realizar algo que desea y la propia torpeza que justifica con “actos de sabotaje” de terceros.

La bondad no existe, es una creación que se remonta a los primeros hechiceros, parásitos humanos con ambición de vivir sin cazar, recolectar o trabajar a costa del resto de la manada humana. Y para ello inventaron un dios al que rezar y ser ellos portavoces de la divinidad. Quien no obedeciera, sería castigado y acusado de maldad. El dios de la maldad es el diablo, otro invento de la paranoia místico-religiosa.

Con el tiempo, se crearon mandamientos que a su vez crearon religiones firmes, con multitud de creyentes. Los mandamientos se hicieron leyes penales.

Cuando los poderosos adquirieron conocimiento de su medio ambiente y la capacidad para dejar constancia documentada en la historia: lenguaje y escritura; los mandamientos se convirtieron en códigos penales que los religiosos certificaron como sagrados.

Sin embargo, el progreso de la ciencia y la cultura, contradecía a la religiosidad y su bondad. Se ejerció entonces un fuerte adoctrinamiento por medio del terror y el castigo a las manadas humanas, para que además de obedecer la ley, acataran preceptos religiosos que a su muerte, tras una vida de penuria y sacrificios, les otorgaría el acceso al paraíso. Este método de adoctrinamiento o lavado de cerebro ha durado miles y miles de años, y es ya un proceso prácticamente evolutivo donde los poderes fácticos seleccionan los especímenes ideales para su reproducción, crianza y adoctrinamiento.

Pero las eras geológicas y la evolución de las especies, dicen que una especie mutará o evolucionará hacia una carencia o nueva habilidad durante cientos de miles de años.

Cuando el conocimiento se impuso sobre la religión en un tiempo en el que los religiosos declaraban quién era rey y creaban naciones conforme a sus intereses; se pactó entre religión y ciencia dividir la historia en antes y después de los mitos religiosos que personificaban la bondad que la población debía abrazar. Así, para que los científicos no fueran asesinados por herejía por los papas de la época y otros líderes religiosos, aceptó la ciencia que la historia de la humanidad se dividiera en dos periodos: antes y después del nacimiento del mito. Si das un carácter científico a una leyenda, la población, mayoritariamente analfabeta, debe asumir que personajes como Mahoma o Jesucristo existieron, junto a sus milagros de bondad y sus autosacrificios para ensalzar las leyes dictadas como mandamientos, las mismas del código penal.

A grandes y básicos rasgos esta es la razón y el proceso por la que la maldad se trata como algo sucio y que castigar; cuando realmente es la salvación de la especie humana y su auténtica idiosincrasia.

En la actualidad no se puede erradicar la maldad de la especie humana no hay tiempo para que la evolución haga su trabajo; no sobrevivirá tanto tiempo como especie.

Así que requiere una mutación artificial destruyendo su ADN, pervirtiéndolo por medios quirúrgicos o medicinales, durante la formación del feto o un tratamiento en la edad infantil.

Es justo que se le llame maldad a esta característica biológica humana que nada tiene que ver con el instinto del resto de las especies animales.

Ninguna otra especie sufre por la ambición de cosas artificiales y superfluas.

Se puede afirmar que la inteligencia humana, es sinónimo de maldad.

Escritores y filósofos apadrinados por el poder, son los que se preocupan de maquillar o solapar la maldad con esa sobrevalorada espiritualidad de amar, exclusiva del ser humano.

Es otra mentira, cualquiera que esté en contacto con la naturaleza, verá que todos los animales crean vínculos afectivos.

Al final, tal como ha evolucionado el ser humano hasta hoy, digo que el amor es tan solo un ritual reproductivo, sin ninguna trascendencia metafísica o espiritual.

Y digo que el amor es un sentimiento que nace directamente en los cojones.

También se dice que lo cortés no quita lo valiente; pero no he conseguido ver valentía ni cortesía en ningún rincón del planeta. Además de malo, el ser humano tiende a ser indecentemente onanista en todo momento con su naturaleza desaforadamente amorosa y espiritual.

Algo no marchó bien con la selección de las especies viendo y conociendo a la especie humana.

Alguna mutación por un accidente nuclear y su radiación estropeó a la humanidad definitivamente y ocupó un espacio que no se merecía gracias a la maldad. Un desastre como el que acabó con los dinosaurios.

Algo así.

Por último, se debe puntualizar que la venganza no es maldad. Es la reacción lógica a una ofensa.

El sadismo es una maldad improductiva; una aberración que no conduce a nada, matar a un sádico no es maldad, es selección natural.

La locura y su asesinato, aunque enfermedad mental, nunca podrá ser usada como atenuante ante el juicio humano individual y biológico; al igual que el sádico, para el agredido o su familia, será causa de venganza y su muerte. Los locos de una forma natural deben pagar por su locura y los borrachos por su borrachera, etc…

Estas son las únicas leyes biológicas y justicias intelectuales, sencillas y comprensibles, adecuadas a la morfología y química del cerebro, con las que nace la especie humana antes de ser castrados los especímenes por el adoctrinamiento o educación social.

No hay que olvidar que con la maldad no se va a extinguir la especie humana; porque para ejercerla, debes estar dispuesto a padecerla. Y no hay mayor equilibrio en ello y mayor obstáculo para usar la maldad como forma de vida para medrar por encima de otros animales humanos.

La maldad es una libertad salvaje que tiene consecuencias, exactamente las mismas que tus actos. Y esto la hace equilibrada, hermosa y temiblemente justa.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


24 de febrero de 2021

SUPREMACÍA DEL INDIVIDUO POR ENCIMA DE CUALQUIER COLECTIVO O SOCIEDAD


Cuando alguien o una cosa como un organismo social, político o religioso roba, impide el libre movimiento y exige al individuo un sacrificio por una sociedad que no lo vale, y la cual no ha hecho ni hará nada por él, ha llegado el momento de desatar la ira y la liberadora y justa violencia.

No existe otra salida para el individuo más que el odio, el desprecio y la violencia hacia el opresor, sus cómplices y simpatizantes.

Los grandes y graves asesinatos colectivos e indiscriminados que se cometen por un individuo, son la conclusión lógica a la represión y al acoso de la sociedad contra una sola persona. Que dichos crímenes se consideren ilegales, no les exime de que sean justos para él y una defensa del propio individuo ante la ferocidad caníbal de una sociedad formada por mentes y cuerpos castrados en una decadente y vergonzosa comodidad consumista parasitaria.

Ante una masa humana que lo quiere sojuzgar, al individuo solo le queda el legítimo (en cuanto a ético) derecho y deber de defenderse. Ante tal magnitud de represión, la violencia es absolutamente imprescindible para la supervivencia del individuo y su pleno desarrollo humano.

EL INDIVIDUO PRIMA POR ENCIMA DE CUALQUIER SOCIEDAD, GRUPO IDEOLÓGICO, SOCIAL, RELIGIOSO Y ECONÓMICO; POR ENCIMA DE CUALQUIER ETNIA O GRUPO GEOGRÁFICO.

ES INDISCUTIBLE E INNEGOCIABLE EL ESTATUS DEL INDIVIDUO POR ENCIMA DE LA SOCIEDAD MISMA, BÁSICO PARA LA DIGNIDAD DE TODO SER HUMANO.

CUALQUIER OTRA CONSIDERACIÓN ES GANADERÍA HUMANA; UNA ACTITUD QUE, EVIDENTEMENTE UN DEPREDADOR COMO EL SER HUMANO NO PUEDE ASUMIR.

Las leyes no juzgan y castigan a una sociedad, castigan al individuo porque es el único capaz de actuar y someterse a una condena. Por tanto las leyes reconocen al individuo por encima de la sociedad, al estar así mismo dichas leyes, imposibilitadas para juzgar los crímenes y delitos de una sociedad. Lo han demostrado hechos como las masacres de judíos en la Alemania nazi, por los cuales en modo alguno castigaron a una sociedad asesina y cobarde. La historia está llena de colectividades asesinas que han quedado impunes de sus delitos.

La violencia del individuo en su defensa, es un acto lógico y loable por digno.

Por tanto la imposición de esos días de prisión, hipócritamente llamados “confinamiento”, son ilegales; pero ante todo, faltos de toda ética. La prohibición del libre movimiento por medio de la policía política de las nuevas democracias fascistas que impide al individuo realizar las actividades necesarias para la supervivencia como trabajar o la búsqueda de comida, son crimen puro.

Hay pueblos que viven constantemente con la enfermedad (malaria) y no impiden el libre ejercicio de la supervivencia.

Igual ocurre con la imposición del venenoso bozal o mascarilla, cuyo fin primero es la humillación del individuo. El bozal o mascarilla es una medida que pretende proteger de la indignidad a una sociedad mayoritariamente cobarde que no quiere quedar en evidencia ante individuos que no sienten la cobardía institucional y confían en su fuerza y determinación.  Es el individuo quien decidirá si quiere ponerse el bozal en el hocico en función de su grado de coraje ante la posibilidad de contraer una enfermedad, la obligatoriedad es un delito contra el individuo, es una imposición criminal, porque enturbia su respiración y su libertad. Quien sienta que deba llevar su bozal, que se lo ponga; pero que no le roben el aire sano a quien decide no llevarlo.

LA SOCIEDAD ES EL MONSTRUO QUE PARASITA LOS ESFUERZOS DE UN INDIVIDUO, SU ARTE Y SU CAPACIDAD DE CREACIÓN. SU DIGNIDAD Y LIBERTAD.

Cuando una sociedad formada por seres débiles, sin apenas inteligencia o memoria histórica, indolentes y perezosos, se alimenta de alguien que trabaja y lucha, la violencia no solo es un acto justificable, es un acto necesario incluso para el futuro de la especie humana.

Porque hasta que llegue el momento en el que diez hombres se follen a la misma mujer y ésta para un monstruo con diez cadenas de ADN distintas, el individuo seguirá primando sobre todo colectivo o sociedad.

Cuando diez machos compartan a una mujer y salga de su coño una masa irreconocible de todos ellos, entonces se podrá hablar de sociedad de facto, realmente.

Y cuando las leyes sean capaces y tengan la decencia de castigar a una sociedad que ha cometido delito o crimen, EL INDIVIDUO DEBERÁ SER INDEMNIZADO POR AÑOS DE ABUSO, ACOSO, ESCLAVITUD Y EN DEFINITIVA, PARASITACIÓN.





Iconoclasta

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22 de diciembre de 2017

Yo y Mi razón


Escribir es el más fascinante acto de egoísmo.
Todo deja de importar salvo el propio pensamiento. Cuando escribo solo existo Yo y solo existe Mi razón, mis ideas precisas y perfectas.
Impúdicas y sórdidas como los sueños de un enfermo mental.
La realidad que me rodea carece de importancia, porque la verdad la creo yo dentro de mi cerebro.
Las personas se convierten en cosas inferiores y sacrificables o utilizables en mis manos.
La moralidad es una hipocresía inconcebible en mi pensamiento y la ética es absolutamente despiadada.
Hay quien usa su habilidad literaria para alentar el intelecto, educar o emocionar. Bien por ellos, pero no son ejemplos que me gustan o me sienta tentado de seguir.
Yo soy otra cosa.
De hecho, no existe nada que me sirva de ejemplo.
Es fácil ser dios sabiendo plasmar precisa y claramente el pensamiento de forma tridimensional haciéndolo duradero, táctil e inviolable en el tiempo.
Escribir me eleva por encima de cualquier ser humano y cualquiera de las leyes humanas.
Soy absolutamente amado y envidiado.
Y nada ni nadie, puede impedir mi divinidad. Nadie…
Ninguna ley, ningún dictador, ninguna sociedad.
Siempre seré absolutamente libre e indomable, sea cual sea la situación. Los líderes de cualquier índole mueren en el mismo instante que nacen en mi ano; el excretor de miserias de todo tipo.
Mi vanidad es absolutamente impermeable a cualquier contaminación ajena a mi pensamiento hermético.
Acabo siempre concluyendo que todo está mal hecho (incluyendo humanos) porque no nací antes.
Y firmo mi pensamiento ajeno al mundo, con el humo de un cigarro cegando interesantemente mi ojo.
La ceniza ha caído sobre el papel y por tanto mi pensamiento, me gusta; da carisma. Soy perfecto hasta el final.




Iconoclasta
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13 de noviembre de 2017

La aberración de un dios


La idea de un dios es un concepto aberrante para la razón y la ética; pero consuela la pusilanimidad y el oscurantismo de la ignorancia ingenua. También ayuda a los que conocen absolutamente la vida en toda su magnitud (los menos), con una sabiduría cuasi “einsteniana”.
Ante todo, consuela del miedo a la muerte. Porque si te mueres no mueres, sea en el infierno o en el cielo, seguirás existiendo.
A pesar de que los que han muerto no aparecen jamás, es aceptado el hecho de que morir es comenzar a vivir en otro “plano”.
Es un temible acto de fe que requiere de toda la ingenuidad que el cerebro puede crear.
No hay misterio alguno en el mito de un dios, no hay mensajes ocultos.
Tan solo hay delirios en los creyentes y sus sacerdotes o santones.
Y sin embargo, siento admiración por esa ingenuidad pueril de la que hacen gala las personas cultas capaces de desarrollar lógicas y conceptos tangibles, medidos, calculados y probados; porque han elegido la fe escrupulosamente. Con toda su significación, aceptando el sarcasmo de la existencia de un todopoderoso y omnipresente a pesar de todo lo que ocurre y lo que no. Es una extraña disciplina que se han impuesto. Tal vez un intento de aplacar una vida llena de banalidades e imperfecciones que no les llena y los conduce vertiginosamente a la nada.
Porque al final, mejor vivir con optimismo que como yo.
Si existiera alguna deidad todopoderosa, sería un ser absolutamente degenerado, enfermo mental e imbécil.
Porque dios ayuda al violador, le proporciona el momento y a la niña o mujer que ha de violar. Luego, si hay suerte castigará al violador. Sin embargo, con toda probabilidad, dejará herida o incluso muerta a la víctima.
Dios proporciona personas a las que decapitar y a las que llenar de oro sin ningún criterio, insultando a la justicia.
Dios ayuda al ladrón y hunde en la miseria a la víctima.
Dios ayudó a los alemanes a extinguir a millones de judíos.
Cuando hay un dios de por medio, es así en toda situación, en todo momento: las víctimas piden por su salvación, pero los dioses han escuchado primero a los asesinos.

Te pudre una pierna y hay que darle gracias porque te ha salvado luego la vida.
—Gracias a dios lo has podido contar —dijo ella con voz conmovida cuando desperté de la anestesia.
—Dios me ha querido matar durante un año entero y no ha podido. No doy gracias por ello a nadie —le contesté harto de tonterías con la boca seca y la molestia de una sonda metida en la polla.
—Tú ya me entiendes —afirmó mirando a la ventana ignorando la blasfemia.
—Claro que te entiendo. Eres tú la que no comprende nada. Ese cobarde servilismo religioso me pudre más que la gangrena y el cáncer. Estoy vivo por mis cojones.
Y lloró. A mí me importó una mierda y encendí un cigarro en la cama del hospital.

El conflicto ético, el insulto a la inteligencia lo resuelven por medio de la inescrutabilidad divina.
Dios premia con muerte a las víctimas y al asesino “condena” a una longeva y rica vida. Quien crea en Dios, debe aceptar con resignación que todo es obra suya ¿no?
Precioso…
¿De verdad nadie se da cuenta de la manipulación?
La indignidad del miedo a morir es espantosa. Hace mierda la vida.
Si dios es un delirio enfermizo que ofende la ética, la justicia y el buen humor; los ignorantes crédulos son auténticos fetichistas de penes y vaginas hambrientas y temerosos. Flojera espiritual…
Es la naturaleza de la gran mayoría de la humanidad no tiene demasiado sentido reflexionar porque acabas con dolor de cabeza. Ha pasado demasiado tiempo y la estulticia se ha hecho gen en el ADN humano. Por ello, no se debería reprochar, insultar o menospreciar a la serpiente, al gusano, o al cerdo porque se arrastren o se revuelquen en sus excrementos. Nacieron así, como el ser humano.



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

16 de enero de 2016

Tractatus pettiness

(Tratado de la mezquindad)

Barcelona. Curso Escolar 2318-2319.

En una excavación que se realizaba en el año 2204 para la cimentación del nuevo edificio de Aduanas, se halló una estructura subterránea de hormigón que albergaba los archivos de los viejos juzgados sepultados por el mega terremoto que asoló el litoral catalán en el año 2020 aniquilando al 90 % de la población.
Esta es la transcripción de la declaración judicial (se hallaba en perfecto estado por permanecer cerrada en una caja de acero que fue necesario abrir con láser plasma) del acusado en el juicio por asesinato múltiple, el conocido asesino en serie Descuartizador de MZs. Realizada en los juzgados de lo penal de la Audiencia de Barcelona el 14 marzo del 2016.
Esta declaración era la condición innegociable, junto con la presencia de la prensa, que propuso el asesino por medio de su abogado defensor para reconocer su culpabilidad, evitando así un largo y costoso juicio. Debido a la crisis económica se aceptaron estos términos del convenio entre la fiscalía y la defensa.

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—El acusado puede dar comienzo a su declaración (Su Ilustrísima Señoría, juez Bernardo Casaplanas de Montagut).
—Gracias, Su Señoría (con una sonrisa, y esposado de pies y manos, se pone en pie el acusado: Alejandro Gallar Mesa, de 55 años, alias Descuartizador de MZs, avanzando hacia el estrado).
—No me declaro culpable, sino autor de los asesinatos. Jamás pediría perdón por gozar de un placer justo y merecido. Tan solo quisiera exponer los motivos, las buenas y justas razones que me han llevado a descuartizar a esos cuarenta y tres mezquinos, los MZs.
—La repugnancia, el asco hacia los mezquinos debería ser una condición eximente para liberar al acusado por descuartizar a cualquiera de esos seres y dejar manar sus intestinos llenos de excrementos en una vía pública. Yo no debería estar aquí, sino Su Señoría, por las razones que ahora mismo voy a exponer.
(Su Ilustrísima se remueve incómodo en su asiento y los periodistas ríen).
—Hay conceptos que jamás deberían confundirse:
1. La ética, que es la justicia, la libertad, la nobleza, el valor y la tolerancia.
2. La moral es el conjunto de ideologías, costumbres y vicios impuestos por una religión o gobernante en determinadas y marcadas épocas de la sociedad y de cada país. La moral suele en muchos casos derivar en la total corrupción de la ética. La moral es la forma de gobernar y mantener a la población bajo control.
Y por último existe:
3. La legalidad, las leyes que se han creado y se aplican para velar por el cumplimiento de la moralidad.
El primer MZ (no conozco sus nombres, es algo que no me interesaba) al que di caza, era un ejemplar obeso y con el pelo cano, cortado a cepillo. Me encontraba dando un paseo por la zona deportiva de mi barrio y el mezquino en cuestión hablaba entre un corrillo de hombres de su edad (entre los 60 y 70 años).
Gritaba que no es normal y no está bien que hayan más extranjeros que paisanos en el servicio de asistencia médica, que está cansado de esperar cuando él es español. Decían luego entre todos, que antes no pasaba, cuando había un tío con cojones en España.
Me desagradaban mucho sus voces, sentí que me faltaba la respiración.
La verdad es que los encontraba cada día en mis paseos.
Deseé que algún accidente los matara a todos de alguna forma; pero eso no iba a ocurrir. No basta con desear algo, o lo haces o no ocurre. Todo lo demás son cuentos para cobardes, esperanzas para pusilánimes.
De vuelta a casa, compré un cuchillo de caza para desollar piezas y lo metí en un bolso.
A la mañana siguiente, me senté en un banco frente a las pistas de petanca a escribir mis pensamientos, como hacía siempre. Me mantuve allí hasta que el corrillo habitual, se disolvió. Seguramente iban a recoger a sus nietos a la salida de la escuela.
Seguí al gordo. Llegando a un parque se metió entre los setos para orinar, un lugar muy discreto, con poca visión para alguien que no estuviera allí mismo.
Me acerqué a él por la espalda mientras hacía esfuerzos y resollaba con dificultad para mear. Le cubrí la boca con una mano y con la otra le clavé el cuchillo en la axila izquierda, buscando  los ganglios. Leí que era muy doloroso.
Luego le acuchillé hasta diez veces la zona lumbar intentando deshacer los riñones. "Ay, ay, ay, me has matado", decía mientras se le doblaban las rodillas. Le rasgué la camisa y le apuñalé en la zona del corazón hasta que la hoja pudo entrar entre dos costillas profundamente: cuatro veces me costó dar con el punto adecuado. Se quedó inmóvil con su pene arrugado. Cortando profundamente piel y carne dibujé una M y una Z en el pecho. Corté los músculos de su vientre desde el ombligo hasta el pubis y le di patadas hasta que los intestinos se desparramaron. Le amputé los dedos índices, porque es el que usan los mezquinos para afirmar con decisión y vehemencia lo que es normal. Lo que ellos dicen que es correcto y es ley. Después le corté las orejas y se las metí en el espacio que habían dejado los intestinos. Le acuchillé los ojos y me fui.
Si hubiera tenido alguna droga que lo hubiera dejado paralizado durante las amputaciones, las  hubiera hecho en primer lugar; pero vivimos en una sociedad plena de imperfecciones.
No pasó absolutamente nada, fue como si hiciera lo correcto. Me sentí bien y seguro de mí mismo. Salí de entre aquellos setos fingiendo que cerraba la bragueta del pantalón, a pesar de que no había nadie cerca.
No hice nada malo, sentí por primera vez en mi vida que había nacido para eso. Y también pensé que muchos años de mi vida habían sido tirados a la basura porque no lo hice antes.
Para un amplio sector de la población, además de criminal, podría resultar inmoral dada la edad del mezquino, la indefensión y el ensañamiento.
Todo arte se expresa con retórica para darle interés, yo lo hago con los que asesino. No es ensañamiento, es lucimiento. Una vanidad mía.
Que nadie se engañe ni use indebidamente ciertos adjetivos como inmoral; porque ser inmoral es seguramente, con absoluta probabilidad, una persona con un acusado sentido de la ética.
No hay más que ver a los ciudadanos ejemplares del Tercer Reich, de la España de Franco, la Italia de Mussolini o la URSS de Stalin. Su moral la constituía el fanatismo, el miedo, la sumisión ciega, la represión y la exterminación. Sus ciudadanos ejemplares eran personas que denunciaban a sus vecinos o familiares para recibir una caricia en la cabeza. Estas denuncias acababan con la muerte de los denunciados, tenían su origen en la envidia y la cobardía. Esto es la moral y lo que las leyes salvaguardan con mano férrea.
El obeso era un ejemplo de estos asquerosos.
— ¿Comprende Su Señoría cuando afirmo que debería ser Su Ilustrísima la que debería ser juzgado en mi lugar? Ustedes son los que protegen y perpetúan la moralidad con sus leyes. Me dirá que matar no es ético. Estoy de acuerdo, es una generalización que requiere de gente con ética para decidir si el asesinato es justo o no. Porque un mezquino amenaza la libertad de pensamiento, la libertad de caminar por donde uno desea, la libertad de comer lo que quiera, de comprar lo que le guste... 
Se necesitan personas con sentido de la ética para juzgar si el asesinato es delito en un determinado caso, un legítimo acto de defensa. No todo tiene porque vivir, hay cosas que se han de matar, como los microbios patógenos y los MZs.
—Si el acusado ha terminado su declaración, se pasará a dictar sentencia (Su Ilustrísima Señoría, indica al policía que acompañe al acusado a su asiento).
—No he terminado Su Señoría. Lo peligroso es que los seres mezquinos, los que son ejemplo de moralidad, es gente humilde con un alto grado de analfabetización. Leer, escribir y sumar, no indica cultura. Estas tareas las hacen con tanta dificultad, que es muy difícil que puedan entender las sutilezas de cualquier arte o expresión humanística. Para eso, para que pudieran entender algún mensaje existieron trovadores, brujos, teatrillos  y ahora existe la televisión, internet, la radio y sus noticias deportivas.
Esos medios llenan un poco las neuronas de los mezquinos y los llevan a creer que sus ansias, indignidades y vulgaridades, son las pautas de comportamiento que se han de seguir y exterminar así todo asomo de ética.
Así, que si eres amoral o inmoral, estás en un privilegiado rango que te llevará a morir o ser envidiado hasta que consigan destruirte. Ése es el peligro que corro cada día.
—Los seres más mezquinos y mediocres, son los que usan su "sufrida" paternidad y maternidad para convencerse de que son una especie de ejemplo a seguir; pero en la intimidad de sus casas les arrancan el dinero de las manos a sus propios padres, más viejos y débiles que ellos mismos, porque: "¿Para qué quiere gastar en nada con lo mayor que es?".
Y su vida gira en torno de quien va a morir y les va a dejar algo de dinero:
la "legítima".
No sé cuándo ni qué número de presa fue; pero hará unos ocho meses, me encontraba en un restaurante, en el puerto deportivo. Una vieja con un abrigo de piel de visón y zapatos de tacón de puta, alzaba muy fuerte la voz en la mesa agitando su dedo índice pringado con aceite y grasas de las gambas a la plancha que estaba pelando y comiendo con voracidad. Tenía una voz chirriante y su cuello arrugado semejaba el de un buitre. Gritaba para hacerse oír, buscando asentimiento, empatía a sus repugnantes afirmaciones.
— ¡Es muy mayor y no tiene que comer así! Tiene noventa años y le descubrí galletas debajo de la cama. Se las quité y se me puso a llorar. Le dije que a mí no se me iba a quedar inválida por un ataque que le diera por estar tan gorda —gritaba escupiendo trocitos de gambas—. ¿Cómo muevo a esa mole de mujer si se me queda paralítica?
Luego continuó su chirriante arenga, irritante. Las mismas frases repetidas tantas veces, que fui a los servicios a vomitar el carpaccio de bacalao que había comido.  Llegué a pensar que me sangrarían los oídos. Me encontraba enfrentado a la mesa de esa familia de mediocres que callaban todos ante la bruja y no podía dejar de mirarla e imaginar como sangraría por ese cuello de reptil.
Repetidas veces ella y su viejo marido, se quejaron al camarero de que algo no estaba bien, del mal servicio que ofrecían. "Eres muy lento, hay que atender mejor al público", le decía la cacatúa al camarero. "Hay que tener más ganas", remataba.
El camarero estaba acostumbrado a esa clase de hijos de puta, se le veía un profesional con una sonrisa bien trabajada.
Buscaban un plato sin pagar, rebajar la factura o bien simplemente, evitarse la propina. Es una práctica muy común entre los MZs.
Yo pedía café tras café esperando una oportunidad para cazarla.
Por fin llegó, cuando se dirigió a los servicios, en la planta superior. La seguí.
Son servicios individuales, el restaurante es de elevado precio y no muy concurrido. Saqué el cuchillo de mi bolsa bandolera y empujé la puerta. Lo primero que vi fue su viejo y repugnante coño a punto de orinar sentada en la taza con las grandes bragas negras en los tobillos. Tuve una arcada de repugnancia, pero no vacilé. Sabía que gritaría con su repugnante voz. En un paso rápido llegué a ella, le golpeé la cabeza contra la pared y entró en shock. Por encima de su escaso cabello se debió abrir alguna brecha, porque por la pálida y reseca piel de su sien, comenzó a bajar un caudaloso río de sangre.
Le corté el cuello, tanto, que su cabeza cayó atrás como en las películas de poseídos. Apuñalé su vagina, las suficientes veces para que el útero se descolgara entre sus muslos feos de mierda. Le escarifiqué las fofas tetazas con MZ.
El resultado era espectacular. Amputé sus índices y los dejé en el lavamanos. Las orejas se las metí dentro de la boca, la observé, le retiré las orejas, me di el gustazo de arrancarle los labios y le volví a meter las orejas. Si hubiera llevado el abrigo puesto, hubiera limpiado el cuchillo con él, tuve que usar su falda de puta barata.
Me lavé las manos, pagué la cuenta en la caja y salí de allí ya más tranquilo y con ganas de fumar. Nunca me acostumbraré a no poder fumar después de comer. Estos moralistas de mierda...
Como soy un tipo muy normal, nadie se acordó de mí, nadie pudo describirme en un restaurante en el que nunca había comido. No hubo problema.
Principalmente, porque la buitre se ganó a pulso la antipatía. Es lo que generan los MZs: una antipatía que podría rozar el sadismo. Debieron pensar al verla muerta, que una mierda menos.
— ¿No siente ni siquiera por un momento que haya podido ser excesiva su... "misión"? (un periodista de la sala, le pregunta al acusado).
—Le recuerdo que esto es una declaración, no una entrevista. Si vuelve a interrumpir el proceso, será expulsado de la sala y sancionado (interviene Su Ilustrísima).
—Nada es excesivo contra la mezquindad. Es... Cómo decirlo... Narcótico. Le aseguro, que dada la cantidad de mezquindad que hay, si matara a medio millón de personas no habría entre ellas una víctima con un mínimo grado de ética. Puede estar tranquilo, que entre tan pocos muertos, no hay gente que se merezca vivir más tiempo.
—La moral está tan instaurada en el imaginario mezquino, que la palabra "legítima" (el concepto más representativo de la sociedad de los MZs) está íntimamente insertada en sus apáticos órganos sexuales, sean vaginas, penes y por supuesto, la boca; que en estos seres adquiere una importancia que trasciende más allá de la comunicación funcional para convertirse en dogma supersticioso (la superstición es el conocimiento del ignorante) y religioso. Y podrir así todo asomo de ética.
Cuando llevas años oyendo esa palabra silabeada babosa y ruinmente por unos paletos que esperan que alguien muera, como buitres acechando un animal en agonía, adquiere una connotación obscena, se hace pornográfica. La legítima supera en repugnancia cualquier tipo de acto obsceno sexual.
"¡Si se va a morir! No le compres nada." Susurran como serpientes a los oídos de sus hijos y nietos que son los únicos que los soportan. Posiblemente, ellos también esperen su legítima y no quieren que gaste su dinero. Su pensamiento es tan previsible como el movimiento de un segundero. Es tremendamente primitivo.
Mezquinos que aún piensan que su forma de vestir puede ocultar su miseria y su indignidad. Esa que contagian a sus hijos y nietos, como un liquen en la corteza de un árbol que pudre todo asomo de dignidad.
La esposa madura y menopáusica con su pulsera de oro que ha tenido que pagar a lo largo de meses y meses de explotar a la poca cosa que es su marido. Esperando poder llenar los bolsillos de esa vulgaridad de ropa que viste con las monedas que le deje algún muerto con su legítima.
La "legítima" es el centro o eje de las vidas de los mezquinos.
Si no fuera por la moral y la legalidad que la arropa y protege, la mezquindad sería un delito  grave.
Y su mezquindad lucen como estándar de vida.
— "Eso no es normal", dicen machaconamente cuando observan la libertad de otros.
Se ponen nerviosos y rabiosos cuando alguien come más que ellos. Son repugnantes reptiles de ojos pequeños y fijos en las manos de los demás.
Sus bocas babosas y mentirosas siempre están llenas de amor y de lo muy buenos que son, de lo mucho que sufren por los demás. Porque el enfermo no sufre, tendríais que ver como sufren ellos el dolor de los que serán su carroña, porque son buitres de desagradables graznidos y cuellos rojos de pellejo escaldado por la fiebre de la avaricia y la envidia.
Les he acuchillado, cortado, pateado y roto los huesos. Les he arrancado los dedos y el cuero cabelludo para ocultar sus rostros repugnantes; pero hay tantos que me sentí cansado, dejé de tener la ilusión de que podría exterminarlos a todos en lo que me queda de vida. Por ello me entregué.
Necesitaba unas vacaciones tras estos dos años de cazar MZs.
Sus modos paternalistas esconden una feroz ambición. Y escupen baba al hablar porque no pueden contener su enfermiza envidia y ambición.
Hay que dar gracias de que son idiotas. No  pueden engañar más que a sus afines, a los de su sangre. Y es normal, porque es muy difícil aceptar (por muy morales que sean) que no son capaces de afrontar la vida con valor y dignidad, esto es, con ética.
Es normal y una ley de protección del género humano, que de vez en cuando nazca alguien como yo para darles caza. No tienen predadores naturales.
Tienen un punto flaco que son incapaces de ver ellos mismos: la repugnante antipatía que causan. Los que son ajenos a ellos, los soportan estoicamente porque al fin y al cabo solo los tienen que tratarlos unos minutos.
Y al fin y al cabo, son tantos, que su olor a mierda, no se percibe ya; pero esa antipatía, entre seres con cierto grado de ética, es como la feromona de la repugnancia. Te lleva a sentir un odio incontrolable hacia cada palabra que pronuncian, sea razonable o no. De hecho, acaba uno sin entender ni una sola palabra, solo sabes que sientes asco por cada sonido que pronuncian.
Carecen de todo tipo de conversación que no sea el tiempo, la economía que son incapaces de entender o de sus peleas como hienas por ser los primeros en un bufet libre de un viaje para la tercera edad.
Cuando se jubilan los mezquinos, es cuando exhiben sin pudor toda su miseria. Es un cuadro emético observarlos pelear en las colas de las agencias de viajes organizados para viejos. Es como... Es repugnante.
Si tuvieran la más mínima ética, se suicidarían.
Si yo no tuviera un acusado sentido de la nobleza, seguirían entre nosotros, perpetuando sus genes, reproduciéndose.
Su analfabetismo los lleva a situarse en una clase aristócrata y se olvidan de que fueron simples obreros explotados que ponían sus culos al servicio de sus amos sin que nadie se lo pidiera.
En los lavabos de un cine, cacé al Barón de Pérez, conserje jubilado de un edificio de oficinas y a su nieto, el sucesor Borja Pérez, heredero de la legítima mierda de sus abuelos muertos de hambre.  En realidad, no quería cortarle el cuello al niño; pero hubiera sido una crueldad dejarlo abandonado allí, en aquellos servicios a los que no acudiría nadie, hasta que acabara la película. Tengo corazón.
No es extraño que me tenga que parar a vomitar muchas veces cuando por alguna conexión neuronal de mi potente cerebro, aflora una imagen de alguno de ellos.
Su endogamia es proverbial, son una piña compacta que absorbe a los seres más débiles de su entorno para llevarlos a su enfermiza "normalidad".
Y en efecto, sí que es normalidad, solo tienes que elegir al azar entre la multitud y sacarás quinientas veces más mezquinos que gente con dignidad, con inquietudes.
Cobardes y arribistas, así son los mezquinos que han ensuciado mis horas, que a veces tienes que oírlos si tienes la desgracia de tener que pasear por las calles de la ciudad.
He arrancado pezones, he cortado vulvas en las cuatro direcciones: hacia el ombligo, hacia el ano y hacia los muslos.
He dejado testículos mezquinos en el césped para que los perros juguetearan y se los comieran.
La única suerte para nosotros, es su escasa inteligencia y por ello, la facilidad para aniquilarlos. Solo aparentan coraje cuando quieren sacar dinero; pero si no están ocupados en joder a nadie, son de una cobardía que hay que tratar con guantes para no infectarte.
No llaman la atención, porque son multitud.
Son los que un día denunciarán por envidia a su vecino para que lo mate un dictador. Son los mismos que añoran a sus francos, pinochets, stalins y hitlers. Asesinos sin sueldo de la moralidad y la ley. Anónimamente cobardes que matan (o lo harían en cuanto tuvieran oportunidad) con palabras siseadas en la oscuridad, arrodillados frente al sexo que maman con devoción de la forma más cobarde, chorreando semen por las comisuras de sus bocas hipócritas.
He matado niños que iban con su abuelo o su abuela, porque eran mezquinos en potencia, las generaciones tienden a ser más perfectas en sus miserias.
No hay tribunal que me pueda considerar culpable.
—Su Señoría, usted debería estar ahora cortado en pedazos entre bolsas de basura.
Son muy peligrosos, hay que alejarse de ellos cuanto sea posible, antes de que te maten. Porque lo harán por un dinero que ellos no tuvieron inteligencia para ganar, ni valor.
Sus palabras insultan cualquier tipo de inteligencia y te preguntas como es posible que hayan tenido hijos, porque sus aparatos reproductores deberían estar tan podridos como sus cerebros.
Dicen: "Tu madre es una hija de puta, que se muera sola; pero mi madre, es mi madre". Es la ley que usan para santificar sus genes corruptos y miserables.
Ha sido la falta de selección natural la causa de que seres tan anodinos hayan colonizado el mundo, es el precio que paga el género humano: la indignidad y la mezquindad.
Jamás el hombre evolucionará a un cerebro más grande, solo evolucionará a un cerebro más negro, más maloliente y pequeño. Está bien la ciencia ficción para intentar buscar un alivio a toda esa mierda; pero  no hay que engañarse más tiempo del necesario.
Y tampoco sería solución exterminarlos, porque sin sus excrementos, morirían todos los vegetales del planeta.
Solo queda alejarse de ellos e insultarlos abiertamente.
Tener la suerte de poder enviar a la mierda toda la moralidad que con sus leyes y tradiciones te mantiene preso, intentando amordazar la ética.
La mezquindad es la absoluta muerte de la libertad y la justicia.
—Esto es todo, Su Puta Ilustrísima.
—Agente, acompañe al acusado al banquillo.
—No he entendido nada de lo que el acusado ha declarado, pero no importa. Se han cumplido los términos del convenio entre la acusación y la defensa. El acusado será condenado a veinte años de  cárcel.

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A esta declaración, cuyo original se exhibe en el Museu Antropológic de Nova Barcelona, se la conoce como Tractatus Pettiness (Estudio o Tratado de la Mezquindad), ha sentado las  bases de nuestro actual código de Justicia, aprobado en el año 2224.
Quiero que para este fin de semana hagáis una redacción de cien palabras sobre el Tractatus Pettiness.
Ya podéis guardar vuestros puñales en las mochilas.
Pasad un buen fin de semana. Y que tengáis suerte los que vayáis al Parque de la Mezquindad para la Gran Fiesta Infantil de la Celebración de la Ética.
Ya sabéis que quien traiga más dedos índices cortados, recordad: solo índices; se ganará el Puñal de Plata grabado con las MZ en oro, en sus cachas de hueso humano mezquino.

Suerte, pequeños.




Iconoclasta

31 de enero de 2015

Irreductible


Esta mirada que pueda parecer dura o experimentada, no lo es. Lo que ocurre es que el cansancio vela un poco el brillo de la ilusión. Solo déjate abrazar y besar para que sientas que eres algo nuevo e inexplorado para mí. No hay prejuicios, no hay precauciones. Te amo a tumba abierta, a pesar de lo que la vida se empeña en enseñarme.
Nada ni nadie puede llevarme a vivir según sus normas.
Nadie puede domar mi pensamiento y mis principios.
Una mala persona jamás me podría enseñar a amar el dinero y ese brillo que la hipnotiza con un enfermizo interés... No aportará ningún dato útil su vanidad decadente y corrupta, una frecuencia que pulsa entre palabras y sonrisas venenosas.
No dejará huella alguna en mí su sexo sucio, aburrido y económico. Un sexo alcohólico, torpe y reproductivo. No habrá rastro alguno en mi pensamiento que provoque un recelo, una duda ante el amor que doy y que busco. 
Amaré haciéndolo como me parieron.
No puede eclipsar mi ilusión nada tan bajo. Ni siquiera lo excelso.
Soy irreductible ante dios y el diablo.
Solo que a veces, la vida te cansa, porque es un juego de desgaste; pero me recupero, mi amor. Solo posa tu mano en mi hombro, eres mi amiga también. Estas ternuras son necesarias para reponer fuerzas.
Ser amado es la prueba irrefutable de que no he aprendido nada, no me han contaminado.
Un estafador no me educará jamás en ganar dinero, me gusta sudar y llegar cansado a casa. Y ducharme y abrazar tu piel perfumada. Un explotador no me enseñará a hacer esclavo a nadie y yo secaré los platos diciéndote que estás preciosa.
Te violaré y tus manos llenas de espuma de jabón se aferrarán a mis brazos que te aman.
Seré explotado y estafado; pero yo no sirvo para explotar y estafar. De ahí mi cansancio: no he cedido ni un ápice de mis principios. No cederé.
Soy irreductible.
Y la vida pega y golpea, no es fácil.
Te amo sin coartar nuestros sueños, sin experiencia. No pueden obligarme a asumir la miseria. Nadie puede lanzar esa basura a mi vida para que se convierta en dogma.
Soy  irreductible creyendo en el amor y en el esfuerzo de vivir. En sudar y llorar, en reír y lavarse la cara con agua fresca en las mañanas. En despertarte hundiendo mi boca entre tus piernas bajo las sábanas.
Nada contaminará mis sueños. Y mi sueño eres tú.
Por eso, si ves un brillo de ira en mis ojos o si mi mirada parece un tanto triste, mi amor, piensa que es solo un cansancio vital que desaparecerá con el beso que tanto ansío. Es difícil tener principios en este planeta que nos oprime, mi amor.
Es una lucha constante evitar que la estupidez y la ordinariez contaminen mis sueños.
Soy lo contrario a tantos seres que aprenden y beben de los consejos de mujeres y hombres que viven por y para la usura de la posesión egoísta e infecciosa, que juegan al amor y acaban mordiendo las carnes por envidias enamorados de sí mismos. Que mueren con los dedos crispados sobre el pecho ante lo que no han podido engañar o robar.
No quiero ser un sucio como ellos. No quiero enloquecer ante la hipocresía y la miseria de un amor falso, de un amor de interés y usura.
Solo quiero que me digas que todo está bien, mi amor, que me ves íntegro con mis sueños y esperanzas.
A pesar de este cansancio, mirarte dibuja una sonrisa, si no en mi boca, en mis ojos milenarios. Y quiero que tú la sientes en la piel como una caricia que se desliza suave por tus hombros.
Nada podrá socavar mis ilusiones, el amor que me enloquece y me hace retroceder al maravilloso desconocimiento de tu ser.
Como un niño que descubre algo nuevo y fascinante, atónito y con los ojos muy abiertos.
Nada podrá empañar el beso que muero por darte, el abrazo desesperado. Mi miembro latiendo por ti y dentro de ti con la ilusión de un primer amor.
Mi vida, no existen los amores primeros y segundos. No he aprendido eso. Los amores son únicos y exclusivos. Trascienden sin antecedentes e intuiciones, son selvas inexploradas.
Lo demás es prostitución del cuerpo y el pensamiento.
Lo que no es amor es aberración y es desechable, como un paquete de cigarrillos vacío.
Los estafadores del amor y el esfuerzo son basura que esperan su día de recogida. Solo duran lo que el camión tarde en llegar.
He tirado seres y amores a la basura, sin dudar. Es cansado, hay demasiada mierda en el camino.
No pienses que he aprendido algo a pesar de mi mirada torva y agotada.
Soy irreductible, y soledad y muerte no me acobardan. Si llego a ti, es porque te amo sin recelo, sin interés. Es amarte con el pecho desnudo.
Te amo con la fuerza de la ilusión y la razón. Con tal tenacidad que más que irreductible, me convierte en indestructible.
No sé hacerlo a pesar de mis años y mis dolores, no puedo prostituirme por miedo a nada que pueda doler.
He visto perros en la carretera que han muerto solos, sin un consuelo. Yo seré uno si tú no estás. No me conformaré con otra cosa.
Llego a ti, descubriéndote con la fuerza y la ingenuidad de la infancia; como el único ser que eres, sin parangón con nadie.
Y si observaras que mi mirada está un tanto curtida; has de saber que es pura determinación de ignorar y apartar a todos esos seres horrendos y bífidos que se han cruzado en mi camino.
Llego a ti amándote libre y sin saber nada.
Ser irreductible es agotador...
Descansa, relájate voy a ti, a descubrirte. Eres única.
No tengo experiencia alguna, mi vida.  Y por ello te exploro día a día.
Totalmente ilusionado.
Disculpa algunas torpezas de este hombre irreductible que te ama y que llega agotado. 
Serán pequeños defectos que me perdonarás cuando mis manos aferren esas nalgas preciosas durante un beso en tu boca ignota y salvaje.
Soy carnal e irreductible.










Iconoclasta