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15 de julio de 2015

Te amo más que nadie



Nadie te ama como yo, nadie lo hará.
Quisiera que murieras lentamente (cuando te llegue el momento, no hay prisa).
Porque a pesar de tu sufrimiento, no quiero perderte, eres mi propia vida. Te amo con una intensidad que solo los dioses conocerían si existieran.
Quisiera que murieras poco a poco para penetrarte, en plena agonía.
O masturbarte, acariciar esos labios jugosos que me enloquecen y convertir tu clítoris en un diamante por su dureza.
Tu coño es mi refugio y mi paz.
Deseo que tu agonía sea larga para decirte durante horas y días que te amo más que a mi vida.
No es una buena idea que mueras.
¿Te duele respirar? Deja que te mame los pezones, que hunda los dedos en tu coño. Será como una anestesia.
No, mi amor, no puedo acabar con tu agonía, te amo con desmesura, no puedes pedirme eso. Me dolería. Si tú mueres, yo también.
Porque estoy sufriendo mi amor.
¿Te sientes con ánimo de tomar mi pene erecto y llevártelo a la boca?
Te limpiaré la sangre de la boca antes, no te preocupes.
Cuánto te amo...
Procura no toser, mi amor, tus pulmones van a estallar, todo es sangre, vida mía.
¿Quieres que te lo meta yo en la boca? ¿Estás cansada?
No llores, mi amor.
No te des la vuelta, no cierres las piernas, no hagas como si fueras a morir. Sé que estás cansada, que duelen los pulmones, que buscas el descanso por fin.
Pero yo te amo, no puedes ser tan egoísta.
Deja que te la meta, por favor...
Olvida al médico, te llevarían al hospital, me quedaría sin ti.
No llores, ya pasará.
Date la vuelta o te partiré la cara.
¡Ya!
Y deja de toser, lo estás poniendo todo perdido con la sangre.
¿Quieres ser madre? Aún tienes tiempo, tal vez... No pierdas la esperanza.
Te amo, tómalo. Está duro, es por ti, amor.
Te he dicho que lo cojas, cierra el puño en él y: arriba y abajo.
Te amo tanto... No lo entiendes ¿verdad?
No llores, aún no morirás.
Agonizarás eternamente, ni la muerte nos puede separar, no desfallezcas, mi amor.
Bésame, dame tu sangre, me excita tu dolor.
No llores, mi amor, eres hermosa hasta en la agonía.
Tal vez más que cuando esplendías de vitalidad.
¡Shh... mi amor, no cierres los ojos, no te duermas, podrías no despertar y dejarme solo!
No cierres los ojos, no te lo diré otra vez.
Te amo con locura.




Iconoclasta

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