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9 de octubre de 2012

Una madre que despellejar



Soy un hombre rencoroso y descontento con el mundo. Tengo una angustia interior que crea una presión espantosa y necesito liberarla.
Aún me asiste el control y el cinismo para reír y parecer cortés en lugar de vomitar mi hígado podrido sobre la faz de la humanidad.
Necesito un solo motivo, tener la suerte que algunos tienen para hacer pedazos a alguien con la total satisfacción de haber cometido una buena obra. Es mentira, me da igual que sea una buena o mala acción. Solo quiero denigrar y destruir a alguien, a ser posible, lo que personifique lo más sagrado.
Una mala madre me hubiera servido de entrenador para desfogar toda esta ira.
Quiero una madre como esa, como “eso”.
Esa madre repugnante que hirió con un cuchillo a su propia madre loca.
Madre lo es una rata, no es algo tan divino la maternidad. Que no se crean algunas que por haber rasgado su coño para parir, son santas.
Yo hubiera querido una madre como esa para tener a alguien cercano a quien escupir y sentirme mejor.
Esta ira que me pudre en vida busca un motivo…
“¿Sudas maltratando a tu madre, mamá?”. Le diría arrancando mis profundos mocos de la garganta.
Daría lo que fuera por haber tenido una madre como esa que dice: “Aguanta. Es tu marido y el padre de tus hijos”, cuando llega la hija con la cara reventada a puñetazos y la sangre de su coño violado y reventado bajando por las piernas como dos ríos indecentes.
Necesitaría eso, un motivo para bajarle las bragas y destrozarle las nalgas con el cinturón, hasta que le sangrara el culo como mana la sangre de la nariz partida y el coño forzado de su hija.
No he tenido suerte, no tengo una madre así, que junto con su otra hija, hagan pasar hambre y necesidad a mi padre. Que le roben todo porque él es más viejo e indefenso.
Yo quiero una madre puta así, a la que poder pegar todas las palizas que me apetezca y cuando me apetezca. Dar rienda suelta a toda esta violencia que tengo reprimida. Yo no quiero una madre buena; quiero una rata como esa.
Mi ira es un cáncer que me amarga la vida.
Ojalá mi madre lo hiciera: follarse al hombre que ha violado y maltratado a su hija. Quisiera encontrarla mamándole la polla al hijoputa y con una vara fina arrancarle la piel de la espalda mientras se bebe el semen de ese cabrón.
“Madre puta… La cerda del vecino también ha parido, no eres para tanto”.
Quisiera una madre que no me deja libertad para follar con quien quiero y meterle mis condones usados en la boca mientras come su mierda de sopa.
Quiero una puta madre como esa que miente diciendo que su hija maltrata a sus nietos. Miente para arrebatárselos y criarlos con el puerco que violó y maltrató a su hija. El mismo que le mete esa polla pequeña en su vagina estéril y fría.
Yo quiero una madre así a la que poder hacer rodar a patadas hasta romperle todos los huesos, porque tengo tanta ira en mi sangre, que necesito cometer actos de crueldad que ni siquiera están legislados.
Ojalá mi madre mintiera, me despreciara y diera cobijo a mi asesino. La mataría a golpes, la escupiría, me orinaría en sus ubres secas y viejas.
Y saldría a la calle más tranquilo y desahogado.
Si mi madre fuera como esa, cuando muriera celebraría un fastuoso festín y su foto quemaría en una tarta de cumple-muerte.
No he tenido suerte, no puedo desahogarme.
Solo me queda soñar con una madre como esa, a la que darle una bofetada cuando les arrebata los juguetes a sus nietos para que no puedan jugar, porque es su capricho.
No soy un hombre con suerte, y tengo que tragar toda mi hostilidad en sorbos amargos día a día, sin encontrar a una mala persona a la que destrozar.
Y así, sufro de envidia cuando hay gente que disfruta de tener una madre cerda, a la que un día ir a visitar para arrancarle la piel a tiras.
Un sparring que me ayude a desfogar esta hostilidad y que me dé algo de paz en vida.
Envidio tanto a quien tiene una madre así…
Mierda.







Iconoclasta

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