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7 de mayo de 2012

Valentina



Ya no te escucho Valentina. Estás perdida en medio del espejo, prisionera de mis caprichos.
Ya no te miro Valentina, ni muevo mis labios como antes, cuando hablábamos musitando frases que nadie escuchaba.
Aún sigues ahí porque trazas con tu dedo las figuras si lleno de vaho tu mundo.
Escribe Valentina, rompamos el mercurio de tu silencio como aquella vez que me enseñaste a romper los míos de costras.
No te pierdas Valentina que aún te grito en sueños, en tardes solitarias de uvas y duraznos.
Ya no podemos regresar, el abuelo ha muerto. Quédate conmigo como la tarde que decidiste acompañarme en mis silencios para secar lágrimas, curar rasguños, levantarme el gesto y besarme la nariz.
Valentina… siempre más valiente que yo.
Aragggón
070520120939

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